Plotino, el representante principal y más genuino del aspecto filosófico del neoplatinismo, nació en Lycópolis, en los primeros años del siglo tercero de la Iglesia. Después de escuchar las lecciones de varios filósofos, y últimamente las de Anmonio Saccas en Alejandría, se trasladó a Roma, y allí enseñó el neoplatonismo hasta su muerte, acaecida en 270. Su escuela fue muy concurrida, acudiendo a ella de todas las provincias del Imperio, y convirtiéndose en centro de resistencia y de guerra contra la religión cristiana, cuyos misterios, cuyos principios de igualdad entre todos los hombres, y cuya universalidad de doctrina para todos, se avenía mal con el orgullo y las tradiciones de la Filosofía pagana. Porfirio, el confidente y el discípulo predilecto de Plotino, recogió y ordenó los escritos de su maestro, distribuyéndolos en seis Enneadas, cada una de las cuales contiene nueve libros o tratados. Estos escritos han llegado afortunadamente hasta nosotros, y nos ponen en situación de conocer y juzgar la Filosofía de Plotino con más acierto y seguridad que la de otros filósofos antiguos.
He aquí su resumen:
a) Dios es una cosa incomprensible e innominable para nosotros: es todo lo que existe y nada de lo que existe; contiene en sí toda la realidad, pero no es una esencia determinada; de aquí se infiere que el nombre menos impropio que le podemos atribuir es el de Uno. Es, pues, la unidad absoluta, necesaria, inmutable, infinita; pero no es la unidad numérica, es la unidad universal en su perfecta simplicidad. Este Unum abstracto y universalísimo está sobre todas las cosas, sobre todas las ideas y perfecciones que podemos concebir: siendo, como es, el principio y el ser de todas las cosas, no es ni bondad, ni libertad, ni pensamiento, ni voluntad, sino que es superior a todo esto, y hasta es superior al ser. El Uno no es el ser, no es la inteligencia: es superior al uno y a la otra; está sobre toda acción, sobre toda determinación, sobre todo conocimiento; no es ni movimiento, ni quietud, ni alma, ni inteligencia, ni siquiera cosa individual o determinada: neque illud, neque hoc dicere fas est.
martes, 21 de octubre de 2014
lunes, 13 de octubre de 2014
Heliodoro de Emesa
Heliodoro de Emesa (Siria) fue un escritor griego, autor de la novela Etiópicas, conocida también como Teágenes y Cariclea.
Nada se sabe con seguridad de su vida, que se data de forma variable entre los siglos III y IV, pero se le ha identificado con un obispo cristiano de Tesalónica llamado así, según la noticia que aparece por primera vez en Historia de la Iglesia de Sócrates (siglo V; 5, 22), llegando a ser obispo de Trica y quien había introducido el celibato en Tesalia.
Heliodoro de Emesa ha pasado para la historia como el autor de la novela Etiópica, que vivió en el siglo III y nos dejó en ella valiosísima información sobre las costumbres y los valores de aquella época.
Obra
Nada se sabe con seguridad de su vida, que se data de forma variable entre los siglos III y IV, pero se le ha identificado con un obispo cristiano de Tesalónica llamado así, según la noticia que aparece por primera vez en Historia de la Iglesia de Sócrates (siglo V; 5, 22), llegando a ser obispo de Trica y quien había introducido el celibato en Tesalia.
Heliodoro de Emesa ha pasado para la historia como el autor de la novela Etiópica, que vivió en el siglo III y nos dejó en ella valiosísima información sobre las costumbres y los valores de aquella época.
Obra
sábado, 4 de octubre de 2014
Avicena
Avicena es un intelectual de gran prestigio en la historia de la
filosofía y, además, en la historia de la medicina. Genio precoz,
memorizó el Corán cuando tenía apenas diez años. En la temprana
adolescencia se enamoró de la filosofía. Con el paso del tiempo, sus
obras tendieron un puente entre Oriente y Occidente. Avicena es uno de
los pensadores más destacados de la denominada filosofía islámica.
1. Vida y obras
Abū ‘Ali al-Husayn ‘Abd Allah ibn ‘Ali ibn Sinā,
conocido en la tradición latina como Avicena, nació aproximadamente en
el año 980, en Afshana, muy cerca de Bujārā, un sitio ubicado en
Turquestán. Murió en el año 1037, en Hamadán. Se cuenta que desde muy
pequeño se interesó en el estudio de la filosofía, la gramática, la
medicina, el derecho, la geometría, la música y la religión. Su padre
trabajaba en la administración pública y falleció cuando Avicena tenía
aproximadamente veintidós años. Entonces él fue el heredero de la
familia.
Porfirio
Porfirio (234-305 d.C.) fue un filósofo muy apreciado por sus
contemporáneos, y no sólo por su grande erudición, sino por su propia
especulación metafísica. Además del pensamiento de Plotino, conoció en
profundidad el de Platón y Aristóteles —es el primer filósofo que
comenta extensamente a los dos—, así como el de otros pensadores
platónicos de los dos primeros siglos, y supo elaborar un propio sistema
filosófico, distinto en algunos puntos importantes del de su maestro
Plotino. Porfirio fue, además, un pensador profundamente religioso, que
quiso defender la religión tradicional greco-romana, oponiéndose para
ello con vigor al cristianismo entonces en gran expansión, y sin miedo,
en cambio, a acoger las novedades de religiones orientales y de Egipto
que no contradecían su visión filosófica. La imagen de Porfirio como un
pensador de grande erudición, pero de poca profundidad especulativa,
como un simple comentador y buen discípulo de Plotino, hoy día no se
considera apropiada. Los estudios actuales sobre Porfirio tienden a
valorar la originalidad de su pensamiento, la valentía de su proyecto
intelectual y la importancia de su influjo en la filosofía sucesiva,
también en ámbito cristiano.
1. Vida
Sobre la vida de Porfirio poseemos algunos datos
seguros y numerosos testimonios de veracidad incierta. La fuentes más
fidedignas son, sin duda, sus propias obras ―sobre todo la Vida de Plotino y la Carta a Marcela― en las que consigna algunas informaciones sobre su vida.
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