sábado, 5 de julio de 2014

Alejandro de Jerusalén

San Alejandro de Jerusalén (f. 251) es un mártir y santo cristiano venerado en la Iglesia ortodoxa y católica y ejecutado durante las persecuciones del emperador Decio.

San Alejandro, quien murió encadenado tras crueles tormentos durante la persecución de Decio, fue el primer obispo de Capadocia y fue luego asociado como coadjutor del obispo de Jerusalén, que tenía entonces 116 años.
 
Vida

Es considerado el primer obispo de Capadocia. Alejandro fue hecho prisionero por su fe en el tiempo de Alejandro Severo y cuando fue liberado vino a Jerusalén, donde se le nombró coadjutor del obispo de Jerusalén, San Narciso, del que se dice que contaba con 116 años. El anciano santo le instó a asistirlo en el gobierno de aquella sede. Este nombramiento contó con el consentimiento de los obispos de Palestina (Siria Palestina). Fue Alejandro quien permitió que Orígenes, entonces un laico, pudiera hablar en las iglesias. Fue una decisión polémica pero consiguió defenderse extendiendo otros permisos de la misma naturaleza dados incluso al mismo Orígenes en otros lugares, incluso a pesar de su juventud.



Esta asociación se produjo así: Alejandro había estado prisionero por su fe en el tiempo de Alejandro Severo (222-225) y cuando fue liberado vino a Jerusalén, donde fue instado por el viejo obispo a quedarse y ayudarlo en el gobierno de la sede. Sin embargo, este arreglo fue ejecutado con el consentimiento de todos los obispos de Palestina.


Alejandro fue especialmente reconocido por la biblioteca que construyó en Jerusalén. Finalmente, y con una avanzada edad, él, con otros obispos, fue llevado prisionero a Cesarea, y los historiadores dicen que "la gloria de sus blancos cabellos y su gran santidad formaban una doble corona para él en su cautividad". Sufrió numerosas torturas, pero sobrevivió a todas. Cuando las bestias salvajes fueron soltadas para que lo devoraran, algunas lamieron sus pies, y otras se recostaron la arena del coliseo. Desgastado por los sufrimientos, murió en prisión. Era el año 251.

Eusebio conservó fragmentos de una carta escrita por Alejandro a Antinoïtes; y otra a Antiochenes; de la tercer a Orígenes; y otra, escrita en conjunto con Theoctisto de Cesarea, a Demetrio de Alejandría.

 Relación con otros personajes de la epoca

Fue Alejandro quien permitió que Orígenes, entonces un laico, pudiera hablar en las iglesias. Fue reprendido por esta concesión, pero se defendió con los ejemplos de otros permisos de la misma naturaleza dados incluso al mismo Orígenes en otros lugares, incluso a pesar de su juventud. Alban Butler dice que ellos estudiaron juntos en la gran escuela cristiana de Alejandría. Alejandro lo ordenó sacerdote. A Alejandro se le da reconocimiento especial por la biblioteca que construyó en Jerusalén.

Finalmente, a pesar de sus años, él, con otros obispos, fue llevado prisionero a Cesarea, y los historiadores dicen que, "la gloria de sus camas y su gran santidad formaban una doble corona para él en su cautividad". Sufrió numerosas torturas, pero sobrevivió a todas. Cuando las bestias salvajes fueron soltadas para que lo devoraran, algunas lamieron sus pies, y otras se recostaron en la arena del coliseo. Desgastado por los sufrimientos, murió en prisión. Era el año 251. Los latinos celebran su fiesta 18 de marzo y los griegos el 22 de diciembre.

San Alejandro en la religión católica.

San Alejandro, obispo y mártir, que, yendo de Capadocia a Jerusalén, recibió el encargo pastoral de la Ciudad Santa, donde fundó una importante biblioteca e instituyó una escuela. En su ya venerable y longeva edad, durante la persecución desencadenada bajo Decio fue conducido a Cesarea de Palestina, donde completó con un glorioso martirio su confesión de Cristo.

San Alejandro, junto con Orígenes, fue estudiante de la gran escuela Cristiana de Alejandría; primero estuvo bajo la dirección de san Panteno y luego bajo la de su sucesor Clemente. Fue nombrado obispo de su ciudad natal, Capadocia, y durante la persecución de Severo hizo su profesión de fe. Aunque no lo mataron, fue encarcelado por varios años hasta el principio del reinado de Caracalla. Su maestro Clemente, que había sido obligado a abandonar Alejandría, se comprometió a llevar una carta de Alejandro a la Iglesia de Antioquía, en la que enviaba la enhorabuena por la elección de san Asclepíades; noticia que había aligerado las cadenas a las que estaba sujeto, según él comentaba. Cuando obtuvo la libertad, hizo una peregrinación a Jerusalén, y ahí fue elegido por el pueblo para coadjutor del obispo de aquella sede, debido a una señal del cielo. Esta era la primera vez en la historia de la Iglesia que se daba el caso de un coadjutorado y translación episcopal; acaeció en el año 212 y tuvo que ser ratificado por la jerarquía de Palestina en un Concilio. Mientras estaban los dos obispos en el gobierno de la Iglesia de Jerusalén, Alejandro escribía a otra sede: «Os saludo en nombre de Narciso, quien a la edad de 116 años, nos pide que vivamos en inviolable paz y unión».

San Alejandro tuvo un conflicto con el obispo Demetrio de Alejandría, quien le censuró por haber tomado parte en la ordenación de Orígenes y por haberlo alentado a predicar en las iglesias, cuando era aún seglar. Por testimonio de Orígenes sabemos que Alejandro de Jerusalén sobresalía entre todos los prelados por su mansedumbre, dulzura y discernimiento. Hizo grandes beneficios a la ciudad; entre otros, le dio una biblioteca de obras teológicas, que todavía existía cuando, un siglo más tarde, Eusebio escribió, y de la que hizo constante uso. En la persecución de Decio, san Alejandro fue aprehendido e hizo su segunda confesión pública. Fue condenado a las fieras, pero no pudieron hacer que lo atacaran; entonces fue llevado prisionero a Cesarea, donde murió en cadenas. La Iglesia lo reconoce como mártir.


Fuentes:

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