jueves, 21 de marzo de 2013

Historia de Macedonia.

MACEDONIA ANTES DE FILIPO

Macedonia se encuentra en la parte septentrional de la Península Balcánica, abarcando las cuencas de los ríos Estrimón, Haliacmón y Axios, limitando al oeste con Iliria, al este con Tracia y al sur con Tesalia. Las condiciones geográficas de la región propiciaban la fragmentación política.

Los datos arqueológicos sugieren que fue durante la Edad del Hierro cuando los llamados macedonios comenzaron a ocupar el país, comenzando por el valle medio del Haliacmón, para ir, posteriormente paso a paso, ocupando el resto.

Los griegos tenían dudas acerca si los macedonios eran griegos o bárbaros durante mucho tiempo, dando lugar a posiciones opuestas, así Heródoto afirmaba “Estos reyes macedonios descendientes de Pérdicas, pretenden ser griegos, y yo conozco muy bien que ciertamente lo son”, opinión totalmente diferente a la de Demóstenes que los consideraba bárbaros y a Filipo el Grande como enemigo de los griegos.

Ciertamente los macedonios eran griegos como lo demuestra las inscripciones de los siglos V y IV a.C. que enmarca la lengua hablada por los macedonios en el grupo noroccidental. Sin embargo este dialecto estaba culturalmente poco evolucionado, exponente de una sociedad alejada política, económica y culturalmente atrasada respecto a la griega. Ello no significaba por contra el aislamiento total de Macedonia respecto a Grecia, ya que la proximidad de los Estados griegos a Macedonia exigían la aproximación por razones geopolíticas. Por eso la elevación cultural que numerosos reyes macedonios llevaron a cabo se hizo con la cultura griega.

En un primer momento el territorio posteriormente llamado Macedonia estuvo ocupado por tribus independientes entre sí. Fue hacia la primera mitad del siglo VII a.C. cuando se produjo el asentamiento de la tribu de los argeadas que acabó por obtener el dominio sobre una parte del territorio y de la población macedónicas.

En estos momentos estaban gobernado por reyes semejantes a los homéricos, el monarca era en realidad el miembro más destacado de los nobles del reino, el “primum inter pares”, los nobles le seguían como compañeros a las guerras y se constituían en el grupo más importante de “ la asamblea en armas”. Las relaciones eran de estilo feudal, lo que hacía que incluso en época avanzada, en los tratados con otras potencias griegas el nombre o título del rey pudiese ser incluso intercambiado por el de “macedonios” o que además de la del rey se exigiera la firma de otros dignatarios del reino.

Dentro de la dinastía Argeada, destaca Alejandro I (494-454 a.C.), inició la ampliación de los componentes del ejercito macedonio como instrumento útil para conseguir y consolidar las conquistas territoriales. Incorporó “los compañeros de a pie” con lo cual otro sector de la sociedad macedonia, aparte de la nobleza, comenzó a tener vínculos más estrechos con la realeza macedonia.

Alejandro I intentó no verse comprometido con el sentimiento anti-persa sustentada por algunos estados griegos, sentimiento que mantuvo en el enfrentamiento greco-persa de las Guerras Médicas. Los griegos triunfantes castigaron a los estados griegos favorables a los persas, sin embargo, a Macedonia no le impusieron ninguno. En ello también influyó el aspecto anteriormente comentado de que algunos no les consideraban griegos, por ello muchos se oponían a su participación en los juegos olímpicos, en los que finalmente fueron aceptados reconociendo así su condición de griegos.

Alejandro I fue un monarca cauteloso en las relaciones con Atenas y Esparta, política que tras su muerte continuo siendo empleada por algunos de sus descendientes en el trono real de Macedonia. Alejandro I conquisto para su reino el distrito de Bisaltia, rico en plata y el lugar de los “Nueve Caminos”, en el Egeo Norte, el cual sin embargo perdió pronto por la presión de los edones.

A la muerte de Alejandro I, sus hijos Filipo, Alcetas y Pérdicas se disputaron el trono, y mantuvieron el mando en sus áreas de influencia. El primero en desaparecer fue Alcetas, que fue depuesto por sus hermanos. Estos difíciles momentos de Macedonia coinciden con la expansión ateniense por el Egeo Norte, donde fundaron nuevas

colonias como Anfípolis, en la desembocadura del río Estrimón, y lograron que Metone ingresara en la liga ático-délica. En vista de ello, y aun antes de que estallara la Guerra del Peloponeso, Pérdicas demostró su habilidad política al propiciar que las ciudades próximas a Olinto se unieran en una confederación para frenar la presencia ateniense.

