miércoles, 8 de noviembre de 2017

Empirismo lógico

El empirismo lógico o racional, también llamado neopositivismo o positivismo lógico, es una corriente en la filosofía de la ciencia que surgió durante el primer tercio del siglo XX, alrededor del grupo de científicos y filósofos que formaron el célebre Círculo de Viena (Wiener Kreis en alemán). Si el positivismo defendía el método científico como única forma válida de conocimiento, el neopositivismo va un paso más allá, y limita el método científico a lo empírico y verificable.

Si bien los empiristas lógicos intentaron ofrecer una visión general de la ciencia que abarca principalmente sus aspectos gnoseológicos y metodológicos, tal vez su tesis más conocida es la que sostiene que un enunciado es cognitivamente significativo solo si posee un método de verificación empírica o es analítico, tesis conocida como "del significado por verificación". Solo los enunciados de la ciencia empírica cumplen con el primer requisito, y solo los enunciados de la lógica y las matemáticas cumplen con el segundo. Los enunciados típicamente filosóficos no cumplen con ninguno de los dos requisitos, así que la filosofía, como tal, debe pasar de ser un supuesto cuerpo de proposiciones a un método de análisis lógico de los enunciados de la ciencia.

Las posiciones de los empiristas lógicos respecto de algunos temas claves de la filosofía de la ciencia (el origen del sentido de los enunciados, la puesta a prueba de las teorías, el concepto de explicación científica y la unidad de la ciencia, entre otros) se conocen con el nombre colectivo de "concepción heredada" (received view).



A priori, a posteriori, analítico y sintético

En la Crítica de la razón pura, Immanuel Kant propuso que los enunciados son de dos clases: analíticos y sintéticos. La diferencia entre estos dos enunciados estriba en la forma como se les predica verdad: para los analíticos, sólo en función del significado de sus términos; para los sintéticos, en función de cómo es el mundo. Los analíticos, entonces, no nos dicen nada sobre el mundo: son puras tautologías. Los sintéticos sí hablan sobre el mundo. Ejemplos de enunciados analíticos: "Todos los solteros son no casados"; "el color negro es oscuro". Ejemplos de enunciados sintéticos: "Hay un automóvil allá afuera"; "Está lloviendo".

Ahora bien, también hay una diferencia entre cómo se conocen los enunciados: algunos son cognoscibles a priori y otros a posteriori. Los a priori son cognoscibles por un puro ejercicio de la razón, sin necesidad de recurrir al mundo. Los a posteriori necesitan, para ser conocidos, que el sujeto recurra al mundo. Lo a priori es necesario (no puede no suceder) y lo a posteriori es contingente (puede no suceder).

Kant había dicho que existen algunos enunciados sintéticos a priori, esto es, algunos enunciados que nos dicen cosas sobre el mundo y que pueden ser conocidos sin recurrir a la observación empírica; y que, como son a priori, entonces son necesarios. Para Kant, un sintético a priori serían las matemáticas, o la metafísica de las costumbres. Los empiristas lógicos aceptan las distinciones de Kant, pero niegan que pueda haber un sintético a priori: si lo hay, entonces hay enunciados que hablan sobre el mundo pero que no necesitan de verificación empírica. Pero los empiristas quieren alejarse de este camino. La sección siguiente explicará por qué.

El sentido de una proposición, las pseudoproposiciones y los pseudoproblemas

¿Cómo sabemos que un enunciado como "Hoy está lloviendo" es verdadero? Oímos la lluvia,o vemos el agua caer y olemos la tierra mojada: así sabemos que hoy, de hecho, está lloviendo. Entonces el enunciado "Hoy está lloviendo" tiene sentido, porque podemos saber si es verdadero o es falso. Ahora, ¿Cómo sabemos que un enunciado como "El Ser es inmóvil" es verdadero? Obviamente nunca hemos visto tal cosa como "el Ser", y tampoco lo hemos visto moverse, permanecer quieto, o sonreír. ¿Entonces cómo sabemos si ese enunciado es verdadero? Los metafísicos hubieran respondido: por supuesto no a través de la evidencia empírica, pues esa clase de evidencia no nos ha llevado a hablar del Ser. Son enunciados que son demostrados por la pura razón, a priori. Pero recuérdese que los empiristas lógicos han negado que podamos hablar del mundo -enunciados sintéticos- sin experiencia de él -a priori-.

