Licurgo nació en Atenas hacia el 390 aC (se desconoce la fecha exacta, pero era algo mayor que Demóstenes). Fue hijo de Licofrón, de la familia de los Eteobútadas, familia aristocrática pero unida a la causa democrática y vinculada con el ejercicio de cargos religiosos hereditarios: el sacerdocio de Atenea Poliada para las mujeres y el de Posidón Erecteo para los hombres, cargo que ejerció el propio Licurgo. Este origen contribuiría a la integridad y rigidez moral que le caracterizaron.
De su mujer, Calisto, tuvo tres hijos: Habrón, que tendría una importante carrera política, Licurgo y Licofrón, que le daría una única nieta, llamada también Calisto.
El pseudo Plutarco lo hace discípulo de Platón, y es cierto que algunos detalles, como la admiración filoespartana y la idea del sacrificio del individuo al Estado, podrían proceder de sus ideas. De Isócrates habría tomado algunos rasgos de estilo y expresiones.
En los asuntos públicos intervino tardíamente, cuando ya superaba el medio siglo de vida. Es posible que acompañara a Demóstenes en la embajada enviada a diversas ciudades en 343 aC, tras la invasión de Epiro por Filipo. Poco después de la batalla de Queronea quedó al frente de la hacienda pública durante un período de doce años, y se encargó de llenar las arcas incluso arriesgando sus propiedades, pues bajo su garantía personal solicitó préstamos particulares para atender las necesidades más urgentes.