Cuando Tales de Mileto decidió hacerse rico con los mismos métodos que Wall Street.
Tales de Mileto es considerado como el fundador de la filosofía occidental, también la primera persona en aplicar el uso del razonamiento deductivo a la geometría y a la que se le puede atribuir un descubrimiento matematico. Algunos historiadores van más allá, catalogándole como el padre de la Ciencia por haber descartado el uso de la mitología para explicar fenómenos naturales. Menos famosa es, sin embargo, la extraordinaria manera en la que se hizo rico.
A pesar de sus talento e inteligencia, a pesar de haber previsto eclipses o haber calculado la distancia
entre un barco y la costa mediante el uso de las matemáticas, Tales de
Mileto debía soportar las habladurías de la gente debido a su pobreza.
¿Si eres tan habilidoso por qué en lugar de resolver los problema del mundo no empiezas por los tuyos propios?
¿Si eres tan sabio por qué no te enriqueces, por qué no prosperas en lugar de ser un fracasado?
Harto de las murmuraciones Tales decidió hacer algo al respecto:
1.-
Debido a sus grandes conocimientos en astronomía (y su probable interés
en la botánica), previó durante el invierno que la cosecha de aceitunas
iba a ser excelente, teniendo eso en cuenta, asumió que disponía de una
información de gran calidad para ejecutar un movimiento de inversión.
2.- Reunió el dinero que fue capaz y lo entregó como deposito
para arrendar la totalidad de prensas de aceite ubicadas en Mileto y
Quíos, la intención era clara: si la cosecha de aceitunas se demostraba
copiosa habría una gran demanda y él se encontraría en una posición de
monopolio en el sector del prensado.
3.- Firmar el contrato meses antes de la recolecta le ofrecía
más ventajas añadidas: al no haber otros licitadores podía obtener el
arriendo a un coste más bajo del que sería normal.
4.- Aún así Tales no disponía del dinero suficiente como para
alquilar esas prensas, lo que estaba haciendo era utilizar un derivado
financiero. Aristóteles, que cuenta la historia del filósofo en el capítulo IV del primer libro de su "Política", no entra en detalles concretos sobre la forma específica del acuerdo. Pero necesariamente debía de tratarse de:
a) OPCIONES: En caso de que Tales hubiera pagado por disponer
del derecho a arrendar las prensas si lo estimase oportuno, lo que
implicaría que tuviese la posibilidad de no hacerlo si la cosecha de
aceitunas fuera mala, perdiendo en esa situación solo el depósito
adelantado, es decir, todo el dinero que tenía.
b) FUTUROS: Si Tales se hubiera comprometido además a hacer efectivo el alquiler, careciendo del derecho a volverse atrás.
5.- Decantarse por un contrato del tipo a) o b) dependería de diversos factores:
La
OPCIÓN le daría la seguridad de tener las pérdidas controladas en caso
de un error de cálculo sobre la cosecha, pero los dueños de las prensas
le pedirían un precio por el arriendo y un depósito mayores dado que si
Tales se retiraba a última hora ellos deberían buscar un nuevo cliente.
El contrato de FUTUROS ofrecería la ventaja de tener que
adelantar una señal más pequeña y obtener un precio de alquiler más bajo
pero en caso de un error en la previsión las consecuencias serían
desastrosas.
6.- En la práctica el filósofo, con independencia de haber
elegido una posibilidad u otra, se estaba apalancando para poder
efectuar un negocio que de otra manera no habría podido ejecutar por
falta de recursos.Aún así se enfrentaba a perder todo lo que tenía, o
todo lo que tenía y mucho más, especialmente en un contexto histórico en
el que el impago podía llevar a consecuencias terribles. Tal
como señala George Crawford, se trata del primer ejemplo histórico, del
uso de derivados financieros del que se tiene información específica.
7.- Pero al llegar la cosecha su previsión fue acertada y la producción de aceitunas muy alta.
Tales
de Mileto, había, además, "arrinconado" a la demanda al monopolizar la
oferta de prensado y podía establecer el precio que quisiera siempre que
el límite fuera inferior al transporte de esas mismas aceitunas a
otras ciudades.
El filósofo habituado a la pobreza, el mismo que había
calculado la altura de las pirámides, se había convertido en millonario.
Casi como en una venganza.
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