Los empiristas lógicos dicen: solo podemos hablar de cómo es el mundo si tenemos experiencia sensorial de él. Si hablamos del mundo, es porque lo percibimos mediante los sentidos. ¿Hay alguna otra manera de conocer el mundo, además de los sentidos? Sí, mediante el razonamiento lógico-deductivo, es decir, lo a priori, como las matemáticas, la lógica y los significados conceptuales.

El sentido de una proposición se determina, creyeron el primer Wittgenstein, Russell y los empiristas lógicos, por las experiencias sensoriales que nos pueden decir si esa proposición es verdadera o falsa. Si no hay experiencias sensoriales que nos puedan decir si "El Ser es inmóvil" es verdadero o falso, entonces "El Ser es inmóvil" carece de sentido.

Se puede aducir que 'el Ser es inmóvil' es un enunciado completamente bien estructurado, gramaticalmente hablando; pero los empiristas lógicos establecen que solo se pueden calificar como proposiciones aquellas que son producto de la lógica, de la matemática o que pueden ser empíricamente comprobadas -o, para Popper, susceptibles a la falsacion. Toda otra oración es una pseudoproposición.

Enunciados como "el Ser es inmóvil" o "la Nada nadea" parecen estar bien estructurados en una forma sujeto-predicado: "el Ser" y "la Nada" serían los sujetos de las dos frases; "es inmóvil" y "nadea" sus respectivos predicados. Sin embargo, 'Ser' y 'Nada' no son sujetos: uno es un verbo y el otro es un cuantificador. Cometemos la falacia de reificación al creer que son sujetos. En otras pseudoproposiciones tales como 'Dios posee infinitos atributos' o 'Tengo libre voluntad', el problema es que no hay manera de comprobar esto empíricamente: nadie puede ver a Dios y reconocerlo en sus infinitos atributos.

Los problemas de la metafísica, entonces, dicen los empiristas lógicos, son pseudoproblemas: no pueden resolverse, sino que deben disolverse mediante un análisis del lenguaje, con ayuda de la lógica. Tal análisis nos probará que no nos referíamos a cuestiones de hecho, sino que estábamos usando mal el lenguaje. Este mal uso es denominado por Carnap "lenguaje de pseudo-objeto", porque parece referirse a objetos o hechos en el mundo, pero no es así. El "lenguaje-objeto" real es el lenguaje de las ciencias, como proposiciones como "La Luna es redonda" o "El agua es H2O", que sí se refieren al mundo.

Por esto mismo, la metafísica sería borrada del mapa simplemente analizando y encontrando los errores que yacían en ella. Algo muy parecido sucedería con la ética y la estética. La ética se iría de la filosofía porque enunciados como "odiar es malo" no son en realidad enunciados declarativos -no hablan de cuestiones de hecho-, sino imperativos: dicen algo que debe hacerse. Sin embargo, estos imperativos cometen la falacia naturalista al derivar lo que debe ser el caso, de lo que de hecho es el caso. Por esto la ética se movería de la filosofía al campo de la psicología, que nos diría porqué de hecho creemos que ciertas cosas son buenas y otras malas. Lo mismo, con las apropiadas sustituciones, sucedería con la estética. Los elementos metafísicos de las dos materias serían, por supuesto, eliminados.

Reduccionismo, enunciados protocolares, fundamentos del conocimiento y epistemología[editar]
Entonces: el sentido de una proposición se determina empíricamente. Si esto es así, entonces para toda proposición con sentido en el lenguaje-físico (como "La Luna es redonda"), hay una proposición en el lenguaje-sensorial que le corresponde. (Una proposición en lenguaje sensorial es la que reporta inmediatamente los datos recibidos por los cinco sentidos humanos, agregándole cuantificadores, conectivas y coordenadas espaciotemporales para hacerla significativa: "Hay un rojo blando y ácido aquí, en este momento"; o: "a las 7 de la mañana del jueves, vi un redondo blanco en tal y tal lugar").

