sábado, 5 de marzo de 2016

Neoplatonismo en el Renacimiento

En Renacimiento no sólo constituye un movimiento transitorio de la Edad Media a la Edad Moderna. Renacimiento significa "volver a nacer", entendido como la recuperación de la Antigüedad clásica, es decir, griega y romana. La recuperación del mundo clásico era una aspiración presente desde los intelectuales medievales , pero puede hablarse de una reivindicación más acentuada por la toma de Constantinopla en 1453, motivo por el cual, maestros de la lengua griega migraron a Italia, en donde intentaron conformar una identidad cultural, que posteriormente se consolidó con el humanismo. Sin embargo este proceso se dio desde distintos ámbitos, como el arte, la filosofía, la política y la literatura.

En la Italia del siglo XV (especialmente en la Florencia de los Medici), en el contexto intelectual del humanismo renacentista, se recuperó la tradición del platonismo, frente al aristotelismo (o neoaristotelismo) dominante en el escolasticismo de la Baja Edad Media y comienzos de la Edad Moderna. Un hecho fundamental fue el contacto con los intelectuales bizantinos (como Pletón o Juan Argiropoulos ) que acudieron al Concilio de Ferrara-Florencia de 1438-1455. Las figuras más destacadas de la Academia platónica florentina fundada entonces fueron Marsilio Ficino y su discípulo Giovanni Pico della Mirandola (el Princeps Concordiae, más ecléctico, pues, reaccionando contra el humanismo extremo, defendía la mejor tradición de los comentaristas aristotélicos medievales, como Avicena y Averroes -carta a Ermolao Barbaro, 1485-). La difusión de los escritos atribuidos a Hermes Trimegisto tuvo también un importante papel. Los principales opositores a esta concepción filosófica, fueron los aristotélicos. Mientras que éstos se enfocaban en la naturaleza de las cosas, los platónicos centraban su filosofía en la naturaleza del hombre, su procedencia y su destino.

Marsilio Ficino

La Academia Platónica Florentina fue uno de los núcleos humanistas orientados hacia la filosofía platónica en el siglo XIV y XV.
Una de las figuras más representativas de esta academia fue Marsilio Ficino (1433 - 1499).

Su filosofía tiene un marcado tinte cristiano de tradición medieval, que versa sobre cómo "la vida debe encaminarse hacia la salvación, el mismo fin se advierte en el conocimiento." Sin embargo presenta una diferencia notable: su modelo no es San Agustín, es Platón. Considera que la tradición cristiana se compara con la doctrina platónica de la Ley divina, en la que se remonta a Zoroastro, los pitagóricos y a Mercurius Maximus. En su obra principal, Theologia platonica de immortalitate animorum, manifiesta una congruencia entre la tradición mosaica con el platonismo y el cristianismo.

Cosmogonía

La filosofía de Marsilio y de Giovanni Pico della Mirandola abarcó varias implicaciones cosmológicas y cosmogónicas, en cuanto a la estructura del universo, la Astrología y la magia.

Estructura del Universo

En la Theologia platonica de immortelitate animorum, Marsilio describe el orden del cosmos en un orden fijo: Dios, los ángeles, el alma, las cualidades y cuerpos; las almas se dividen en: alma del mundo, almas de las esferas y almas de los animales. Todas las partes del mundo y sus elementos son recíprocamente contrarios, y a la vez, constituyen una unidad. Conserva la descripción astronómica del cielo descrita por Ptolomeo (Geocentrismo), en donde los planetas, incluidos el Sol y la Luna, y el firmamento giran alrededor de la Tierra en esferas concéntricas. Para la astronomía ptolemaica y aristotélica, el Primer motor inmóvil es la fuerza que mueve a todas las esferas celestes alrededor de la Tierra; por su carácter primario, ningún movimiento le precede, y es el principio de todo. Pero para Marsilio y Giovanni Pico, este orden no puede ser una potencia superior per se, sino que cada esfera tiene un alma angélica, proporcionada por Dios, que la dota de movimiento inteligente y la incorpora a su unidad suprema, que es el alma del mundo. La impronta neoplatónica en esta construcción figurada del mundo se encuentra en que el hombre es el centro del universo, puesto que, el hombre al estar dotado de alma, su naturaleza y aspiración a la unidad, la perfección y la belleza, lo dirige a Dios. El alma del hombre (y de todas las cosas) son conducidas de una verdad hacia otra hasta llegar al origen, a la unificación con el Logos (en su acepción teológica), es decir, con Dios.

