jueves, 18 de julio de 2013

Eusebio de Cesarea

Biografia e Historia.

(Palestina, c. 265 - id., 339) EUSEBIO DE CESAREA vivió bajo la persecución de Diocleciano, asistió a los cambios que trajeron la paz a la Iglesia, y se encontró enseguida en el centro de la controversia arriana.

Escritor y prelado cristiano griego. Favorito del emperador Constantino, fue elegido obispo de Cesarea en 313 e intervino en las luchas entre ortodoxos y arrianos. Llevado por su espíritu conciliador, se enfrentó varias veces con Atanasio. Fundó la historiografía eclesiástica, fijó las bases de la cronología hasta 323 en su Crónica.

Llamado el padre de la historia eclesiástica, Eusebio nació entre los años 260 y 265 en Palestina, probablemente en Cesarea, donde estudió (en la escuela fundada y en la biblioteca dejada por Orígenes) junto al sacerdote Pánfilo. Fue discípulo de Pánfilo de Cesarea y, a través de él, de Orígenes, y conservó siempre una gran veneración por ambos. Cesarea era entonces un centro importante del saber, por obra de Orígenes, y la biblioteca que éste había fundado era extremadamente rica. El año 313, Eusebio comienza a ser obispo de Cesarea.

Cuando estalló la gran crisis arriana, no parece que Eusebio se diera cuenta de la gravedad del problema. Al principio defendió a Arrio; luego se pronunció por la divinidad del Hijo, pero se opuso al empleo del término homousios, pues le parecía que llevaba al modalismo, e insistía en que esa divinidad del Hijo se debe formular con expresiones bíblicas, y no con términos filosóficos; al final acabó firmando las actas del concilio de Nicea, aunque protestando interiormente.

Poco después, en la reorganización del partido pro arriano que siguió casi enseguida de la terminación del concilio, se alió abiertamente con Eusebio de Nicomedia, el obispo de la corte que acaudillaba ahora esta facción. Tuvo una actuación destacada en el sínodo de Antioquía (330) que substituyó al obispo de esta ciudad por uno arriano, y en el sínodo de Tiro (335), que excomulgó a San Atanasio. También escribió dos tratados contra el obispo Marcelo de Ancira, niceno, que fue depuesto poco después. Eusebio murió el año 339.

Era grande su admiración por Constantino, el emperador cristiano que había acabado de una vez no sólo con la última y más violenta de las persecuciones, sino con la precariedad de los períodos de paz; a cambio recibió de Constantino un trato de favor. Eusebio fue su principal consejero en materias teológicas, y no hay que excluir que inspirara más de una de las medidas tomadas por el emperador contra los obispos nicenos.

Sin embargo, su posición doctrinal se suele definir como semiarriana pues, aunque se oponía a la terminología de Nicea, defendía que el Hijo era Dios.



 OBRA

 Eusebio de Cesarea no es un pensador profundo, y su estilo no es elegante ni diáfano. En cambio su erudición era inmensa, y notable su espíritu de investigador. Entre los padres griegos, sólo Orígenes le supera en la amplitud de sus conocimientos, tanto sagrados como profanos. Por eso, mientras sus obras de controversia tienen en general un valor relativo a causa de esta misma falta de profundidad, sus obras de historia son una mina de información; a algunos autores cristianos y a sus obras los conocemos sólo a través de él, pues a menudo cita textualmente largos párrafos de sus escritos. De manera que Eusebio se considera como el fundador de la Historia de la Iglesia y, podríamos también añadir, de la Patrología. Son esas obras históricas las que le han dado su merecida fama.

La primera que escribió, en los alrededores del 303, es la Crónica; se conserva en una traducción armenia del siglo vi que a su vez se basa en una revisión hecha por el mismo Eusebio. Es un resumen de la historia de la humanidad, desde los principios conocidos, en la que sigue a una serie de autores clásicos; su segunda parte está formada por unos cuadros sincrónicos construidos a partir de Abraham. Con ella pretendía demostrar que la religión judía, de la que la cristiana es continuación, es la más antigua de todas. El sentido crítico de Eusebio es bueno, y esta obra constituye una de las fuentes en que más se ha podido apoyar la investigación histórica moderna.

