Una de las cosas que más interesantes de las obras de Shakespeare es la capacidad de profundizar en los problemas del corazón humano.
Todas sus obras trágicas observan este conflicto, la tragedia de lo humano. Pocos autores han sido tan valientes y sutiles en sus creaciones presentando las complejas relaciones humanas. La personalidad de sus criaturas en todas sus facetas: el amor y el odio, la venganza, la codicia, la cobardía, la ambición y la nobleza, la fuerza y la debilidad, el pecado y la virtud etc.
Shakespeare supera cualquier barrera, incluida por supuesto los esquemas deterministas del puro teatro, para reflejar la vida en todo su universo, agrandándola y empequeñeciéndola.