jueves, 14 de julio de 2016

Sofistas: Trasímaco, Glaucón y Calicles

Recojo parte de un artículo  que habla de estos tres sofistas (Trasímaco, Glaucón y Calicles) menos conocidos.

Estos tres sofistas reflexionaron acerca de la naturaleza del nomos y de la ley y, aunque sus afirmaciones puedan parecer en un principio directamente contradictorias, veremos que están íntimamente unidas y que sus doctrinas revelan las caras opuestas de una misma moneda.

Trasímaco, como podemos leer en “La República”, afirma que el nomos no es más que el interés de los más fuertes, es decir, de aquellos que detentan el poder y señala que el justo (el que respeta la ley, el que no soborna ni engaña, etc.) sale siempre perjudicado, mientras que el injusto obtiene siempre beneficio:


  • La injusticia, cuando alcanza el nivel suficiente, es más fuerte, más libre y más dominadora que la justicia y, como decía ya desde el principio, lo justo resulta ser lo que conviene al más poderoso mientras que lo injusto es lo que aprovecha y conviene a uno mismo .


miércoles, 13 de julio de 2016

Dionisíacas: El último gran poema griego

Obra

Nono de Panópolis. Las dionisíacas. Madrid: Editorial Gredos. ISBN 9788424916879.

Volumen I: Cantos I-XII. Edición de S. D. Manterola y L. M. Pinkler. 1995. ISBN 9788424916886.
Volumen II: Cantos XIII-XXIV. Edición de David Hernández de la Fuente. 2001. ISBN 9788424922887.
Volumen III: Cantos XXV-XXXVI. Edición de David Hernández de la Fuente. 2004. ISBN 9788424927035.
Volumen IV: Cantos XXXVII-XLVIII. Edición de David Hernández de la Fuente. 2008. ISBN 9788424902148.

Articulo de Carlos García Gual

La literatura griega antigua comienza con la Ilíada en el siglo VIII a. C. y concluye con las Dionisíacas de Nono (o Nonno) de Panópolis, a mediados del siglo V d. C. Es decir, unos mil doscientos años separan el primer poema épico conservado de este último producto de esta brillante tradición poética. Doce siglos después de Homero, Nono de Panópolis (una ciudad egipcia del curso medio del Nilo) compuso su gran epopeya siguiendo las pautas del más antiguo de los géneros literarios. Los mitos griegos y los dioses y héroes clásicos vuelven con todo su esplendor en los hexámetros del poema de Nono, más extenso que sus arcaicos paradigmas.

Nono de Panópolis (Poeta)

Nono de Panópolis (en griego Νόννος Πανοπολίτης) fue un poeta épico en lengua griega de la Antigüedad tardía, nacido en Panópolis (Ajmin), en la Tebaida egipcia, por entonces parte del Imperio Romano de Oriente. Vivió probablemente a finales del siglo IV o comienzos del siglo V de nuestra era.

Escribió las Dionisíacas, relato épico acerca del dios Dioniso, una paráfrasis del Evangelio de Juan y dos poemas que se han perdido: la Batalla de los Gigantes y la Bassarica.

Obras

Las Dionisíacas es la obra principal de Nono. Es un poema épico en cuarenta y ocho libros (los mismos que la Ilíada y la Odisea sumadas), en unos 21.000 hexámetros homéricos cuyo tema principal es la expedición de Dioniso a la India y su regreso. El tema ya había sido tratado con anterioridad, especialmente después de la expedición de Alejandro Magno a la India, ya que el rey macedonio era a menudo comparado con Dioniso.

La cuestión homérica

La llamada cuestión homérica se refiere al debate sobre la existencia del escritor griego Homero. Se refiere también a la discusión que se ha producido en torno a la verdadera identidad del autor de la Ilíada y la Odisea y subsidiariamente a la paternidad y formación de las obras que se le atribuyen.

