martes, 14 de julio de 2015

La sonda «New Horizons» llega a Plutón

Después de más de nueve años de viaje, este 14 de julio, la sonda alcanzará las proximidades de Plutón, el planeta enano. En la primera exploración de Plutón y del cinturón de Kuiper. Se cree que ayudará a entender los orígenes del Sistema Solar.

«Cuando emprendas tu viaje a Ítaca pide que el camino sea largo, lleno de aventuras, lleno de experiencias, no temas a los lestrigones ni a los cíclopes, ni al colérico Poseidón», decía Cavafis en su poema «Viaje a Ítaca». Quizás para recordar que es imposible comenzar una importante empresa si no se está dispuesto a experimentar la incertidumbre de lo desconocido, que no se puede llegar a ningún destino sin caminar y tropezar con piedras.

Cuando la pequeña sonda «New Horizons» partió en enero de 2006 con dirección a Plutón, los científicos de la NASA estaban dispuestos a sumergirse en un largo e incierto viaje, repleto de aventuras. El objetivo era lanzar la nave más veloz hasta la fecha para llegar a los horizontes de lo conocido, en los confines del Sistema Solar, y ampliarlos un poco más.

miércoles, 8 de julio de 2015

La amabilidad puede hacerte más feliz

Una investigadora afirma que la frecuencia y la variedad con que se realizan pequeños actos de amabilidad tienen un papel clave en la felicidad personal.

Llevar a cabo pequeños actos de amabilidad y gratitud puede hacer que la gente sea más feliz, creen los investigadores, pero sigue siendo un enigma cómo ocurre esto.

Sonja Lyubomirsky, profesora de psicología en la Universidad de California en Riverside, lleva más de veinte años realizando estudios sobre la felicidad. Ella y otros saben que las actividades positivas estimulan la aparición de emociones, pensamientos y conductas positivas, y cada uno de ellos aporta mejoras al bienestar.

Ahora, Lyubomirsky se centra en cómo puede la gente cambiar deliberadamente su manera de pensar y sus actividades para llegar a ser tan felices como puedan.

sábado, 4 de julio de 2015

Décimo Magno Ausonio

Décimo Magno Ausonio (Burdigala, actual Burdeos, 310 – Burdeos, 395) fue un poeta y rétor latino.

Biografía

Escritor latino nacido en Burdeos a comienzos del siglo IV. Hijo del médico Julio Ausonio, entre 320 y 328 estudió en Toulouse bajo la dirección de su tío, el profesor Emilio Magno Arborio, también poeta. Vuelto a Burdeos, enseñó primero como gramático y luego como rétor en diversas escuelas, para trasladarse después a Tréveris, convocado por Valentiniano I, para educar a su hijo Graciano. Allí estuvo entre los años 364 y 368. Al llegar Graciano al poder, le concedió a Ausonio la prefectura de África, Italia y Galia, y más tarde el consulado. Tras la muerte de Graciano en 383, Ausonio regresó a sus propiedades junto al río Garona para dedicarse a la literatura durante una decena de años más. Desde allí envió numerosas cartas en verso y prosa a eminentes personalidades, siendo todavía recordado y admirado por todo el mundo, incluido el emperador Teodosio. Aunque cristiano, su obra se incluye casi toda en la tradición pagana, por más que se le considere un precursor de la literatura latina cristiana. Su mejor alumno, Paulino de Nola, abandonó la literatura para abrazar el Cristianismo y una vida de retiro, ascetismo y caridad; Ausonio le dirigió tristes cartas pidiéndole que dejara esa vida.

Obra

Séneca, filósofo y pedagogo

Filósofo, pedagogo, orador, abogado y senador, le tocó vivir un tiempo muy difícil de la historia de Roma. Son muchos los filósofos que han demostrando la sinceridad de sus enseñanzas con el ejemplo de sus vidas; en el caso de Séneca, las circunstancias le pusieron en numerosas ocasiones frente a frente con sus principios y siempre salió victorioso

   En los turbulentos primeros siglos de nuestra era, el Imperio Romano abarca un inmenso territorio donde la civilización se alza en todo su esplendor. En su corazón, Roma, una serie de emperadores visten la púrpura, mientras a su alrededor el lujo y la opulencia hacen declinar los antiguos valores netamente romanos hacia una corrupción cada vez más evidente y peligrosa. Frente a esto se alza la filosofía estoica, cuyas severas enseñanzas alientan a los hombres a cultivar la virtud, la sencillez y la templanza, a fin de evitar la decadencia. Séneca, uno de sus máximos exponentes, dedicará su vida a esta tarea, no sólo en el ámbito privado, sino en los más altos estratos de la vida pública, con la firme convicción de que una verdadera educación filosófica puede conducir a los hombres hacia el buen gobierno y la prosperidad general. Si bien él no pudo ver los frutos de su trabajo, emperadores posteriores como Trajano, Adriano o Marco Aurelio sí llevarían a la práctica sus sueños, y ninguno de ellos dudaría en colocar a Séneca como uno de los grandes exponentes morales y filosóficos de la tradición romana.

El estoicismo entre los romanos. Séneca

Séneca, Epitecto y Marco Aurelio, sin ser los únicos, fueron los principales representantes del estoicismo greco-romano.

