jueves, 4 de junio de 2015

Constantinopla

Constantinopla (en griego Κωνσταντινούπολης, Konstantinúpolis, abreviado como ἡ Πόλις, ί Pόlis, 'La Ciudad'; en latín Constantinopolis, en turco otomano formal Konstantiniyye) es el nombre histórico de la actual ciudad de Estambul (en idioma turco İstanbul), situada a ambos lados del Estrecho del Bósforo en Turquía, y que fue capital de distintos imperios a lo largo de la historia, a saber: del Imperio romano (330-395), del Imperio romano de Oriente o Imperio bizantino (395-1204 y 1261-1453), del Imperio Latino (1204-1261) y del Imperio otomano (1453-1922). Estratégicamente situada entre el Cuerno de Oro y el mar de Mármara en el punto de encuentro de Europa y Asia, la Constantinopla bizantina fue baluarte de la Cristiandad y heredera del mundo griego y romano. A lo largo de la Edad Media fue la mayor y más rica ciudad de Europa, y conocida como «la Reina de las Ciudades» (Basileuousa Polis). Por otra parte, fue llamada la Encrucijada del Mundo, pues era el nexo de comercio entre Asia, Europa y África (marítimo).

Dependiendo de sus gobernantes y el momento histórico, ha tenido diferentes nombres; entre los más comunes están Bizancio (en griego Byzantion), Stamboul o Nueva Roma (en griego Νέα Ῥώμη, en latín Nova Roma), este último un nombre más eclesiástico que oficial. Fue conocida por la Guardia Varega con el nombre de Miklagarðr (Gran Ciudad). Fue rebautizada oficialmente Estambul (su nombre actual) en 1930 mediante la Ley Turca de Servicio Postal, una de las reformas nacionales impulsadas por Atatürk.

Constantino el Grande, fundador de la ciudad

En el año 324 Constantino I el Grande, el emperador que refundaría la ciudad de Constantinopla, vence al coemperador romano Licinio (Flavio Valerio Licinio Liciniano 250-325), transformándose en el hombre más poderoso del Imperio Romano. En ese contexto decidió convertir la ciudad de Bizancio en la capital del Imperio, comenzando los trabajos para embellecer, recrear y proteger la ciudad. Para ello utilizó más de cuarenta mil trabajadores, la mayoría esclavos godos.

Después de seis años de trabajos, hacia el 10 de mayo de 330, y aún sin finalizar las obras —se terminaron en 336— Constantino inauguró la ciudad con unos ritos tradicionales, que duraron 40 días. La ciudad entonces contaba con unos 30 000 habitantes. Un siglo más tarde había alcanzado el medio millón, convirtiéndose en la ciudad más grande del mundo; algunos autores, en determinados momentos de su historia, llegan a atribuirle hasta un millón.

Rebautizada Nea Roma Constantinopolis (Nueva Roma de Constantino), aunque popularmente llamada Constantinopolis (en griego Κωνσταντινούπολη), fue reconstruida a semejanza de Roma, con catorce regiones, foro, capitolio y senado, y su territorio sería considerado suelo itálico (libre de impuestos). Al igual que la capital itálica, tenía siete colinas.

Constantino no destruyó los templos existentes, ya que no persiguió a los paganos, es más, construyó nuevos templos para paganos y cristianos, especialmente influido por estos últimos. Tal es así que durante su gobierno se abolió la crucifixión, las luchas entre gladiadores, se reguló el divorcio, dándose mayor protección legal a la mujer y se mantuvo una mayor austeridad sexual, según las costumbres que después se convertirían en cristianas. Además construyó iglesias como la de Santa Irene y la iglesia-mausoleo, donde fue enterrado el emperador. Constantino jamás se declaró religioso, sólo lo llegó a ser en el lecho de muerte, siendo bautizado por el arriano Eusebio de Nicomedia.

Nueva Roma fue embellecida a costa de otras ciudades del Imperio, cuyas mejores obras fueron saqueadas y trasladadas a la nueva capital. En el foro se colocó una columna donde se emplazó una estatua de Apolo a la que Constantino hizo quitar la cabeza para colocar una réplica de la suya. Se trasladaron mosaicos, esculturas, columnas, obeliscos, desde Alejandría, Éfeso y sobre todo desde Atenas. Constantino no reparó en gastos, pues quería levantar una capital universal.

La ciudad contaba con un hipódromo, construido en tiempos de Septimio Severo (año 203), que podía albergar más de 50 000 personas y era la sede de las fiestas populares y de los homenajes a los generales victoriosos del Imperio. Sus tribunas también fueron testigo de tribunales donde se dirimían los casos más relevantes. Hoy en día, el hipódromo sólo es una plaza del centro de la ciudad (Estambul), donde se conservan los dos obeliscos que se encontraban en el eje de la pista, uno de ellos perteneciente al faraón egipcio Tutmosis III.

También se dio gran importancia a la cultura. Constancio II creó una de las primeras universidades del mundo al fundar, en el 340, la Universidad de Constantinopla, aunque luego fuera reformada por el emperador Teodosio II en 425. En ella se enseñaba Gramática, Retórica, Derecho, Filosofía, Matemática, Astronomía y Medicina. La universidad constaba de grandes salones de conferencias, donde enseñaban sus 31 profesores.

Al morir Constantino, la fragmentación del Imperio Romano era un hecho. Sin embargo, esto no se produciría hasta la muerte de uno de sus sucesores: Teodosio, quien en 395 dividió en dos el Imperio y cedió el mando de la parte occidental, con sede en Milán, a su hijo Honorio; y la parte oriental, con sede en Constantinopla, a su otro hijo, Arcadio, dando comienzo al Imperio Bizantino que, a diferencia de la parte occidental cuya decadencia fue cada vez mayor, se mantuvo pujante hasta 1453. A Teodosio se debe el foro de su nombre en la antigua Constantinopla.

En época del emperador Justiniano (527-565) se construyó el templo de Santa Sofía, donde sus arquitectos tuvieron que idear una cúpula para cubrir el amplio edificio de planta rectangular. Tan complejo fue el trabajo que la primera cúpula se derrumbó; la segunda es la que hoy se puede ver en el edificio. Justiniano también construyó la iglesia de los santos Sergio y Baco, entre 527 y 536 después de Cristo.

Durante el gobierno del emperador Heraclio (610-641) se creó la Academia Patriarcal de Teología, que luego fuera organizada también como universidad.

Murallas

Las murallas de la ciudad datan del siglo V y tenían una extensión de 30 km, de los cuales sólo quedan siete, restaurados en 1980. Este sistema defensivo, que contaba con torres y fosos, sólo fue superado en dos ocasiones: la primera en 1204 por el ejército de la Cuarta Cruzada, que derrocó al emperador, que lo mandó reconstruir al recuperar la ciudad, y la segunda en 1453 por el Sultán otomano Mehmet II Fatih el Conquistador, en la famosa «Toma de Constantinopla».

Fuentes: http://es.wikipedia.org/wiki/Constantinopla

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