La Historia eclesiástica cubre desde los principios hasta el año 324. Es sobre todo una colección muy valiosa de hechos y documentos de la vida de la Iglesia, recogidos también con un notable sentido crítico. Su intención es apologética, pues se propone presentar las listas de obispos de las sedes principales, los testigos de la tradición y los herejes, los castigos de Dios a los judíos, las persecuciones de los cristianos y los martirios, seguidos de la victoria final de la Iglesia. Tuvo un gran éxito y fue muy copiada y conocida, tanto en Oriente como en Occidente. Es una de las fuentes mejores que tenemos para conocer la antigüedad cristiana.

Los mártires de Palestina describe la persecución del año 303 al 311, y los hechos que narra son bien conocidos del autor, contemporáneo de ellos.

Eusebio escribió también panegíricos de Constantino, al que ya hemos dicho que apreciaba y admiraba. La Vida de Constantino es un escrito encomiástico, dentro de un género literario muy común entonces, dedicado a la memoria del emperador; la Alabanza de Constantino fue escrita en el 30 aniversario de Constantino como emperador (335). Ambos contienen datos históricos de interés.

Nuestro autor es uno de los últimos que escribe apologías en las que aprovecha las ideas de los apologistas anteriores y añade otras muchas suyas. Son las que siguen. La Introducción general, en parte perdida. La Preparación evangélica y la Demostración evangélica, dos partes de una sola obra, la primera de las cuales se conserva en su totalidad y la segunda parcialmente; la primera de ellas trata de denunciar los errores de las religiones paganas para probar la superioridad de la religión judía; la segunda trata de mostrar cómo y en qué sentido la religión cristiana es continuación de la judía; ambas están escritas con la mirada puesta en las críticas de Porfirio, contra el que Eusebio había escrito un libro que se ha perdido. Finalmente la Teofanía, conservada en una traducción siríaca, es la última de las que compuso, y expone la manifestación de Dios a través de la encarnación del Verbo. A estas obras apologéticas se podría añadir aún otra, muy breve y que se conserva, Contra Hierocles, el gobernador de Bitinia.

En el terreno de las Sagradas Escrituras y de la exégesis, Eusebio continuó con la labor de restitución del texto bíblico que había iniciado Orígenes; compuso una tabla para localizar fácilmente los pasajes comunes de los cuatro evangelios (cánones eusebianos); preparó un diccionario geográfico de los lugares nombrados en la Biblia (Onomasticón) que se conserva, y que era una parte de uña obra más completa de geografía bíblica. También tiene algunas obras de exégesis (de los Salmos, de Isaías) y tratados destinados a esclarecer algunos puntos obscuros (preguntas y respuestas sobre los evangelios, la poligamia de los patriarcas, la Pascua).

Las obras dogmáticas de las que tenemos noticia son: la Defensa de Orígenes, escrita en colaboración con su maestro Pánfilo y de la que nos ha llegado sólo una pequeña parte. Contra Marcelo, que se conserva, en la que defiende su postura antinicena y rechaza los ataques del obispo niceno Marcelo de Ancira. Sobre la teología eclesiástica, que también se conserva, y en la que sigue refutando a Marcelo de Ancira, al mismo tiempo que muestra algunas tendencias origenistas.

De sus cartas, que sin duda eran muy numerosas, sólo tres nos han llegado completas.

Obras que versan la crítica bíblica

Pánfilo y Eusebio se ocuparon juntos de la lectura crítica de las Escrituras tal como eran presentadas en la versión de la Biblia llamada la Septuaginta. Se dedicaron al estudio del Antiguo Testamento y especialmente el Nuevo Testamento. Efectivamente, parece que uno de los manuscritos de la Septuaginta preparado por Orígenes, habría sido trabajado y revisado por los dos según San Jerónimo.
Para facilitar la búsqueda de los textos evangélicos, Eusebio dividió la versión de las Escrituras que tenía en su poder en párrafos que remetían en una tabla sinóptica, para así encontrar los versículos que se referían mutuamente.