Cuando estalló la guerra del Peloponeso, Pérdicas vio el momento oportuno para deshacerse de su hermano Filipo y unificar el reino, y continuo con la política de equilibrio entre Atenas y Esparta como anteriormente había hecho su padre.

Pérdicas murió en el año 413 a.C. dejando un reino consolidado que había de pasar por la prueba de la sucesión. Pérdicas tuvo dos hijos, uno de siete años que era el sucesor legítimo, y Arquelao, fruto de la relación con una concubina, mayor de edad que fue quien finalmente se hizo con el trono. Arquelao creó una eficiente red de caminos en función del ejercito, construyó fortalezas, y amplió y modernizó él ejercito. Traslado la capital desde Egas en el interior, a Pella, más próxima al mar y situada en un punto geoestratégico, de la cual hizo un centro cultural, rodeando su corte de poetas, músicos...

Las medidas adoptadas por Arquelao hicieron posible que Macedonia ya no dependiera de ningún otro estado griego, Macedonia se había convertido en una potencia que podía seguir el camino que mejor le conviniera. Atenas le nombró “amigo y benefactor” y le ayudó durante el asedio a Pidna. Arquelao al final de sus días y viéndose en poder de un reino consolidado, decidió intervenir en los problemas internos de la federación de Tesalia. A petición de los oligarcas de Larisa y su entorno restableció la oligarquía en la ciudad ocupándola, lo que motivo las airadas protestas de Atenas, que hacia prever una guerra inminente, la cual no se llevo a cabo por el asesinato de Arquelao en el 399 a.C.

Tras la muerte de Arquelao, Macedonia se vio envuelta en la anarquía y la confusión, renació la lucha por el poder y las tendencias separatistas, a la vez que la presión de los reinos exteriores. Este es el panorama que se encontró Amintas III cuando accedió al trono en el 393-392 a.C. Los ilirios atacaron Macedonia, expulsaron a Amintas III y

ocuparon parte del país. El rey estableció una alianza con la Liga calcídica y recuperó los territorios. Pero los olintios que dirigían la Liga, deseaban incorporarse ciudades macedónicas del litoral. Amintas III reaccionó buscando el apoyo de Esparta, que se había convertido en guardián de las conclusiones adoptadas en la Paz de Antálcidas. La intervención de Esparta acabó con la derrota de Olinto, y la alianza de Esparta con varias ciudades de la Liga calcídica, lo que asustó a Amintas III que busco entonces el acercamiento a Atenas, con la que firmo una alianza, volviendo así a la política de equilibrios que había desarrollado sus predecesores.

Amintas III murió en el año 370 dejando tres hijos legítimos Alejandro, Pérdicas y Filipo. Alejandro II ocupó el trono y continuo la política intervencionista de Macedonia en los asuntos de Tesalia, donde con la excusa de ayudar a los tesalios contra la presión de los tiranos de Feras, sin embargo los ejércitos macedonios se aseguraron la sumisión de Larisa y Cronón, lo que obligo a intervenir a Tebas, cuyas tropas comandadas por Pelópidas liberaron Larisa y penetraron en Macedonia para dar apoyo a Alejandro y frenar las aspiraciones reales de Ptolomeo de Aloro, Alejandro consiguió este apoyo a cambio de enviar rehenes, entre ellos su hermano Filipo. Cuando los ejércitos tebanos abandonaron Macedonia Alejandro fue asesinado y Ptolomeo se convirtió en regente de los otros dos hijos de Amintas III. La regencia estuvo llena de vicisitudes ya que hubo otros pretendientes.

Pérdicas llegó a ser rey en el año 365 y duro sólo seis años, reinó como Pérdicas III. Tuvo una gran habilidad para la política tanto interna como externa, elimino la autonomía de la que gozaba la región macedonia de Lincéstide, desterrando a su monarca, Menelao, y reorganizó los derechos portuarios, colaboró con Atenas, para debilitar a los calcídicos, en la conquista de Torone y Potidea, pero no cedió a las pretensiones de Atenas sobre Anfípolis, que se encontraba bajo su poder. Pérdicas III murió cuando luchaba contra los ilirios del rey Bárdilis, junto con buena parte de su ejército. Su muerte llevó a la regencia a Filipo, el padre de Alejandro.

FILIPO Y LOS ALBORES DEL IMPERIO (388/336)

El hijo más pequeño del rey Amnitas III, fue nombrado en primera instancia como regente bajo el reinado de su hermano mayor Perdiccas. Entre los quince y los dieciocho años estuvo en Tebas como rehén, pero allí fue instruido por los generales tebanos Pelópidas y Epaminondas, de quienes aprendió mucho en el terreno de la diplomacia y el arte militar.

