viernes, 12 de febrero de 2016

El saber y las clases sociales

De siempre, yo me atrevería a decir que desde el Neolítico, las sociedades han estado divididas en tres grupos: clase alta, clase media y clase baja.
Se han denominado de distintas maneras, se han subdividido y su número ha  variado en función de las épocas, pero la realidad de la historia es la que es. El esquema siempre se reproduce de la misma manera: la clase alta intenta mantener su poder, privilegios y riquezas. La clase media aspira a ocupar la élite de la sociedad, y en su lucha se alía con la clase baja -a la que promete luchar por la igualdad, la justicia social y la solidaridad-.

domingo, 7 de febrero de 2016

Licurgo

Licurgo nació en Atenas hacia el 390 aC (se desconoce la fecha exacta, pero era algo mayor que Demóstenes). Fue hijo de Licofrón, de la familia de los Eteobútadas, familia aristocrática pero unida a la causa democrática y vinculada con el ejercicio de cargos religiosos hereditarios: el sacerdocio de Atenea Poliada para las mujeres y el de Posidón Erecteo para los hombres, cargo que ejerció el propio Licurgo. Este origen contribuiría a la integridad y rigidez moral que le caracterizaron.

De su mujer, Calisto, tuvo tres hijos: Habrón, que tendría una importante carrera política, Licurgo y Licofrón, que le daría una única nieta, llamada también Calisto.

El pseudo Plutarco lo hace discípulo de Platón, y es cierto que algunos detalles, como la admiración filoespartana y la idea del sacrificio del individuo al Estado, podrían proceder de sus ideas. De Isócrates habría tomado algunos rasgos de estilo y expresiones.

En los asuntos públicos intervino tardíamente, cuando ya superaba el medio siglo de vida. Es posible que acompañara a Demóstenes en la embajada enviada a diversas ciudades en 343 aC, tras la invasión de Epiro por Filipo. Poco después de la batalla de Queronea quedó al frente de la hacienda pública durante un período de doce años, y se encargó de llenar las arcas incluso arriesgando sus propiedades, pues bajo su garantía personal solicitó préstamos particulares para atender las necesidades más urgentes.

La Comedia Antigua

 De las antiquísimas procesiones de comparsas, que cantaban y bailaban por las calles, deriva etimológicamente el nombre de «comedia». Nuestro conocimiento sobre estos orígenes y sobre el desarrollo de la Comedia Antigua es excesivamente parcial, dado que las únicas obras que conservamos completas proceden de la mano de Aristófanes (y podrían no responder a un modelo genérico).

Al parecer, su reconocimiento por el Estado fue algo más tardío que en el caso de las tragedias, y comenzaron a ser representadas en la festividad de las Dionisias Urbanas del 486 aC. Entorno al 440 aC también empezaron a representarse en las Leneas.

Las comedias clásicas están contenidas en el marco de la vida en la polis, y sirven de cauce para la crítica política, social, cultural y literaria. Igualan o incluso superan en extensión a las tragedias; transmiten, con la risa, un mensaje de enorme seriedad; alternan lo grotesco y chabacano con efusiones del mayor lirismo, y poseen una estructura formal complicadísima. El poeta cómico (a diferencia del trágico) debe inventar sus argumentos, y se le exige poner al público en antecedentes. Pero al mismo tiempo este hecho lo exime de dar una consistencia psicológica más firme a sus personajes, algo que resultaría inexcusable en una tragedia.

jueves, 4 de febrero de 2016

DESCARTES Y LA RECONSTRUCCIÓN DEL MUNDO

A partir de la demostración (sin duda problemática) de la existencia de Dios, Descartes procede a aprovechar tal figura para apuntalar la reconstrucción del mundo, que la duda metódica había dejado en escombros.

No debemos olvidar que Dios es:

    Omnipotente
    Supremamente bueno

Estas dos cualidades divinas son esenciales para que Dios se convierta en garantía de:

    Del buen funcionamiento de la razón frente a la amenaza del genio maligno.
    De mi sentido de la realidad: no me engaño cuando creo que estoy despierto, ni cuando creo que los sentidos nos proporcionan información de algo externo a nosotros, ni de la existencia de mi cuerpo, en el que mi alma ocupa un lugar como ser pensante.