La Crónica

Las dos grandes obras históricas de Eusébio son la Crónica y Historia de la Iglesia. La primera (en griego, Pantodape historia, o sea, Historia Universal) está dividida en dos partes. La primera parte (en griego: Chronographia, o sea Anales o cronología) pretende ser un compendio de historia universal, organizada según las diversas naciones, recogiendo las fuentes históricas que Eusebio pesquisó arduamente. La segunda parte (en griego, Chronikoi kanones) intenta establecer sincronismos de los documentos históricos en columnas paralelas. Es uno de los ejemplos más antiguos de lo que es frecuente, hoy en día, en las obras de referencia, como enciclopedias, donde las tablas cronológicas son un instrumento de trabajo y consulta.
El trabajo original, completo, está perdido. Pudo, sin embargo, ser reconstruido a partir de los extractos copiados (epítomes), con incansable diligencia, por los cronólogos de la escuela bizantina, especialmente Jorge sincerlo, el Monje. Las tablas cronológicas de la segunda parte fueron preservadas totalmente en una traducción hecha por San Jerónimo, y las dos partes existen también en una traducción en armenio, aunque su valor es discutible debido a las alteraciones respecto al original que podrían haber sido hechas por los traductores. La Crónica, tal como la conocemos, se extiende hasta el año 325 y fue escrita antes de la Historia de la Iglesia.

La Historia de la Iglesia

En su Historia de la Iglesia o Historia Eclesiástica (en griego, Θεοφάνεια, lit. Manifestación (o visión) de Dios), Eusebio trató, de acuerdo con sus propias palabras, (I, i.1), de presentar la historia de la Iglesia desde los apóstoles (historia conocida como "Hechos de los Apóstoles") hasta sus días, teniendo en cuenta los siguientes aspectos:
  1. la sucesión de los obispos en los sínodos principales;
  2. la historia de los Doctores de la Iglesia;
  3. la historia de las herejías;
  4. la historia de los judíos;
  5. las relaciones con los paganos;
  6. el martirologio.
Agrupó su material de acuerdo con los reinados de los emperadores, presentándolo tal como lo encontró en sus fuentes. El contenido consistía en:
  • Libro I: introducción detallada sobre Jesucristo.
  • Libro II: la historia de la época apostólica, desde la Caída de Jerusalén hasta Tito.
  • Libro III: la época después de Trajano
  • Libros IV y V: el Siglo II
  • Libro VI: el período de Septimo Severo a Decio.
  • Libro VII y VIII: historial de las persecuciones bajo el reinado de Diocleciano
  • Libro IX: Historia de la victoria de Constantino I sobre Majercio en el Occidente y sobre Maximino en el Oriente.
  • Libro X: El restablecimiento de las congregaciones y la rebelión y conquista de Licinio.
Tal como se conserva, la obra se concluyó antes de la muerte de Crispo, en julio del 326, y desde el Libro X que se dedicaba a Paulino de Tiro que murió antes del año 325 (final del 323 o 324). Este trabajo es realmente impresionante para la investigación que exigía y debió haberle ocupado por varios años. Su martirologio fue uno de los estudios preparatorios para su obra.
La autenticidad de la Historia de la Iglesia de Eusebio no ha sido cuestionada. Los descubrimientos recientes van revelando la forma responsable, cuidada e inteligente en que las bibliotecas de Cesarea y Jerusalén eran administradas.
En uno de los pasajes de su obra, Eusebio declara que las calamidades sufridas por el pueblo judío se debían al papel que éstos jugaron en la muerte de Jesús. Este pasaje ha sido usado a lo largo de la historia, para atacar tanto a judíos como a cristianos:
desde ese tiempo que las rebeliones, guerras y conspiraciones dañosas los siguió, a cada uno, en rápida sucesión, incesantemente, en la ciudades, en toda Judea, hasta que el sitio de Vespasiano los aplastó. Fue así que la venganza divina se cumplió para con los judíos por los crímenes que osaron perpetrar contra Cristo.

Obras históricas menores
Antes de compilar su historia de la Iglesia, Eusebio trabajó en el martirologio del período primitivo y una biografía de Pánfilo. El martirologio no fue conservado en su totalidad, aunque se conserva todas sus partes. Contiene:
(1) una epístola de la congregación de Esmirna concerniente el martirio de Policarpo
(2) el martirio de Pionio;
(3) los martirios de Carpo, Papilo y Agatónica;
(4) el martirologio de las congregaciones de Vienne y Lyon (Francia);
(5) el martirio de Apolonio.
De la vida de Pánfilo sobrevive apenas un fragmento. Una obra sobre los mártires de Palestina fue hecho después del 311. Un gran número de fragmentos se encuentran diseminados por varios catálogos de leyendas, todavía por compilar. La vida de Constantino fue compilada después de la muerte del emperador y la elección de su hijo como uno de los augustos (co-emperadores romanos) en el año 337. Es más un panegírico, repleto de retórica, que una biografía, aunque tiene un gran valor histórico por los documentos que incorpora.

