jueves, 2 de junio de 2016

La filosofía maya

La filosofía maya se manifiesta en obras tales como el Popol-vuh y el Chilam Balam. El Popol-vuh es un libro de la comunidad. El término maya Popol tiene el sentido de junta, reunión o casa común. Mientras que la palabra vuh o uúh significa libro, papel o trapo y se deriva del maya húun o úun; refiere al papel y al libro, y asimismo al árbol de cuya corteza se hacía el papel para escribir, y que los nahuas llaman amatl. En fin, Popol na es la casa de la comunidad donde se juntan para tratar las cosas de la república. El pop es un verbo en quiche que significa juntar, adunar, amontonarse la gente.

El Popol na era una institución o escuela de la comunidad para analizar asuntos del saber, donde se impartía la enseñanza de la niñez, de los jóvenes y de los adultos. Por ello Popol na era una institución para instruir niños y adultos, en la que también se discutían temas sobre la vida, el trabajo y la cultura. Si el Popol na fue una casa de enseñanza donde se trataban los asuntos de cualquier acontecer, entonces era la casa de asamblea en la que se buscaba la solución a los problemas y necesidades del pueblo. Los ancianos desempeñaban el papel de convocar la asamblea e impartir la sabiduría sobre los conocimientos sociales, políticos y culturales; sobre las concepciones enormemente desarrolladas en astronomía, matemática, calendarios, etc.


Los temas abordados por la filosofía maya son la creación del supramundo, la del mundo terrenal, del inframundo (el mundo de abajo) y del mundo de los enanos que están en el nadir. La creación del universo y la de las cosas en la tierra eran los misterios de los progenitores. Para el maya la divinidad es el principio de todas las cosas. Por ejemplo, el Popol-vuh habla del origen de las cosas del mundo, como las plantas, los animales, los minerales y el ser humano. Asimismo, el Popol-vuh expone un contenido muy amplio del comercio, de las memorias cronológicas escritas en sus estelas, de las geográficas, de los mitos, además, gracias a la escritura jeroglífica (y en parte fonética) permitía codificar los conocimientos, las genealogías y sucesos de sus reyes, los acontecimientos de cada año, la demarcación de cada año y de las tierras, las ceremonias y las fiestas, las leyes y los ritos religiosos en rigurosos calendarios solares, lunares, de planetas, etcétera. El Popol-vuh debe ser considerado como un testimonio privilegiado del pensamiento maya, el cual engloba los conocimientos enigmáticos que exponen el sentir y el saber, y asimismo presenta la fuente de la sensibilidad del corazón, la razón que explica el sentido de las cosas.

El mandato divino estaba dirigido a dos personajes destacados que desempeñaban el papel de demiurgos, es decir, los que fabrican las obras. Sus nombres eran Tepeu y Gucumatz, "los hacedores de las cosas del mundo y el hombre maya". Desde el Corazón del Cielo efectuaban los movimientos e instauraban el orden para los demiurgos secundarios, que hicieron el universo y las cosas de la tierra. Al respecto, sólo el Hacedor, el Formador, Tepeu y Gucumatz, los Progenitores, estaban en el agua rodeados de claridad. Estaban ocultos bajo plumas verdes y azules, por eso se les llama Gucumatz: los grandes sabios entre los grandes pensadores.

Los "pensadores" utilizaban la palabra, no hacían trabajos manuales para construir el cosmos.
Tepeu y Gucumatz hicieron al hombre de tierra y lodo, hicieron su carne. Pero vieron que no estaba bien y lo deshicieron. Estaba blando, no tenía movimiento, ni fuerza, se caía y no tenía alma. Entonces utilizaron la madera para hacer al hombre con fuerzas, pero sin sensibilidad para ofrecer alabanzas al Corazón del Cielo. Lo destruyeron de nuevo con un diluvio. Finalmente utilizaron el corazón del maíz. El maíz fue muy efectivo para dar inteligencia, sensibilidad y fortaleza. Por ser un elemento tan efectivo echaron un vaho para disminuir la vista y evitar que los hombres pudieran ver el Corazón del Cielo.

Otra obra a ser comentada es el Chilam Balam, que tiene un sentido a la vez histórico y profético. Balam es el nombre del más famoso de los chilames que existieron antes de la llegada de los españoles al continente. Balam es un nombre de familia que significa jaguar o chamán en un sentido figurado, mientras que Chilam es el título que se ofrecía a la clase de los sabios, la cual interpretaba los libros y la voluntad de los dioses. El Chilam Balam tiene varios contenidos de carácter histórico. Desde las crónicas con registro cronológico, "cuenta corta" (katunes en series de 13), hasta los textos médicos sobre el saber curar y el uso de las plantas. Además contiene los textos cronológicos y astrológicos con series de katunes de equivalencia europea; las explicaciones acerca del calendario maya, los almanaques con y sin cotejo con el tzolkin, incluyendo predicciones, astrología, etc; la astronomía; los rituales; los textos literarios y novelas, y una miscelánea de textos no clasificados

Este libro está compuesto por diversos códices: Chilam Balam de Tizimín, Káua, Ixil, Tekax, Tsusik y el Códice Pérez. En especial los textos tratan sobre las profecías y sobre el devenir de los problemas de la sociedad maya.

El maya ha podido entender el mundo a partir de su existencia material, pues ella chak'be sbi (nombra) las cosas del mundo. El maya considera que la existencia es importante para poder 4 xa'ibe (comprender) la realidad de su entorno. Si no fuera por el cuerpo no le hallaría sentido al mundo. Sin cuerpo faltaría la esencia de la existencia para poder entender el mundo. Todo lo que le rodea en su círculo tiene un valor de igualdad de especie. La existencia es la que posibilita los conocimientos sobre las cosas del mundo.

La presencia de la naturaleza en su pensamiento tiene la categoría de sujeto por extraer su propio ser. Pero las cosas hechas por él pierden su calidad de sujetos y son sólo objetos. Estas cosas hechas por un mortal pasan automáticamente a la existencia material como objetos, los cuales están sin o'on (corazón), sin ánima, como el bastón de un anciano. Pero las cosas de la naturaleza, al ser sujetos, tienen corazón, el cual les otorga sensibilidad, el pensar sobre sí mismos y sobre las cosas del mundo.


En conclusión, el maya busca liberar su existencia a través del desarrollo de sus conocimientos. Las raíces comunes y culturales tienen la finalidad de alcanzar el respeto de sus saberes, así como la igualdad de raza y sexo. El anhelo cultural es el valor de la civilización, que da derecho a la autodeterminación sustentada en las normas morales.

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