Significado de Homero

En griego, su nombre es Homēros. Muchas etimologías han sido propuestas para este nombre, que es idéntico a la palabra griega para rehén. Hay una teoría que especifica que este nombre se originó de una sociedad de poetas llamada Homeridae, que literariamente significa hijos de rehenes o descendientes de prisioneros de guerra. Como esos hombres no fueron enviados a la guerra pues su lealtad en el campo de batalla era motivo de sospechas, ellos no pudieron ser asesinados en batallas, así que fueron comisionados a conmemorar la batalla con la poesía épica, para recordar eventos pasados, ocurridos en el tiempo anterior a que la instrucción viniera al círculo de poetas.

lunes, 4 de julio de 2016

La pervivencia religiosa pagana en el Siglo V

Artículo: La tradición en la Antigüedad Tardía, Antig. crist. (Murcia) XIV, 1997, págs. 179-187.
Capitulo: "LA PERVIVENCIA RELIGIOSA PAGANA EN EL SIGLO V: EL EJEMPLO DE RUTILIO NAMACIANO" escrito por Miguel Rivagorda
Dirección on.line: http://www.um.es/cepoat/antig%C3%BCedadycristianismo/wp-content/uploads/2014/08/antiguedadycristianismo_14_10.pdf

ABSTRACT
El artículo estudia la figura del poeta galorromano Rutilio Namaciano, cuya obra todavía refleja una temática religiosa netamente pagana, con influencias estoicas y neoplatónicas, en una época en la que el triunfo del cristianismo era muy claro.


Resumen del articulo: 
El último de los poetas clásicos romanos. Así es considerado Rutilio Namaciano por la crítica y los editores de su poema.
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Rutilio Namaciano

Claudio Rutilio Namaciano fue un poeta galo de principios del siglo V. Proveniente del sur de la Galia, llegó a ser prefecto en las regiones italianas de Toscana y Umbría. Su única obra conocida es el poema De reditu suo libri duo del que sólo se conserva una parte. Fue escrito hacia el año 420. En él habla sobre la grandeza y el antiguo esplendor de Roma y, además, critica acerbadamente el Cristianismo.

Biografía

Rutilio Namaciano nació al sur de la Galia y, como Sidonio Apolinar, pertenecía a una de las grandes familias provinciales galas. Su padre Lacanius había sido gobernador de Tuscia (Etruria y Umbria), tesorero imperial (comes sacrarum largitionum) y prefecto de Roma (praefectus urbi). Eran de origen celta, ya que el nombre Namaciano y su variante Namacio son antropónimos en esta lengua. Rutilio también realizó su carrera dentro de la administración imperial y llegó a ser secretario de estado (magister officiorum) y prefecto de Roma en el año 414. Sin embargo se conocen pocos detalles sobre su vida.

sábado, 2 de julio de 2016

El Tiempo: vivir para trabajar

En japonés, existe una palabra “Karoshi” que significa literalmente “morir por exceso de trabajo”.

Supongo que a nadie le sorprende que sea precisamente este idioma el que cuente con semejante término. Y razones hay para ello.

En los años 80, Kamei Shuji, joven inversor de bolsa con un espléndido futuro por delante, alcanzó la cota de trabajar hasta 90 horas por semana. De pronto, se convirtió en un referente para el resto de compañeros y sus jefes trataron de rentabilizar su gesta promoviéndole en presentaciones y seminarios, que se añadían a su ya larga jornada laboral. En ellos, Kamei trataba de mostrar a sus compañeros cómo organizarse el tiempo para lograr ese grado de dedicación sobrehumana.

En 1989 estalló en Japón una burbuja económica que le llevó a incrementar su entrega a la empresa. Pocos meses después murió de un ataque cardíaco. Tenía 26 años.

Trabajar 60 horas a la semana cuadruplica el riesgo de sufrir un infarto coronario con respecto a los que lo hacen 40 horas.