Es decir, la oración "La Luna es redonda" puede reducirse a enunciados como "Hay un objeto blanco y redondo en este momento tal que lo llamamos Luna". Carnap y algunos otros, como Schlick, creían que estos enunciados eran el fundamento de nuestro conocimiento. Ellos llamaron a estos enunciados en el lenguaje-sensorial enunciados protocolares. Esto es, que para saber si estábamos justificados para decir que sabemos tal o cual proposición, debemos apelar a estos enunciados (recordemos que el sentido de una proposición son sus condiciones de verificación empírica). Para otro miembro del Círculo de Viena, Otto Neurath, el fundamento del conocimiento no son estas proposiciones, y de hecho el conocimiento no tiene fundamento: el conocimiento se da solo entre sistemas coherentes de proposiciones, y la justificación no es asimétrica (esto es, no hay más justificación en una proposición que en otra), sino que se otorga mutuamente entre proposiciones. Moritz Schlick debatió con él y, de hecho, este mismo debate duraría -aún cuando el empirismo lógico ya había sido rechazado- en el centro de la epistemología por casi todo el siglo XX: el debate fundacionalismo/coherentismo.

A priori

Hay 2 maneras en que una proposición puede tener sentido: hablando acerca del mundo y por tanto teniendo condiciones de verificación empírica bien determinadas, o no hablando acerca del mundo. Hemos visto que los enunciados acerca del mundo -sintéticos-, para los empiristas lógicos, solo podían ser a posteriori, es decir, solo comprobables empíricamente. Pero también hay otra manera de conocer algo: a priori.

Sé que 2×2 es 4, siempre, y no tengo -aunque puedo hacerlo, claro- que contar con mis dedos o encerrarme en el laboratorio para saberlo: lo sé solamente calculando. De la misma manera, sé que ningún soltero está casado, y sin necesidad de recurrir a un experimento. También sé que, por modus ponens, puedo deducir la proposición 'y' dadas dos premisas: si 'x', entonces 'y', y es el caso que 'x'. Para esto tampoco necesito ninguna experimentación, no necesito recurrir al mundo. Conozco esto de manera a priori, sin experiencia. Pero, como lo conozco sin necesidad de experiencia, entonces ni el modus ponens, ni la multiplicación de 2 por 2, ni la soltería de los no casados me dicen algo sobre el mundo. ¿Cómo iban a hacerlo, si puedo conocerlos sin experiencias empíricas? Y como no me dicen nada sobre el mundo, entonces son proposiciones analíticas, que son verdaderas solo en virtud del significado, y de las reglas estipuladas. "Todo soltero es no casado" es verdadero porque ser soltero significa no estar casado. 2×2=4 es verdadero por los usos estipulados que les damos a los signos '×' e ' = ', además de las reglas que seguimos al darles ese uso, y los significados que les damos a los signos 2 y 4. [(P-->Q)&P]-->Q es verdadero también porque así funciona nuestro lenguaje, y porque así hemos dicho que funcionan los signos & y --> y las metavariables P y Q.

Por esto, todas las verdades a priori son, para los empiristas lógicos, analíticas. Y como son a priori deben ser necesarias. Recordemos que las proposiciones sintéticas son aquéllas cuyo valor de verdad depende de los hechos en el mundo. Y por esto son contingentes: pueden o podrían no haber sucedido o no suceder. Yo podría no estar redactando este artículo (pues podría estar estudiando para el examen), tú podrías no estar leyendo esto, hoy puede llover, Sócrates podría no haber nacido, es posible que mañana muera el presidente de la nación. Ahora, hemos dicho que los analíticos son verdaderos no en función del mundo, sino en función del significado y las reglas. '2–1=1' siempre va a ser verdadero, claro, siempre que haya tales significados y reglas. Pero si, en otro lenguaje, 'chango' fuera lo que nosotros entendemos por '2'; 'perro' lo que nosotros por '1'; 'corre' por '-'; y 'tira de materias' por ='; entonces 'chango corre perro tira de materias perro' seguiría siendo verdadero, puesto que no han variado las reglas de la 'operación' sino un cambio (renombramiento) en las variables involucradas.

Esto nos dice por qué todos los enunciados que son analíticos son a priori, y también necesariamente verdaderos. Cuando a una proposición o conjunto de proposiciones se les hace una tabla de verdad, y resulta que tal proposición es verdadera en todos los casos, decimos que esa proposición es tautológica. Esto sucede con las proposiciones analíticas, y justo por eso decimos que son necesarias. Para los positivistas lógicos, entonces (siguiendo al primer Wittgenstein), todos los enunciados analíticos son tautologías, es decir, que son siempre verdaderas. (Los enunciados que son siempre falsos se llaman autocontradictorios)


Fuentes: https://es.wikipedia.org/wiki/Empirismo_l%C3%B3gico

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