A lo largo de nuestra vida nos vemos en la necesidad de tomar una innumerable serie de decisiones. Unas sencillas y otras no tanto; algunas nos provocan alegría y placer, el resto y quizá la gran mayoría de ellas nos causan conflicto, preocupación e incluso tristeza.
“La toma de decisiones es el proceso mediante el cual se realiza una elección entre las opciones o formas para resolver diferentes situaciones de la vida, en contextos: Como el laboral, familiar, sentimental o empresarial.
A nivel individual se caracteriza por el hecho de que una persona haga uso de su razonamiento y pensamiento, para elegir una solución a un problema que se le presente en la vida”.
En mi opinión, considero que la mayoría de las personas tomamos decisiones basadas en nuestros afectos y emociones; nuestro estado de ánimo, aunado a nuestro arraigado carácter. Esto hace que la toma de nuestras decisiones no siempre sean las correctas y adecuadas a la situación, cuyo resultado en la totalidad de los casos nos provoca frustración, enojo, decepción, entre otros sentimientos negativos.
Por otro lado, la soberbia, el coraje y nuestro egoísmo no nos permiten observar con claridad el contexto real en el cual estamos resolviendo una situación.
Es perjudicial el tomar malas decisiones en áreas de desempeño empresarial, social y laboral; pero nos hemos detenido a pensar ¿Qué tan dañino es no tomar decisiones adecuadas en nuestra vida sentimental o familiar?.
Quiero pensar que cada uno de nosotros en cierto momento hemos reflexionado que fue lo positivo y que lo negativo, que necesitamos cambiar y que no debemos cambiar; entre otro sin fin de cuestionamientos.
Cada una de nuestras decisiones trae aparejada una consecuencia, la cual se va sumando a nuestro árbol de vida, ese que nos va abriendo caminos y el que de lo contrario, nos va poniendo barreras y cerrando oportunidades; las cuales ocurren solo una vez y que de no aprovecharlas difícilmente volverán.
La madurez del ser humano llega cuando se encuentra en un estado de pleno desarrollo espiritual y profesional. Logrando con ello la felicidad misma, que alcanzamos en la medida que nuestros valores y principios morales no lo permitan.
Descubrir y mantener en nuestro ser las virtudes más importantes: Prudencia, humildad, sacrificio y paciencia.
FUENTE: ARTÍCULO: Las decisiones más importantes de nuestra vida, Publicado en www.filosofia.mx, por Lic. Gardenia Eréndida Cano Rodríguez, el 06 de Febrero del 2015.
http://www.filosofia.mx/index.php/foros/viewthread/122246
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