lunes, 3 de junio de 2019

Sobre lo que llevamos a cuestas.

(Artículo de María Castejón, experta en salud natural, escritora y propietaria del Camino Turismo Rural, de quien ya publicamos «Escucha y conecta con tu cuerpo«, en la sección El Lector Alternativo Reflexiona)

Gran parte de nuestra vida, sentimos el peso de algo que nos aprisiona sin percatarnos a penas de un estado opresivo que nos va minando la alegría poco a poco.

Somos conscientes en parte de esa carencia pero nos acostumbramos a ella como algo inevitable y secundario, aceptando acuerdos que se convierten en barreras, en inconsciencias sostenidas por más acuerdos, para aguantar el tirón sin tener que afrontar incertidumbres o riesgos que impliquen movimientos y acciones nuevas.

Con actividad desenfrenada y a la vez ordenada, nos bebemos la rutina bailando en un solo ladrillo, en el cual, estamos tranquilos.



Poseemos más y más de cualquier cosa. Nuestro día a día, está bien programado, seguro y confortable  aparentemente. Así, seguimos el juego que nos hemos  y nos han impuesto, somos aparentemente autosuficientes, cultos, elegantes, felices, sociales peeerooo…

Nada mas entramos a un lugar tranquilo y bello, donde no exista televisión o wifi,  nos entra la desesperación. Hemos de estar haciendo algo, escuchando y viendo cualquier cosa que nos enganche y nos arrastre fuera de nosotros, ¿Cómo vamos a estar sin hacer nada? Por Dios, “es un sacrilegio”.

Si nos paramos, percibimos  algo que no nos gusta y que además, desconocemos, algo que nos inquieta, que nos hace salir en busca de nuevos estímulos. Pero, ¡que dices! Eso son tonterías, “yo soy así»

¿Te has fijado? Llevamos la mochila puesta hasta para dormir y si miramos detenidamente, algunas son de gran tamaño y peso, pero estamos acostumbrados, lo llevamos bien, porque no conocemos la otra cara de la moneda.

Todo está programado para que funcionemos así, no somos conscientes de la manipulación masiva que se nos aplica nada mas nacer. Somos inocentes atrapados en una  trampa en la cual solo nos dejan movernos, ver y oír muy limitadamente, con ello se anula nuestro sentir auténtico, nuestro potencial como seres superiores, creadores y capaces de mover montañas con nuestra fe, pero ¿si no lo sabemos?  ¿Hacia dónde y para que, podemos dirigir nuestra fuerza, creatividad y nuestra fe?

Ya sabemos que el miedo, la enfermedad, y las crisis, ocupan toda la energía mental y emocional, de la gran mayoría de nosotros. En este estado, somos fácilmente manipulables, no molestamos a los grandes dirigentes ni percibimos todas las maniobras que aumentan el poder de un sistema que nada tiene que ver con  la formación, protección, comunicación, unión y equilibrio de la tierra ni del ser humano.

A todo esto, se le añade el aumento de una masa crítica  de oscuridad, creada por la energía que producen  nuestros pensamientos de impotencia, rabia, negatividad, carencias miedos e incertidumbres, debilitando así a nuestro planeta, y a todos los seres que habitan en ella.

Por favor, seamos conscientes de la fuerza de nuestro pensamiento y trabajémonos para ir descargando de peso nuestra mochila, eliminando barreras, abriendo los ojos a un nuevo mundo con positividad, a pesar de la adversidad que sufren millones de personas.

Miremos hacia nuestro interior para descubrir la belleza y la fuerza que poseemos, así podremos compartirla y colaborar desde la individualidad uniendo nuestras manos y nuestro corazón para que todos los eslabones sueltos de una gran cadena humana, se vuelvan a unir, entonces, no habrá sistema que pueda descomponerla. Entonces, se unirán muchos nuevos pasos que marcarán el Camino a seguir.

En la parte de comentarios habia cosas interesantes:
(Comentario realizado por juanjo el 28-diciembre-2010)

Sarcasmos sobre la mochila:

¡Qué bonita es mi mochila!
¡Cuánto apego le tengo!
Es más. Voy a ir por ahí presumiendo de ella y de todos los problemas que contiene.
¿Qué haría yo sin ella? ¿Cómo podría hacerme el importante?
Me encanta que la gente diga: «mira qué importante es. Tienes muchos problemas».
¡Uy! mira qué bien. Voy a añadir ese problema que he visto en la tele a mi mochila. No es mi problema, ni puedo hacer nada por solucionarlo, pero voy a ser solidario y me voy a preocupar yo también. ¡Qué buena gente que soy!

Sarcasmo sobre el tiempo libre:

¡Voy a comprarle una Nintendo DS a mi peque para tenerlo entretenido el día que vayamos al campo!
No tengo nada que hacer. Voy a poner un rato Tele 5 y ver en «Sálvame» lo que contienen las mochilas de los demás.
¡Hijo, cállate, que no oigo la tele!
¡No molestes, que eso es más interesante e importante que las cosas reales que tú me vayas a contar!


Fuentes:
Articulo. "Con la mochila a cuestas" Publicado en El Blog Alternativo (https://www.elblogalternativo.com) Por El lector alternativo en 19 diciembre 2010
URL: https://www.elblogalternativo.com/2010/12/19/con-la-mochila-a-cuestas/

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