En cuanto se hizo cargo de la regencia macedonia, a los veintidós años, comenzó a solventar de manera sobresaliente la situación en la que se encontraba el estado, al borde del desastre.

Macedonia, con capital en Pella (Pela), se recuperó durante ese periodo de regencia (360/357; de los veintidós a los veinticinco años de Filipo) lo suficiente como para que Pérdicas fuese depuesto y Filipo coronado rey.

Cuando Filipo inició su cargo se dedicó en primer lugar a deshacerse de sus adversarios más significativos: Archelaos, Arrideo, Menelao y Pausanias. Los tres primeros eran medio hermanos de Filipo y el último un pariente. Se ocupó de sobornar a Berisades, rey tracio que apoyaba a Pausanias. Seguidamente éste fue asesinado. Del mismo modo Archelaos desaparece de escena.

En ese mismo momento sus otros dos contrincantes se adhieren a la Liga Calcídica y el conflicto que Macedonia sostenía con los paiones sobre una posible invasión de éstos queda solucionado a través de un subsidio ofrecido por Filipo.

Mientras tanto, retiró sus tropas de Anfípolis, que era su aliada, en una impecable maniobra estratégica, ya que poco más tarde la asediaría. Una vez reorganizadas sus tropas se decide a hacer frente al contingente ático, al que vence demostrándole que cuenta con el respaldo de su país.

Corría el año 358 y Filipo se decide a invadir Paionia. A continuación hace lo mismo con Lyncus, derrota a los ilirios liberando así a Epiro de la influencia iliria. En agradecimiento el rey moloso Neoptolomeo le envió a su hija Olimpia (también llamada Olimpíade), que se convertiría en reina de Macedonia.

Ese año Filipo es nombrado rey, y es en este periodo recién inaugurado cuando el monarca comienza a cumplir verdaderamente sus ambiciosos proyectos. En un lapso de tiempo de unos cuatro años pone en funcionamiento su engranaje político y militar. Asedia Anfípolis y Pydna en el 357. También Methone, otra de las ciudades que se había independizado bajo el reinado de Perdiccas. Se alía con la Liga Calcídica, enfrentada con Atenas, la cual estaba ya suficientemente molesta por no haber impedido la toma de Anfípolis y Pydna, debido a estar sumida en enfrentamientos sociales internos.

Filipo apoya a Krenides contra las pretensiones de los tracios y esta ciudad pasa a llamarse Philippi. Simultáneamente los reyes Cetríporis (Tracia Occidental), Lyppeus (Paeonia), y Grabus (Iliria) se alían con Atenas para hacer frente a Filipo en el año 356.

Por estas fechas el monarca es ya padre del recién nacido Alejandro. En el 355 aísla Neapolis, y un año más tarde toda la costa tracia está bajo su control.

Tesalia y Tracia habían caído bajo su poder en un tiempo ínfimo. Grecia, por su parte, no ocultaba la antipatía dirigida la país macedonio y a su monarca, pero Filipo pese a esto respetó siempre a tan emblemático estado, buscando en su capital al mejor preceptor para Alejandro: Aristóteles.

Filipo, de carácter temperamental, desenfrenado y falto de moderación tenía en la caza, la comida y la bebida sus grandes pasiones, era sin embargo un espléndido político y estratega. El monarca fue un militar incansable, posiblemente introductor de la

falange macedonia y del arma conocida como sarissa, se encargó de someter a su ejército a un entrenamiento continuo y eficaz.

Pero las campañas no habían terminado para el macedonio que en el 356 debe intervenir a favor de Tesalia Y Tebas, enfrentadas a Atenas y a los focidios, en lo que hoy conocemos como la Tercera Guerra Sagrada.

La Paz de Filócrates del 346 pone fin al conflicto a favor de los macedonios y sus aliados. Atenas, exasperada, prepara bajo la dirección de Demóstenes (opositor reconocido de Filipo en Atenas) al

ejército para un enfrentamiento naval en Bizancio, ciudad que llegado el momento le será arrebatada a Filipo.

Pero en el 338 y con la ayuda de Alejandro derrotan a los atenienses en la conocida batalla de Queronea. Tras esto el rey macedonio reúne en Corinto a los griegos independientes para votar la koiné eirené o paz general. Queda nombrado strategós autokrátor, cargo que ejerció poco tiempo, ya que tan sólo dos años después, a la edad de cuarenta y seis años, fue asesinado por su eterno rival Pausanias.

