lunes, 29 de octubre de 2012

La Oratoria en Grecia.

 La oratoria es un fruto de la democracia y, por tanto, está totalmente relacionada con el siglo V a. C. Se mantiene más o menos hasta la llegada de Alejandro, es decir, hasta el fin de la democracia en el helenismo. Los últimos grandes oradores fueron Esquines y Demóstenes, ya en época helenística.

Hay que decir que cuando se establecen los subgéneros retóricos, se reconocen tres: político, judicial y epidíctico (demostrativo). Están establecidos de forma convencional, ya que su estructura formal es parecida.

 El canon de oradores se estableció en época helenística gracias a la aparición de las
bibliotecas. La lista se configuró con obras originales y espurias; pero junto a este canon existía una segunda lista en la que se incluían los oradores que podían ser modelos de oratoria. Esto ha sido fundamental para la pervivencia de autores y obras. Los tres oradores considerados paradigmáticos son Lisias, Isócrates y Demóstenes. Aquí también podríamos incluir a Esquines, al que le hizo mucha sombra Demóstenes.

Más secundarios podrían ser Antifonte, Andócides, Iseo, Licurgo e Hipérides. Además, también conservamos gran cantidad de fragmentos y citas. 

 La oratoria es un género creado como manifestación escrita para ser transmitida oralmente.

Lista cronológica de los principales oradores:

PRIMERA GENERACIÓN
   Antifonte (ca. 480-411)
   Lisias (ca. 459-380)
   [Discursos políticos de Tucídides] (420-410)
   Andócides (440-390)
   Isócrates (436-338)
   Iseo (415-344)
 

SEGUNDA GENERACIÓN
   Esquines (390-314)
   Demóstenes (384-322)
 

b. Antifonte
Es el más antiguo de los oradores, y nunca pronunció un discurso en público. Formaba parte de una familia aristocrática de Atenas y perteneció a los cuatrocientos tiranos de la ciudad, hecho por el que fue condenado a muerte. Sí sabemos que pronunció un discurso en su propia defensa. Conservamos quince obras completas (tres tetralogías y tres discursos) también se le atribuye un discurso de epitafio. En Alejandría se le atribuían unas sesenta obras pero ya se asumía que un número importante (cerca de treinta) eran falsas.


c. Lisias
Era hijo de una familia rica de metecos (el Banquete de Platón se sitúa en su casa) y participó activamente en la política de Atenas y de Turios, donde conoció a los iniciadores de la sofística.
Fue expulsado de Turios y llega a Atenas en el 413, durante la tiranía de los 400, que no veía con buenos ojos a los extranjeros. Con los 30 tiranos se le persigue y vuelve a huir de Atenas.
Con Trasibulo regresa y se le concede la ciudadanía. Tiene que dedicarse a la logografía
durante la mitad de su vida. Se la atribuían más de cuatrocientos discursos, aunque la mitad ya se consideraban falsos en época helenística.


 d. Discursos de Tucídides
En la Historia de la Guerra del Peloponeso encontramos varios discursos de carácter político.


e. Andócides
También perteneció a una familia adinerada. No fue logógrafo, pero se dedicó a escribir
discursos políticos. Perteneció al grupo de Alcibíades y también fue acusado de la mutilación de los Hermes. Tras el triunfo de Trasibulo y la derrota de los treinta tiranos pudo volver a Atenas. Desempeñó un papel muy importante en 391, ya que se encargó de negociar la paz con Esparta.


f. Isócrates
Al igual que el resto de autores perteneció a una familia acomodada, gracias a lo que pudo recibir enseñanzas de los sofistas: Protágoras, Pródico y Gorgias fueron sus maestros.

g. Iseo
Debido a su condición de meteco, no podía participar en política, de ahí que no tenemos
discursos políticos. Pero sí se dedicó a la logografía. Fue discípulo de Isócrates y Lisias; 


h. Esquines
 Esquines es el único orador de vida humilde, y por eso tuvo que dedicarse a la logografía para vivir. Perteneció a la facción promacedónica, lo que propició su enfrentamiento con
Demóstenes.


Fuente:  http://edu.jccm.es/ies/cifuentes/attachments/Griego%20II.%20La%20oratoria%20en%20Grecia.pdf


Oratoria

Los griegos concedían un gran valor al arte de la palabra, que podía ser mágica, hechizadora, persuasiva y convincente.
Sin embargo, fue la democracia ateniense la que provocó el desarrollo de la oratoria y sus técnicas, ya que los ciudadanos debían hablar bien en sus discursos ante la Asamblea y los Tribunales.
En la Atenas clásica había una cierta afición a los litigios pero no existían abogados ni fiscales, por tanto, los ciudadanos debían aprender a rebatir argumentaciones y a ganarse al auditorio. No todo el mundo era capaz de hacer eso, pero se podía recurrir a los logógrafos, escritores de discursos; algunos de éstos también fueron grandes oradores.
  • Lisias (445- 380 a. C.). Su familia era originaria de Siracusa, él pasó algún tiempo en Turios (sur de Italia) formándose en la retórica, volvió a Atenas y se ganó la vida como logógrafo. Por su condición de meteco, no ciudadano ateniense, no podía pronunciar sus discursos en la Asamblea. Pero sí tuvo interés en los asuntos políticos y colaboró en la derrota de los Treinta Tiranos.
  • Isócrates (436 338 a. C.) Logógrafo y maestro de retórica. Toda su larga vida se lamentó de la desunión de los griegos frente al peligro de los persas, confiaba en la unión de Atenas y Esparta, pero pronto se sintió decepcionado, llegó a confiar incluso en Filipo II de Macedonia como protector de Grecia. Sus discursos eran muy elaborados,  evitaba los hiatos y buscaba la armonía y el equilibrio.
  • Demóstenes (384- 322 a. C.) comenzó su carrera como orador en los juicios contra sus tutores, ya que Demóstenes quedó huérfano de niño y éstos dilapidaron su herencia. Compuso discursos judiciales, muchos de ellos por encargo, y políticos, en estos últimos destacan sus discursos en contra de Filipo II de Macedonia: Las Filípicas. Se le considera el mejor orador griego por la belleza de sus discursos y por su fuerza de voluntad para vencer sus dificultades para hablar en público. Pero ante todo fue un gran defensor de la democracia ateniense que ya estaba a punto de desaparecer.
    Fuente: http://recursos.cnice.mec.es/latingriego/Palladium/cclasica/esc324ca10.php

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