lunes, 17 de junio de 2013

Andrónico de Rodas y la Metafísica

Andrónico de Rodas (fl. 70 a. n. e.) fue el décimo escolarca del Liceo. Editor y comentador de las obras de Aristoteles y Teofrasto, a él debemos el título de Metafísica dado a la colección de catorce tratados sobre «filosofía primera» de Aristóteles.

Biografia
Filósofo peripatético, contemporáneo de Cicerón. Explicó en un principio filosofía en las escuelas de Atenas y fue el año 71 antes de J. C. a establecerse en Roma. Tyranión, el liberto de Lúculo, encargado por Sila de transcribir los libros inéditos de Aristóteles procedentes de la Biblioteca de Apelicón, entregó sus obras a Andrónico para que las revisara. Éste las clasificó, hizo tablas y sumarios de ellas y las enriqueció con numerosos comentarios. Se le atribuye también la palabra metafísica, τά μετά τά φυσιχά. Tuvo entre otros como discípulos a Boecio y Soligenes, al cual encomendó César la reforma del Calendario. Andrónico publicó, como resultado de todos estos trabajos, los manuscritos de Aristóteles y Teophrasto (que le entregó Sila) acompañados de cuadros e índices por él confeccionados, clasificó estos escritos por orden de materias, distribuyéndolas en tratados, y el resultado de sus investigaciones.


Estos trabajos, como los originales del mismo Andrónico de física y acerca de las categorías de Aristóteles, se han perdido casi todos. Por lo demás Andrónico, como casi todos los pensadores latinos, carece de originalidad y su doctrina se reduce al comentario de la aristotélica. Sus obras se han perdido. Los fragmentos de Las virtudes y los vicios, en Stobeo, así como la paráfrasis de los Éticos a Nicómaco, que se han atribuido a Andrónico de Rodas, son de autor más moderno. La última de estas obras se publicó por vez primera con el título de Incerti auctoris paraphrasis, por Daniel Heinsius (Leyden, 1607).

Fuentes: http://www.e-torredebabel.com/Enciclopedia-Hispano-Americana/V2/Andronico-Rodas-biografia-D-E-H-A.htm
http://symploke.trujaman.org/index.php?title=Andr%F3nico_de_Rodas


Metafísica.
        A esta palabra, a esta bailarina lógica, se le ha dicho muchas veces que no baile. O que baile, al menos, fuera de la pista en la que bailan las bailarinas de la Verdad, esas que llevan como nombres “Hecho”, “Física”, “Matemática”, “Conocimiento”, “Pragmatismo”, “Positivismo”.
          Se la ha expulsado, paradójicamente, desde posiciones metafísicas más o menos inconscientes.
          Una aproximación simple a esta palabra: creer en la Metafísica es creer en que hay algo -que no se ve- que mueve lo que se ve. La Física moderna, que afirma estar liberada de toda Metafísica, cree que hay algo que no se ve -las leyes de la Naturaleza- que mueven todo lo que se ve.
          La palabra parece que la inventó Andrónico de Rodas en el siglo I a.C. Bajo ese símbolo -”Metafísica”- se agrupó una serie de escritos de Aristóteles que se ocupaban de lo que este filósofo denominó “Filosofía primera”, “Teología” o “Sabiduría”. Estos libros fueron colocados después de los ocho que componían la “Física”. Así, una opción bibliotecaria instauró ya un visión sobre la totalidad: habría algo que estudiar, que pensar, que decir a otros, de lo que está detrás de la Física (entendiendo por “Física” lo que se presenta más o menos inmediatamente ante los sentidos).
          Pero, ¿qué se presenta ante los sentidos? ¿Alguien lo sabe? ¿Qué vemos? ¿Alguien ve algo si se le pregunta qué ve, qué ve en la totalidad del ver?
          Y, sobre todo: ¿cómo sabemos que, efectivamente, hay algo fuera de los sentidos “presentándose”, disponible para ser incardinado en un modelo mental de naturaleza verificable… con los sentidos? ¿Cómo salir de los sentidos para “ver” si hay algo más allá de ellos?
          José Ferrater Mora, en su Diccionario de Filosofía, afirma que no hay nada que pueda llamarse “la metafísica”: “Hay modos de pensar filosóficos muy diversos que conllevan diversos tipos de metafísicas, a menudo incompatibles entre sí”. Bueno, esa fue su Metafísica: la creencia en que existe pensamiento humano y modos distintos de pensar lo pensable.
          Un primer uso de la palabra Metafísica (un uso que creo que puede ser útil para vislumbrar el poderío de las bailarinas lógicas que bailan en este diccionario) sería el que la convierte en sinónimo de la palabra “Filosofía”, pero en el sentido de Filosofía radical: aquella que aspira a dibujar un modelo donde se expliquen todos  los hechos que se presentan en nuestra conciencia. Son muchos, ¿no? Salvo que hagamos el truco de coger sólo lo que interesa a nuestras hipótesis. a esos sistemas legaliformes en los que nos cobijamos. ¿Cabe vivir en la intemperie meta-sistémica? Sí. De hecho es ahí donde vivimos.








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