Sobre la popularidad de la que gozó Filipo en Grecia cabe decir que existían dos bandos: el de aquellos que lo veían como la salvación de la Hélade y el de los que lo aborrecían. Esquines y Demóstenes eran los dos exponentes de estas consideraciones, respectivamente.


ALEJANDRO: CARÁCTER Y POSICIÓN EN GRECIA

La subida al poder de Alejandro (356/323) no fue menos polémica que la de su padre. Alejandro contaba con veinte años de edad cuando Filipo pierde la vida, pero aún con tan corta edad había participado en relevantes campañas militares como la de Bizancio del 340 en la que él quedó como regente mientras su padre viajaba a la capital oriental, o la de Queronea a del 338, en la que Alejandro ya despuntó como entrenado militar.

Ciertamente la preparación física e intelectual del joven monarca debe tenerse muy en cuenta. Primero fue educado por un pariente de su madre, Leónidas, que le inculcó muy sobrias costumbres. Cansado de esto, Filipo decide depositar el futuro de su hijo ( que entonces tenía catorce) en manos de Aristóteles. Este suscitó en Alejandro un insaciable afán por el cultivo del espíritu. El joven se convirtió en un amante de las letras, del que dicen que portaba siempre consigo un ejemplar de “La Iliada”. Gustaba de rodearse de filósofos y literatos.

El entrenamiento físico también hizo mella en él y pronto sobresalió como jinete. Pero a todo ello debe sumársele que Filipo no escatimó esfuerzos en transmitirle toda la experiencia que como estratega y militar tenía.

En cuanto al carácter Alejandro Magno era tan impulsivo como lo fuera su padre, pero también heredó el apasionamiento de su madre.

Olimpia contó siempre con el apoyo incondicional de su hijo que llegó a romper temporalmente relaciones con su padre debido a que éste contrajo matrimonio con Cleopatra, rechazando de ese modo a su madre. El dolor de Alejandro llevó a que ambos, su madre y él, se marcharan a Epiro. Parece ser que más tarde se reconciliaron.

Y es que la generosa promiscuidad del padre de Alejandro condujo a más de un problema, como el que el futuro monarca encontró a la muerte de Filipo cuando sus hermanastros pretendieron arrebatarle el trono. Alejandro sofocó cualquier intento de usurpación con un baño de sangre.

Alejandro tuvo siempre claros sus objetivos, fue perseverante y buen estratega, hasta el extremo de que entre sus maniobras más destacadas que han llegado a atribuírsele se encuentra el asesinato de su padre. Se barajaron, ya entonces, distintas posibilidades, por ejemplo recelos de generales al servicio de Filipo, como Átalo y Parmenión, intentos por parte los persas de librarse de semejante contrincante e incluso se expuso la posibilidad de que alguna ciudad griega sometida hubiese encargado el crimen.
Alejandro contaba con el apoyo militar del ejército macedonio y más exactamente, de los generales que también secundaron a su padre: Antípatros y Parmenión. Todavía no asegurada su posición en Macedonia, en el 336 posee los honores de los que gozara su padre en la liga de Corinto y pasa a ser strategós autokrátor, echando a perder la tentativa de Tebas y otras ciudades griegas de anular el juramento federal prestado a Filipo.

Antes, a fines del 336 marcha hacia Tesalia y vence su resistencia. Luego pasa a Beocia, mientras que Atenas se apresuraba a defenderse y envía una embajada con Demóstenes, que no osa a presentarse, al frente. El proyecto ateniense fracasó, y pese a ello Alejandro no tomo medidas represoras contra la capital griega. Tampoco lo hizo contra Tebas y otros estados sublevados. Queda nombrado hegemón. De seguido se encarga de castigar a Átalo, general de su padre acusándolo de traición.

Cabe destacar que pese a las dotes de mando y decisión de Alejandro su subida al poder no fue un camino nada fácil y claro ejemplo de ello es la revuelta de Tabas, muestra de que el futuro monarca no era del gusto de todos.
......
Fuente: http://html.rincondelvago.com/historia-de-macedonia.html

Imagen  el reino de macedonia a la muerte de Filipo II.
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/f/f8/Map_Macedonia_336_BC-es.svg
Licencia de la imagen
http://commons.wikimedia.org/wiki/File%3AMap_Macedonia_336_BC-es.svg
By Marsyas (French original); Kordas (Spanish translation) [GFDL (http://www.gnu.org/copyleft/fdl.html), CC-BY-SA-3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0/) or CC-BY-SA-2.5 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.5)], via Wikimedia Commons

No hay comentarios:

Publicar un comentario