martes, 10 de septiembre de 2019

Cómo lidiar con el Miedo

Una de las dificultades que enfrentamos al momento de construir relaciones efectivas con los demás es el miedo. Quisiera antes de continuar, exponer una diferencia entre el miedo y el temor. Me permitiré ilustrar esta diferencia con una breve y risueña historia:

Dos cazadores fotográficos se encontraban en el África de safari, y de repente se encontraron a 30 metros de distancia con un león. El miedo los invadió en un instante, dado que no tenían ningún arma con la cual defenderse. Sin embargo, uno de ellos, comenzó rápidamente a sacarse las botas que tenía puestas. Su compañero le preguntó: "¿Qué estás haciendo?" , mientras que el otro continuaba con su acción sin detenerse. "Me estoy sacando las botas para ponerme las zapatillas para correr", agregó sin inmutarse. "Pero estás loco. No vas a poder correr más rápido que el león", replicó su amigo. "No necesito correr más rápido que el león. Necesito correr más rápido que vos".



Esta historia me permite mostrar tres aspectos. El primero, nos muestra que el miedo está basado en la interpretación según la cual consideramos que nuestros recursos son inferiores frente al desafío que enfrentamos (posiblemente la emoción sería distinta si en vez de cámaras fotográficas nuestros amigos tuvieran un rifle de caza mayor). La consecuencia de ello, es una conversación interna que nos dice "algo malo puede ocurrirme".

?El segundo, es que el miedo no responde a una situación imaginaria. Aquí hay una amenaza real. Y el tercero, es que no debemos olvidar que si no tenemos recursos externos , podemos contar con "recursos internos" como la creatividad que no siempre la consideramos como un recurso real. En efecto, la creatividad aparece cuando dejamos de enfocarnos en los riesgos e intentamos analizar posibilidades que se nos abren ante el desafío en cuestión.

El temor para mí, se trata de una conversación interna sobre una posible consecuencia que considero desagradable o penosa para mí, y que se encuentra en un futuro posible. Por lo tanto no se trata de una situación real, sino de un pensamiento que sólo se encuentra en mi mente.

Por ejemplo, si quiero recibir un aumento de sueldo (lo valioso para mí) y debo conversar de ello con mi jefe ("el recurso externo"), puedo llegar a imaginar que como resultado de dicha conversación no sólo no voy a conseguir el aumento deseado, sino que además mi jefe puede reaccionar molesto por ello.

Aquí es muy importante recordar que esa situación no está ocurriendo en el momento presente. Es en efecto, una de las posibilidades que podrían desencadenarse. Es aquí nuevamente donde la creatividad puede ayudarnos. ¿Qué hace falta para que pueda fundamentar mi solicitud y al mismo tiempo, minimizar las posibilidades de que mi supervisor tome a mal mi pedido?

En definitiva, en este caso, el diseño de la conversación deberá atender tanto la necesidad "operacional" (el aumento de sueldo) como también la necesidad "personal" de mantener una buena relación con mi jefe.

Indagar sobre las razones por las cuales la persona se encuentra presa del temor también puede ser de ayuda, para mostrarle al otro lo desproporcionado de su juicio o de abrirle posibilidades de acción frente al desafío que enfrenta.
A tal efecto, suelo utilizar preguntas como las siguientes:


  • ¿Qué es lo que te genera temor (o te preocupa)?
  • ¿Qué te imaginas que podría suceder?
  • ¿Qué pérdida te generaría si ello que imaginas finalmente ocurriera?
  • ¿Qué es lo que hace que estés convencido de que ello va a suceder?
  • ¿Existe la posibilidad que ocurra un escenario diferente o mejor del que te imaginas?
  • ¿Se te ocurre alguna medida que podrías tomar para evitar que ocurra aquello que temes?
  • ¿Se te ocurre alguna manera de minimizar la magnitud del daño que pudieras sufrir, si finalmente ello ocurriera?
  • ¿Hay alguien que pudiera ayudarte en este desafío que enfrentas?
  • ¿Hay alguna otra cosa que pudieras hacer para estar tranquilo o más confiado frente a esta situación?

Tal vez estas preguntas no resuelvan la emoción de temor que lo embarga, pero le permitirá tener una mejor perspectiva frente al desafío que tiene por delante y así, ayudarlo a tomar la mejor decisión.

No olvidemos que tomarnos el tiempo para incorporar nuevos recursos (como lo es el aprendizaje, o la generación de nuevas relaciones que puedan brindarnos ayuda), es una variable que no siempre tomamos en cuenta.

Finalmente, tal vez nos demos cuenta que el temor aún persiste, Y ello no necesariamente debería ser considerado un problema, ya que nos estará dando la valiosa información de qué es lo valioso que puede estar en riesgo, y que recursos que deberíamos incorporar para poder enfrentar el desafío con mayor grado de probabilidad de éxito.

La decisión como siempre. está en nuestro poder.

Fuentes
Artículo: "Cómo lidiar con nuestras emociones: El Miedo" Publicado en  https://www.linkedin.com por Santiago María Guerrero, el 25 Agosto 2019. Consultado el 27 Agosto 2019.
URL: https://www.linkedin.com/pulse/c%25C3%25B3mo-lidiar-con-nuestras-emociones-el-miedo-santiago-mar%25C3%25ADa-guerrero/?trackingId=AgKHAgcTcCgy%2BOC490NlSg%3D%3D

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