Allá
en la antigua Tracia Occidental, casi en dirección de la isla de Tasos, al
norte de Grecia, a orillas del Mar Egeo, allá en la ciudad de Abdea, nació Demócrito
de Abdea, el discípulo de Leucipo, hacen 2.481 años; es decir,
en el año 470 A.C.
Era
un filósofo que, junto con Empédocles de Agrigento, Leucipo y Epicuro (pertenecientes al florecimiento
de la cultura Jonia), se convirtió en iniciador de lo que hoy conocemos como
teoría atómica. También Demócrito fue quien aseveró que “un
cuerpo que se mueve continuaba su movimiento hasta que algo interviniera para
alterarlo”. Este concepto fue el que dio origen a lo enseñado por Isaac
Newton, como lo es
la Inercia.
Lo
grandioso de Demócrito, y en general de todos aquellos sabios de
la Antigüedad
, es que su conocimiento y sus especulaciones son producto de la intuición, de
la lógica.
Sin
embargo, Demócrito vio en su pensamiento casi la verdad absoluta:
imaginó que la materia estaba formada por átomos y vacío, y fuera de éstos
no podría existir cuerpo alguno: Dijo que los átomos eran partículas
infinitamente pequeñas, indivisibles, eran la última manifestación de la
materia y estaban separados por vacío.
La
idea primigenia era de su maestro Leucipo, pero Demócrito
desarrolló tal concepto que la popularizó y hasta llegó a concebir el átomo
(palabra griega que quiere decir indivisible) como invisibles corpúsculos
diminutos que tenían como ganchos para unirse unos con otros, lo que hoy
conocemos como fuerzas interatómicas. Afirmaba Demócrito: Nada
existe aparte de los átomos y el vacío, cuando cortamos una manzana, el
cuchillo ha de pasar a través de espacios vacíos entre los átomos. Si no
hubiesen estos espacios vacíos, el cuchillo topará con los átomos
impenetrables y no podríamos cortar la manzana”. Por supuesto que tal opinión
es incorrecta pero sirvió de base para el alcance de ciertas verdades científicas.
En resumen, la filosofía de Demócrito estaba sintetizada’ en:
“1º La materia es discreta. 2º Todas las sustancias están formadas por átomos
que están separados unos de otros por un espacio vacío. 3º Los átomos están
en constante movimiento; y 4º El movimiento es una propiedad inherente a los átomos,
éstos son eternos, indestructibles...”
Por
otra parte, Demócrito fue genial cuando imaginó que el volumen
de un cono o de una pirámide podía lograrse calculando separadamente el
volumen de las distintas láminas delgadas superpuestas en las cuales se habían
subdividido los citados sólidos geométricos. Esta formulación corresponde en
la Matemática actual a
la Teoría
de los Límites, lo cual constituye el paso previo para entrar en el Cálculo
Infinitesimal (Integrales y Diferenciales).
El
dogmatismo y la irracionalidad del eufórico fanatismo conjuraron contra Demócrito
y lo presentaron como un peligro para la sociedad, ya que consideraba que todo
estaba constituido sólo por átomos y vacío, que no existía Dios, que todo se
había formado espontáneamente a partir de la materia difusa y que en el
espacio había un gran número de mundos que evolucionaban y después caerían.
Consideró que algunos mundos estaban habitados y que la vida se originó en una
especie de caldo primordial.
Agregó
Demócrito: “La percepción - la razón por la cual pienso, por
ejemplo, que tengo una pluma en la mano - es un proceso puramente físico y
mecanicista; que el pensamiento y la sensación son atributos de la materia
reunida en un modo suficientemente fino y complejo, y no de ningún espíritu
infundido por los dioses de la materia”. Al negar a Dios y presentar a la
materia como autocreada, e integrada por átomos (que hubiera sido lo de menos),
se convirtió en el primer ateo y en el primer materialista (atomista) de
trascendencia en el mundo social, cultural y científico; de manera tal, que su
contemporáneo, el dialéctico Platón, censuró fuertemente a Demócrito,
tanto más cuando éste opinó que “la humanidad, la bondad y la belleza son
manifestaciones mecánicas de los átomos materiales”; por tal motivo, Platón
expresó el deseo de que todos los libros de Demócrito fueran
quemados. Parece que la voluntad del sabio rival se cumplió en alguna forma
porque de los setenta y tres libros que escribió el atomista de Abdea, solo se
conocen algunos fragmentos sobre ética y otras Informaciones que han dado otros
autores a través de los siglos. Demócrito murió en el año 400
A.C., cuando tenía 70 años de edad.
Lo
dicho sobre el átomo no quedó allí. Con el nacimiento de
la Química
moderna, los conceptos antes emitidos por los antiguos recobraron nueva
importancia a principios del año 1800; es decir, 1840 años después de Demócrito, John Dalton,
quien formuló una nueva Teoría Atómica, constituida por cinco postulados: 1)
Los átomos son partículas reales discretas de materia, que no pueden ser
subdivididos por ningún procedimiento químico conocido; 2) Los átomos del
mismo elemento son similares entre sí e iguales en peso; 3) Los átomos de
diferentes elementos tienen propiedades diferentes peso, afinidad. 4) Los
compuestos están formados por la unión de átomos de diferentes elementos en
proporciones numéricas simples - 1:1; 1:2; 2:1; 2:3. ; 5) Los pesos de
combinación de los elementos representan los pesos de combinación de los átomos. De
lo leído en los postulados de
la Teoría
de Dalton inferimos que aún están presentes Demócrito,
Leucipo, Empédocles, Epicuro y Lucrecio.
Todo
empezó con Demócrito, que aún lo recordamos, porque él y sus
asociados iniciaron sus inquietudes sobre algo invisible por lo infinitamente
pequeño y que hoy constituye La fuente universal más poderosa e inagotable de
energía que jamás alguien pudiera haber imaginado: El átomo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario