La filosofía maya se manifiesta en obras tales como el
Popol-vuh y el Chilam Balam. El Popol-vuh es un libro de la comunidad. El
término maya Popol tiene el sentido de junta, reunión o casa común. Mientras
que la palabra vuh o uúh significa libro, papel o trapo y se deriva del maya
húun o úun; refiere al papel y al libro, y asimismo al árbol de cuya corteza se
hacía el papel para escribir, y que los nahuas llaman amatl. En fin, Popol na
es la casa de la comunidad donde se juntan para tratar las cosas de la república.
El pop es un verbo en quiche que significa juntar, adunar, amontonarse la gente.
El Popol na era una institución o escuela de la comunidad
para analizar asuntos del saber, donde se impartía la enseñanza de la niñez, de
los jóvenes y de los adultos. Por ello Popol na era una institución para
instruir niños y adultos, en la que también se discutían temas sobre la vida,
el trabajo y la cultura. Si el Popol na fue una casa de enseñanza donde se
trataban los asuntos de cualquier acontecer, entonces era la casa de asamblea
en la que se buscaba la solución a los problemas y necesidades del pueblo. Los
ancianos desempeñaban el papel de convocar la asamblea e impartir la sabiduría
sobre los conocimientos sociales, políticos y culturales; sobre las
concepciones enormemente desarrolladas en astronomía, matemática, calendarios,
etc.
Los temas abordados por la filosofía maya son la creación
del supramundo, la del mundo terrenal, del inframundo (el mundo de abajo) y del
mundo de los enanos que están en el nadir. La creación del universo y la de las
cosas en la tierra eran los misterios de los progenitores. Para el maya la
divinidad es el principio de todas las cosas. Por ejemplo, el Popol-vuh habla
del origen de las cosas del mundo, como las plantas, los animales, los
minerales y el ser humano. Asimismo, el Popol-vuh expone un contenido muy
amplio del comercio, de las memorias cronológicas escritas en sus estelas, de
las geográficas, de los mitos, además, gracias a la escritura jeroglífica (y en
parte fonética) permitía codificar los conocimientos, las genealogías y sucesos
de sus reyes, los acontecimientos de cada año, la demarcación de cada año y de
las tierras, las ceremonias y las fiestas, las leyes y los ritos religiosos en
rigurosos calendarios solares, lunares, de planetas, etcétera. El Popol-vuh
debe ser considerado como un testimonio privilegiado del pensamiento maya, el
cual engloba los conocimientos enigmáticos que exponen el sentir y el saber, y
asimismo presenta la fuente de la sensibilidad del corazón, la razón que
explica el sentido de las cosas.
El mandato divino estaba dirigido a dos personajes
destacados que desempeñaban el papel de demiurgos, es decir, los que fabrican
las obras. Sus nombres eran Tepeu y Gucumatz, "los hacedores de las cosas
del mundo y el hombre maya". Desde el Corazón del Cielo efectuaban los
movimientos e instauraban el orden para los demiurgos secundarios, que hicieron
el universo y las cosas de la tierra. Al respecto, sólo el Hacedor, el
Formador, Tepeu y Gucumatz, los Progenitores, estaban en el agua rodeados de
claridad. Estaban ocultos bajo plumas verdes y azules, por eso se les llama
Gucumatz: los grandes sabios entre los grandes pensadores.
Los "pensadores" utilizaban la palabra, no hacían
trabajos manuales para construir el cosmos.
Tepeu y Gucumatz hicieron al hombre de tierra y lodo,
hicieron su carne. Pero vieron que no estaba bien y lo deshicieron. Estaba
blando, no tenía movimiento, ni fuerza, se caía y no tenía alma. Entonces
utilizaron la madera para hacer al hombre con fuerzas, pero sin sensibilidad
para ofrecer alabanzas al Corazón del Cielo. Lo destruyeron de nuevo con un
diluvio. Finalmente utilizaron el corazón del maíz. El maíz fue muy efectivo
para dar inteligencia, sensibilidad y fortaleza. Por ser un elemento tan
efectivo echaron un vaho para disminuir la vista y evitar que los hombres
pudieran ver el Corazón del Cielo.
Otra obra a ser comentada es el Chilam Balam, que tiene un
sentido a la vez histórico y profético. Balam es el nombre del más famoso de
los chilames que existieron antes de la llegada de los españoles al continente.
Balam es un nombre de familia que significa jaguar o chamán en un sentido
figurado, mientras que Chilam es el título que se ofrecía a la clase de los
sabios, la cual interpretaba los libros y la voluntad de los dioses. El Chilam
Balam tiene varios contenidos de carácter histórico. Desde las crónicas con
registro cronológico, "cuenta corta" (katunes en series de 13), hasta
los textos médicos sobre el saber curar y el uso de las plantas. Además
contiene los textos cronológicos y astrológicos con series de katunes de
equivalencia europea; las explicaciones acerca del calendario maya, los
almanaques con y sin cotejo con el tzolkin, incluyendo predicciones,
astrología, etc; la astronomía; los rituales; los textos literarios y novelas,
y una miscelánea de textos no clasificados
Este libro está compuesto por diversos códices: Chilam Balam
de Tizimín, Káua, Ixil, Tekax, Tsusik y el Códice Pérez. En especial los textos
tratan sobre las profecías y sobre el devenir de los problemas de la sociedad
maya.
El maya ha podido entender el mundo a partir de su
existencia material, pues ella chak'be sbi (nombra) las cosas del mundo. El
maya considera que la existencia es importante para poder 4 xa'ibe (comprender)
la realidad de su entorno. Si no fuera por el cuerpo no le hallaría sentido al
mundo. Sin cuerpo faltaría la esencia de la existencia para poder entender el
mundo. Todo lo que le rodea en su círculo tiene un valor de igualdad de
especie. La existencia es la que posibilita los conocimientos sobre las cosas
del mundo.
La presencia de la naturaleza en su pensamiento tiene la
categoría de sujeto por extraer su propio ser. Pero las cosas hechas por él
pierden su calidad de sujetos y son sólo objetos. Estas cosas hechas por un
mortal pasan automáticamente a la existencia material como objetos, los cuales
están sin o'on (corazón), sin ánima, como el bastón de un anciano. Pero las
cosas de la naturaleza, al ser sujetos, tienen corazón, el cual les otorga
sensibilidad, el pensar sobre sí mismos y sobre las cosas del mundo.
En conclusión, el maya busca liberar su existencia a través
del desarrollo de sus conocimientos. Las raíces comunes y culturales tienen la
finalidad de alcanzar el respeto de sus saberes, así como la igualdad de raza y
sexo. El anhelo cultural es el valor de la civilización, que da derecho a la
autodeterminación sustentada en las normas morales.
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