martes, 21 de octubre de 2014

Plotino y Las Eneadas

Plotino, el representante principal y más genuino del aspecto filosófico del neoplatinismo, nació en Lycópolis, en los primeros años del siglo tercero de la Iglesia. Después de escuchar las lecciones de varios filósofos, y últimamente las de Anmonio Saccas en Alejandría, se trasladó a Roma, y allí enseñó el neoplatonismo hasta su muerte, acaecida en 270. Su escuela fue muy concurrida, acudiendo a ella de todas las provincias del Imperio, y convirtiéndose en centro de resistencia y de guerra contra la religión cristiana, cuyos misterios, cuyos principios de igualdad entre todos los hombres, y cuya universalidad de doctrina para todos, se avenía mal con el orgullo y las tradiciones de la Filosofía pagana. Porfirio, el confidente y el discípulo predilecto de Plotino, recogió y ordenó los escritos de su maestro, distribuyéndolos en seis Enneadas, cada una de las cuales contiene nueve libros o tratados. Estos escritos han llegado afortunadamente hasta nosotros, y nos ponen en situación de conocer y juzgar la Filosofía de Plotino con más acierto y seguridad que la de otros filósofos antiguos.

He aquí su resumen:

a) Dios es una cosa incomprensible e innominable para nosotros: es todo lo que existe y nada de lo que existe; contiene en sí toda la realidad, pero no es una esencia determinada; de aquí se infiere que el nombre menos impropio que le podemos atribuir es el de Uno. Es, pues, la unidad absoluta, necesaria, inmutable, infinita; pero no es la unidad numérica, es la unidad universal en su perfecta simplicidad. Este Unum abstracto y universalísimo está sobre todas las cosas, sobre todas las ideas y perfecciones que podemos concebir: siendo, como es, el principio y el ser de todas las cosas, no es ni bondad, ni libertad, ni pensamiento, ni voluntad, sino que es superior a todo esto, y hasta es superior al ser. El Uno no es el ser, no es la inteligencia: es superior al uno y a la otra; está sobre toda acción, sobre toda determinación, sobre todo conocimiento; no es ni movimiento, ni quietud, ni alma, ni inteligencia, ni siquiera cosa individual o determinada: neque illud, neque hoc dicere fas est.

lunes, 13 de octubre de 2014

Heliodoro de Emesa

Heliodoro de Emesa (Siria) fue un escritor griego, autor de la novela Etiópicas, conocida también como Teágenes y Cariclea.

Nada se sabe con seguridad de su vida, que se data de forma variable entre los siglos III y IV, pero se le ha identificado con un obispo cristiano de Tesalónica llamado así, según la noticia que aparece por primera vez en Historia de la Iglesia de Sócrates (siglo V; 5, 22), llegando a ser obispo de Trica y quien había introducido el celibato en Tesalia.

Heliodoro de Emesa  ha pasado para la historia como el autor de la novela Etiópica, que vivió en el siglo III y nos dejó en ella valiosísima información sobre las costumbres y los valores de aquella época.

Obra

sábado, 4 de octubre de 2014

Avicena

Avicena es un intelectual de gran prestigio en la historia de la filosofía y, además, en la historia de la medicina. Genio precoz, memorizó el Corán cuando tenía apenas diez años. En la temprana adolescencia se enamoró de la filosofía. Con el paso del tiempo, sus obras tendieron un puente entre Oriente y Occidente. Avicena es uno de los pensadores más destacados de la denominada filosofía islámica.

1. Vida y obras

Abū ‘Ali al-Husayn ‘Abd Allah ibn ‘Ali ibn Sinā, conocido en la tradición latina como Avicena, nació aproximadamente en el año 980, en Afshana, muy cerca de Bujārā, un sitio ubicado en Turquestán. Murió en el año 1037, en Hamadán. Se cuenta que desde muy pequeño se interesó en el estudio de la filosofía, la gramática, la medicina, el derecho, la geometría, la música y la religión. Su padre trabajaba en la administración pública y falleció cuando Avicena tenía aproximadamente veintidós años. Entonces él fue el heredero de la familia.

Porfirio

Porfirio (234-305 d.C.) fue un filósofo muy apreciado por sus contemporáneos, y no sólo por su grande erudición, sino por su propia especulación metafísica. Además del pensamiento de Plotino, conoció en profundidad el de Platón y Aristóteles —es el primer filósofo que comenta extensamente a los dos—, así como el de otros pensadores platónicos de los dos primeros siglos, y supo elaborar un propio sistema filosófico, distinto en algunos puntos importantes del de su maestro Plotino. Porfirio fue, además, un pensador profundamente religioso, que quiso defender la religión tradicional greco-romana, oponiéndose para ello con vigor al cristianismo entonces en gran expansión, y sin miedo, en cambio, a acoger las novedades de religiones orientales y de Egipto que no contradecían su visión filosófica. La imagen de Porfirio como un pensador de grande erudición, pero de poca profundidad especulativa, como un simple comentador y buen discípulo de Plotino, hoy día no se considera apropiada. Los estudios actuales sobre Porfirio tienden a valorar la originalidad de su pensamiento, la valentía de su proyecto intelectual y la importancia de su influjo en la filosofía sucesiva, también en ámbito cristiano.

1. Vida

Sobre la vida de Porfirio poseemos algunos datos seguros y numerosos testimonios de veracidad incierta. La fuentes más fidedignas son, sin duda, sus propias obras ―sobre todo la Vida de Plotino y la Carta a Marcela― en las que consigna algunas informaciones sobre su vida.