La palabra ‘adicto’ proviene del latín ‘addictus’. Addictus
era el deudor que por falta de pago terminaba siendo adjudicado o
entregado como esclavo a su acreedor. Conozcamos la historia de este
vocablo.
En la Antigua Roma existía una gran diferencia social y económica entre los patricios (la clase privilegiada) y los plebeyos (el resto de la población), y fue justamente por estas desigualdades sociales que surgió el vocablo ‘adicto’.
En la Antigua Roma existía una gran diferencia social y económica entre los patricios (la clase privilegiada) y los plebeyos (el resto de la población), y fue justamente por estas desigualdades sociales que surgió el vocablo ‘adicto’.
Los plebeyos, empobrecidos a causa de
las guerras, contraían deudas que difícilmente lograban pagar y como la
ley no establecía un límite a la tasa de interés, la situación se
convertía en un verdadero abuso por parte de los patricios prestamistas.
Lo que sí estaba establecido por ley eran las consecuencias que
sufriría el deudor si no cumplía con el vencimiento de su deuda.
Dicha ley ordenaba que si el deudor no pagaba a tiempo sería adjudicado (addictus) a su acreedor y reducido a servidumbre, perdiendo su libertad. Aquí es donde la ley utiliza el término addictus
para referirse, justamente, al deudor que por incumplimiento era
entregado como esclavo a su acreedor. Si entre ellos no llegaban a un
acuerdo, el acreedor podía encadenarlo durante sesenta días y
alimentarlo con un mínimo de 450 gramos diarios de pan. Durante este
tiempo se lo llevaría a tres mercados, donde intentaría venderlo como
esclavo. Si en el tercer mercado no se lograba la venta entonces lo
vendería del otro lado del Tibet (en el extranjero).
Los patricios abusaban a tal punto de la
dureza de estas leyes que Tito Livio cuenta que cada casa patricia se
había convertido en una cárcel, a la que, con frecuencia, llevaban
encadenado y arrastrando a un nuevo addictus.
La gravedad de la situación provocó una
sedición de la plebe que se retiró al Monte Sagrado para radicarse allí.
Con el tiempo pudieron llegar a un consenso, gracias al cual dejaron en
libertad a la mayoría de los addictus que aún estaban en poder de sus acreedores.
Aunque la historia y el uso más común que se le da actualmente a la palabra ‘adicto’ es triste y duro, no debemos olvidar que a esta misma palabra se la puede emplear con otra acepción: adicto también es aquella persona muy aficionada, inclinada o apegada, por ejemplo, a la lectura o al estudio.
Lo fascinante de las palabras es que
también se las puede utilizar como herramientas antropológicas que nos
permitan remontarnos en la historia.
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