Astrología

Bajo la misma concordancia estructural del universo, las esferas celestes tienen una correspondencia directa con el orden inferior del mundo, y cada una tiene características, que al influir con lo terrenal, reflejan parte de su naturaleza. Por eso, para Marsilio, los astros pueden condicionar el comportamiento de las personas desde el nacimiento. Pero él está en contra de la astrología judiciaria, o sea, la determinista, pues el hombre, al tener alma, puede decidir si despertar o desarrollar dicho influjo de los astros.

Giovanni Pico retomó la síntesis neoplatónica de integración Dios-hombre-mundo, animada por Dios a través de los ángeles, y la realidad neoplatónica del alma e intelecto del cuerpo como parte del circuito celeste. Bajo esta premisa, dedicó gran parte de su vida a rechazar el determinismo astrológico (el que implica las artes adivinatorias por medio de lectura de cartas astrales, progresiones y predicciones).

Magia

En el neoplatonismo se concibe al universo como un ser vivo en el que no hay separación entre sus partes, sino que todo es parte de uno. La forma más adecuada de representación de esta concepción del mundo es el lenguaje y las imágenes poéticas. Marsilio consideraba que la expresión más originaria de la idea platónica de los conceptos eran los jeroglíficos, por ser la forma de expresión más intuitiva, cuya captación se escapa a la formulación abstracta de los conceptos y concentra en un símbolo toda la idea expresable. Por ejemplo, en la concepción cíclica del tiempo, donde el principio y el fin están atados, se reproduce la unidad de la creación y la destrucción de las cosas. Esta idea cíclica del tiempo, explica Marsilio, los sacerdotes egipcios la representaban con una sola imagen: el Uróboros.

La imagen del universo vivo y su tiempo cíclico, implica que todas las fuerzas que lo componen influyen entre sí, y la tarea del mago es conocer y utilizar estas fuerzas en su favor. En los astros, las piedras preciosas, las plantas, los rayos del sol y las partes del cuerpo acumulan y comunican estos influjos. Es por esto que una de las ocupaciones de Marsilio en la magia y la astrología fue la medicina.

Amor platónico en Marsilio

Los platónicos consideran que el caos es el mundo sin formas, y afirman que el mundo es un caos pintado de formas. Para ellos hay tres mundos y tres caos: el primer mundo es Dios (autor de todas las cosas y del Bien), luego Dios creó la menta angélica, y finalmente el alma del mundo. Sólo el tercer mundo es el que los hombres podemos ver. En el momento de la creación del alma angélica, ésta está llena de tinieblas y no tiene forma; pero como fue una emanación de Dios, su principio innato es volverse hacia Dios, iluminada por sus rayos que encienden su apetito, y al aproximarse, adopta su forma. Los tres caos son los vuelcos de las cosas redirigidas a Dios en sus diferentes órdenes de creación, y la forma de las cosas se adopta y se perfecciona según su nivel de encuentro con Dios. El motor que impulsa a las cosas hacia Dios es el amor: entendido como la búsqueda y aspiración a la belleza divina. El amor es la aspiración al goce de la belleza. La satisfacción del amor yace en lo que se muestra contento con nuestra mente, la vista y el oído; porque el alma sólo conoce con la mente, con los ojos y los oídos, no con el gusto, el olfato o el tacto. Por lo que los sentidos privilegiados del alma para amar son la vista el oído y la intuición, y los otros tres sentidos quedan relegados a placeres contrarios a la belleza. El verdadero amador siempre busca la honestidad y ama las cosas que son semejantes a él, y en calidad de amador verdadero, siempre será correspondido de la misma manera.

Fuentes: https://es.wikipedia.org/wiki/Neoplatonismo

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