De origen umbro (se cree que nació en Asís o en todo caso en las verdes llanuras de la Umbría italiana), su padre se arruinó en el año 40 a. C. con las confiscaciones de tierras de las guerras civiles, por lo que muy joven aún tuvo que marchar a Roma a buscar fortuna estudiando leyes y como orador. El amor de Cintia, una liberta o tal vez una cortesana, hizo brotar en él el gusto por la poesía y, al pùblicarse su primer libro de poemas, fue llamado al círculo literario de Cayo Cilnio Mecenas, donde conoció a Virgilio y a Ovidio.
Al contrario que la poesía de su contemporáneo Tibulo, con quien se le suele emparejar, Propercio imita la poesía neotérica alejandrina, y en especial a Calímaco, cuyo elaborado estilo y erudición mitológica sigue en ocasiones.
Sus versos le granjearon la ayuda de Augusto y de Mecenas y la amistad de poetas como Ovidio y Virgilio. Imitó a los alejandrinos, especialmente a Calímaco, de quien tomó el afán por la erudición y el estilo preciosista. Dio a la mitología un valor artístico, de tal manera que los temas cobran nueva forma y sentido a través de su pasión de poeta, de su concepto trágico del amor y de su imaginación llena de patetismo. Su obra se compone de cuatro libros de Elegías, que contienen sus poemas amorosos (dedicados a Cintia), anacreónticos y de circunstancias, así como cartas.
Considerado por muchos especialistas el más fascinante
de los líricos romanos, el lenguaje atrevido y original del poeta
elegíaco latino Sexto Propercio marcó un nuevo rumbo en la literatura
latina. En el primer poema del libro IV de las Elegías nos
proporciona el mismo Propercio las pocas noticias seguras que poseemos
sobre su vida. De niño hubo de ser temeroso testigo de la sangrienta
guerra de Perugia, desatada en el año 40 a. de C. entre Octavio y Lucio
Antonio. Su padre, de noble estirpe, murió por aquel entonces, y muy
pronto la familia quedó afectada por el reparto de tierras a los
veteranos de Octavio; en el 34 dejó Umbría con su madre para
establecerse en Roma.
Tomada la toga viril, Propercio se abstuvo de
participar en la vida política y renunció a una carrera pública para
dedicarse a los estudios literarios y a la poesía. Amó a diversas
mujeres, entre otras a una esclava, Licina. En 29 a. de C. encontró a la
única mujer que le inspiró un amor total: Hostia. Las pinturas de las paredes de Pompeya atestiguan la popularidad de que gozó Sexto Propercio ya en su tiempo. Su primera colección de elegías tuvo inmediato éxito, por lo que el influyente patrocinador Mecenas lo invitó a participar de su círculo.
Sobre todo dos virtudes del poeta impresionaron a sus contemporáneos: la blanditia (término con que aludieron a la suavidad y colorida calidez de sus trazos, a su elegante y casi voluptuoso sentido de la belleza y a su melancólica ternura) y su dominio de un extenso vocabulario que empleó de forma audaz y original. Propercio alternó abruptamente latinismos poéticos y coloquiales, y en su búsqueda de una expresión original frecuentemente forzó el idioma al borde de la ruptura. Es, sin duda, uno de los poetas latinos más difíciles porque abunda en pasajes oscuros; pero en esta misma dificultad radica parte de su fascinación poética, fruto muchas veces de la expresión concisa, epigramática.
El amor por Cintia, bella, culta y de distinguida familia, duró cinco años sin interrupción, con sus altercados y reconciliaciones, sus infidelidades y embriagueces. Tales pasiones forman, a través de los cuatro libros, una especie de novela en escenas episódicas descritas por el poeta sin ninguna unidad preconcebida.
Ejemplo de sus Elegías: Elegiae, I, 7. (http://poeticas.es/?p=1368)
Fuentes:
http://dominiopublico.es/libros/Sixto_Propercio/index.html (Se puede descargar una seleccion de su libro Elegías)
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/p/propercio.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Propercio
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