jueves, 12 de abril de 2018

Teodoro el ateo

Teodoro, el Ateo (Cirene, c. 340 - íd., c. 250 a. C.), filósofo de la Escuela cirenaica, discípulo de Aniceris.

Nació en Cirene y allí fue discípulo del hedonista Arístipo. Vivió en la segunda mitad del siglo IV a. de C. y se sabe que fue desterrado de Cirene, aunque no constan las causas de esa expulsión.

Por Plutarco sabemos que se trasladó entonces a Atenas, donde se escapó por poco de ser juzgado por impiedad, de forma similar a Sócrates, ante el Areópago gracias a la intercesión de Demetrio de Falero; estuvo allí presuntamente entre el 317 y el 307 a. C.).

Expulsado al fin de Atenas, marchó a Egipto, quizá el 307 a. C., a la caída de Demetrio. Ptolomeo I le utilizó como embajador ante Lisímaco de Tracia, al que sin embargo ofendió por la libertad de sus frases. Quizá más tarde marchó a Corinto. Finalmente volvió a Cirene, donde vivió sus últimos años con un tal Mario, un romano, según Diógenes Laercio, aunque podría tratarse de Magas, el rey de esa ciudad. Ateneo dice que murió asesinado, pero eso podría ser un error.



Fue un discípulo del hedonista Aristipo y desarrolló una ética de corte utilitario muy radical. Era un libertario que rechazaba las opiniones convencionales y populares. Según Diógenes Laercio pensaba que "El sabio satisfará sus deseos abiertamente sin ninguna excusa". También era una especie de anarquista y cosmopolita, pues sostenía que "era muy de elogiar que el hombre no expusiera su vida por su patria". Una anécdota con la filósofa Hiparquia, a propósito de la idoneidad de las mujeres y la filosofía, no tiene desperdicio.

El mismo Laercio consideraba "nada despreciable" su obra no conservada Sobre los dioses, que es nada menos que el antecedente de las opiniones de Epicuro.

El testimonio de Cicerón, Pseudoplutarco, Sexto Empírico y escritores cristianos, como Clemente de Alejandría, lo consideraron "ateo", aunque algunos entendían que se refería a los dioses de la teología popular. Sin duda, sería mucho más sencillo formarse una opinión adecuada sobre Teodoro si los antiguos se hubieran preocupado más de conservar su obra que de perseguirla.

Fundó su propia rama dentro de la Escuela cirenaica o hedonista. Según el fundador de la misma, Arístipo, el objetivo máximo de la vida humana es obtener la felicidad y evitar la desgracia, una fruto de la prudencia y la otra de la idiotez; la prudencia y la justícia eran buenas y todo lo que se le oponía doloroso. Era un cosmopolita, como todos los helenísticos: negaba el nacionalismo y afirmaba que todo el mundo era su patria, y que no había mal alguno en robar o practicar el adulterio o el sacrilegio,[cita requerida] sino que la condena de la opinión pública formaba previamente una restricción de la libertad. Escribió una obra titulada Sobre los dioses donde según Diógenes Laercio ampliaba el ateísmo incipiente de Epicuro negando la existencia de los dioses griegos, aunque la opinión de Laercio es que más bien no creía en lo mismo que creía la gente corriente. Su discípulo Evémero explicará que los dioses son en realidad hombres ilustres divinizados (véase Evemerismo). La filósofa Hiparquía de Tracia, criticada por Teodoro, quien creía que la filosofía no era algo apropiado para las mujeres, escribió en su contra un libro titulado Cuestiones sobre Teodoro, el Ateo.

Fuentes:
Artículo: "Teodoro “el ateo” (340-250 a.C.)" Publicado en Blog La Revolución Naturalista por Eduardo Zugasti el 30 de Marzo de 2011.
URL: http://tabula-blog.blogspot.com.es/2011/03/teodoro-el-ateo-340-250-ac.html#.Ws8brohuaUk

Artículo: "Teodoro el ateo" publicado en http://www.esacademic.com URL: http://www.esacademic.com/dic.nsf/eswiki/1447916

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