Apologías y obras dogmáticas
Entre las obras de carácter apologético o dogmático pertenecen:
(1) La "Apología de Orígenes", cuyos primeros cinco libros pudieron haber sido escritos al oír Pánfilo, en la prisión, asistido por Eusebio, según las palabras de Focio. Eusebio escribió el sexto libro después de la muerte de Pánfilo. Existe actualmente una traducción en latín del primer libro, hecha por Rufino.
(2) Un tratado contra Híerocles de Alejandria, (gobernador romano y filósofo Neoplatónico), en el cual Eusebio rebatió la glorificación de Apolonio de Tiana hecha por Hiérocles. El trabajo se llamaba "Discurso de Amor a la Verdad" (en griego, Philalethes logos);
(3) y (4) dos obras importantes, relacionadas la una con la otra, conocidas por los nombres en latín Praeparatio evangelica y Demonstratio evangelica, la primera trata de demostrar la excelencia del cristianismo sobre todas las religiones y filosofías paganas. La Demonstratio consistía originalmente de veinte libros de los cuales han sido preservados diez completamente, además de un fragmento del décimo-quinto libro. Eusebio consideraba su obra como una introducción a la cristiandad para los paganos. El trabajo fue completado probablemente antes del año 311.
(5) en otro texto, con origen en el período de las persecuciones, entitulado "Extractos Proféticos" (Eklogai prophetikai), discute en cuatro libros los textos mesiánicos de las Escrituras.
(6) el tratado "De la Manifestación Divina" (Peri theophaneias), , escrito ya posteriormente a estos, trata de la encarnación del Logos Divino, siendo, en varios aspectos, idéntico a su Demonstratio evangelica. De esta obra sólo quedan fragmentos.
(7) el polémico tratado "Contra Marcelo", escrito alrededor del 337;
(8) un suplemento al trabajo anterior, intitulado "De la Teología de la Iglesia", donde defiende la doctrina nicena del Logos, contra el partido de Atanasio.
Un gran número de escritos que pertenecen a esta categoría, están completamente perdidos hasta la fecha.

Obras exegéticas y otras
De las obras exegéticas de Eusebio no nos llegó nada en su forma original. Los llamados "comentarios" se basaban en manuscritos posteriores copiados de esa serie de escritos. Una obra más completa, de naturaleza exegética, preservado apenas en fragmentos, se intitula "Sobre las Diferencias de los Evangelios" y fue escrito con el deseo de armonizar las contradicciones en los relatos de los diferentes evangelistas. Fue también con propósitos exegéticos que Eusebio escribió sus tratados de arqueología bíblica:
(1) una obra sobre los equivalentes en griego de los nombres de familia hebreos.
(2) una descripción de la antigua Judea, con una relación de la distribución de las diez tribus.
(3) un plano de Jerusalén y del Templo de Salomón.
Estos tres tratados están perdidos. Una obra intitulada "Sobre los Nombres de los Lugares en las Sagradas Escrituras" sobrevivió hasta nuestros días.
Aun así, se debe hacer mención de los discursos y sermones, algunos de los cuales han sido preservados hasta hoy día, como es el ejemplo de un sermón para la congregación de la iglesia de Tiro, y un discurso para el trigésimo aniversario del reinado deConstantino I(336). De las cartas de Eusebio, quedan apenas algunos fragmentos.


Otros articulos interesantes:
http://infocatolica.com/blog/historiaiglesia.php/1008161116-eusebio-de-cesarea-la-ultima
http://infocatolica.com/blog/historiaiglesia.php/1003170111-ifue-la-peor-persecucion-de-l
http://infocatolica.com/blog/historiaiglesia.php/los-comienzos-de-la-iglesia-contados-por
http://infocatolica.com/blog/historiaiglesia.php/0909030757-los-comienzos-de-la-iglesia-c


Fuentes: http://mercaba.org/Moline/eusebio_de_cesarea.htm
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/e/eusebio_de_cesarea.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Eusebio_de_Cesarea

No hay comentarios:

Publicar un comentario