¿Cuántas veces nos hemos encontrado queriendo dar grandes pasos, buscando atajos para llegar más rápido?
En nuestra búsqueda de cambios y transformaciones, solemos subestimar el poder de los pequeños avances diarios. (En lo que me atañe, ambiciono transformaciones en el ámbito de la Justicia. Que sean notorias. E ingratamente no valoramos las que son invisibles pero altamente significativas).
La realidad es que cada pequeño paso que damos, por insignificante que parezca, nos acerca un poco más a nuestras metas. Los cambios consistentes y constantes construyen el camino de manera sólida, sin prisas, pero con una firmeza que solo se logra con el tiempo y la paciencia.
Recordemos que no es solo el destino final lo que cuenta, sino el proceso. Cada paso pequeño es una victoria en sí misma. Es nuestra determinación y compromiso.