Estos tres sofistas reflexionaron acerca de la naturaleza del nomos y de la ley y, aunque sus afirmaciones puedan parecer en un principio directamente contradictorias, veremos que están íntimamente unidas y que sus doctrinas revelan las caras opuestas de una misma moneda.
Trasímaco, como podemos leer en “La República”, afirma que el nomos no es más que el interés de los más fuertes, es decir, de aquellos que detentan el poder y señala que el justo (el que respeta la ley, el que no soborna ni engaña, etc.) sale siempre perjudicado, mientras que el injusto obtiene siempre beneficio:
- “ La injusticia, cuando alcanza el nivel suficiente, es más fuerte, más libre y más dominadora que la justicia y, como decía ya desde el principio, lo justo resulta ser lo que conviene al más poderoso mientras que lo injusto es lo que aprovecha y conviene a uno mismo .”