Séneca (Lucio Anneo), que floreció en el primer siglo del Cristianismo, fue natural de Córdoba. Sus padres fueron Marco Anneo Séneca, que enseñó la retórica en Roma en tiempo de Augusto, y Helvia, que contaba entre sus ascendientes a la madre de Cicerón. Llevado a Roma por su padre, Séneca se dedicó en su juventud a la elocuencia, en la cual llegó a sobresalir; pero habiendo sabido que sus discursos excitaban los celos y la suspicacia de Calígula, abandonó el foro para dedicarse al estudio de la Filosofía, en la cual hizo rápidos progresos. Habiendo tomado parte después en la vida pública, fue nombrado cuestor, lo cual no impidió que fuera desterrado a Córcega, en donde permaneció siete años, por haber sido acusado, con razón o sin ella, por Mesalina, de tener relaciones ilícitas con Julia, hija de Germánico. Llamóle a Roma Agripina para ecargarle la educación de su hijo Nerón, cuyos instintos de sanguinaria crueldad conoció desde luego, pero no supo o no pudo corregir. A pesar de su profesión de estoicismo, la conducta del filósofo cordobés mientras permaneció al lado de Nerón, fue más propia de un discípulo de Epicuro que de un estoico. Sin embargo, ni sus lisonjas y bajezas, ni sus grandes tesoros, ni los millares de esclavos que poseía, pudieron libertarle de los caprichos sanguinarios de su discípulo. Acusado, con razón o sin ella, de tener parte en la conspiración de Pisón, recibe orden de abrirse las venas, sin que se le permitiera siquiera hacer testamento, y muere a los sesenta y cinco años de edad con estoica o dramática impasibilidad, dictando un discurso en que rebosan sublimes máximas morales y cierta magnaminidad propias del orgullo estoico.

Séneca, el filósofo del tirano

Una de las figuras más importantes del siglo I es la de Séneca, el último gran filósofo en lengua romana. Quiso actuar en la vida pública y fue el preceptor y el ministro más odiado por los emperadores. Extraña figura, a menudo detestada en la Antigüedad, en la que una tradición aristocrática, contra la que lucha Tácito, le acusa de hipocresía.

Séneca no es filósofo de profesión, sino un magistrado como Cicerón, un hombre de acción que conoció de forma violenta y variada todas las realidades de la vida. Nacido en los comienzos del siglo, hijo de un célebre retórico, es español de origen y representa en Roma a las provincias occidentales en el momento en que adquieren una importancia decisiva: es un ciudadano del mundo. En su juventud atendió la llamada de la sabiduría mística -pitagorismo, influencias egipcias, quizá judaísmo- y estuvo a punto de ser víctima de Sejano, y después de Calígula. Su ambición, o su prestigio, le llevan a mezclarse con los peores dramas de la corte: le acusaron, bajo Claudio, de ser el amante de una princesa imperial que murió víctima de este agravio y fue exiliado a Córcega. Desde allí, sin declararse culpable, suplicaba al poder que le permitiera regresar.

viernes, 3 de julio de 2015

Las decisiones más importantes de nuestra vida

A lo largo de nuestra vida nos vemos en la necesidad de tomar una innumerable serie de decisiones. Unas sencillas y otras no tanto; algunas nos provocan alegría y placer, el resto y quizá la gran mayoría de ellas nos causan conflicto, preocupación e incluso tristeza.

“La toma de decisiones es el proceso mediante el cual se realiza una elección entre las opciones o formas para resolver diferentes situaciones de la vida, en contextos: Como el laboral, familiar, sentimental o empresarial.

A nivel individual se caracteriza por el hecho de que una persona haga uso de su razonamiento y pensamiento, para elegir una solución a un problema que se le presente en la vida”.

En mi opinión, considero que la mayoría de las personas tomamos decisiones basadas en nuestros afectos y emociones; nuestro estado de ánimo, aunado a nuestro arraigado carácter. Esto hace que la toma de nuestras decisiones no siempre sean las correctas y adecuadas a la situación, cuyo resultado en la totalidad de los casos nos provoca frustración, enojo, decepción, entre otros sentimientos negativos.

Libro: “Historias de filósofos”

Artículo que trata sobre el libro “Historias de filósofos” publicado en www.filosofia.mx.

“Historias de filósofos” no es un libro de Filosofía, aunque en la narración de los avatares de la vida de los pensadores estudiados se traslucen sus ideas y sus especulaciones mentales. “El conocimiento de la vida y la personalidad de un filósofo no nos ahorra nada del esfuerzo que hay que hacer para comprender sus argumentos. Pero ocurre que, contra lo que a veces se cree, muchos filósofos importantes han sido también hombres interesantes que vivieron vidas dignas de ser contadas”, anuncia Pablo da Silveira al introducir las narraciones que tienen por protagonistas a Sócrates, Eloísa y Abelardo, Santo Tomás de Aquino, Spinoza, David Hume, Soren Kierkegaard y Ludwig Wittgenstein.

El primer capítulo está dedicado a descubrir por qué mataron a Sócrates. “El problema que mató a Sócrates es enorme y profundo, hasta el punto de que hoy lo seguimos discutiendo. ¿Dónde se encuentra la verdadera libertad individual? ¿En la riqueza de una vida personal que consigue la perfecta autonomía y se desentiende de la opinión de los demás? ¿O en la búsqueda con los otros que dé significado a nuestros hallazgos y ponga sentido a nuestras metas?”