Herón de Alejandría invento la primera maquina expendedora del mundo, la utilizaban en los templos para dispensar liquidos como el agua bendita, o vino.
El sacerdote podía acompañar al orante hasta un recipiente y explicarle que el vino es más caro que el agua y le costará un dracma.
El visitante introduce la moneda por una rendija. Al instante, mágicamente, el vino comienza a fluir de un grifo llenando el vaso de libaciones en su cantidad justa:
La moneda se introducía por la parte superior y caía sobre la palanca R
levantando
el tapón que dejaba salir el líquido. La moneda iba resbalando hasta
caer al fondo haciendo que la palanca volviera a su posición inicial
dejando de echar. Sin duda es la primera máquina expendedora de la
historia. Tendrán que pasar casi 2.000 años para volver a ver algo así.
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