martes, 4 de marzo de 2014

Demóstenes (Biografia)

Demóstenes (en griego, Δημοσθένης: Dēmosthénēs) fue uno de los oradores más relevantes de la historia y un importante político ateniense. Nació en Atenas, en el años 380 a. C. y falleció en Calauria, el años 320 a. C.

Sus dotes de oratoria constituyen la última expresión significativa de las proezas intelectuales atenienses, y permiten el acceso a los detalles de la política y la cultura de la Antigua Grecia durante el siglo IV a. C. Demóstenes aprendió retórica mediante el estudio de los discursos de oradores anteriores. Pronunció sus primeros discursos judiciales a los veinte años de edad, cuando reclamó a sus tutores que le entregaran la totalidad de su herencia. Durante un tiempo, Demóstenes se ganó la vida como escritor profesional de discursos judiciales y como abogado, redactando textos para su uso en pleitos entre particulares.

Demóstenes se interesó por la política durante esa época, y fue en el 354 a. C. cuando dio sus primeros discursos políticos en público. Dedicó sus años de plenitud física e intelectual a oponerse a la expansión del reino de Macedonia. Idealizaba a su ciudad y luchaba por restaurar la supremacía ateniense y motivar a sus compatriotas para oponerse a Filipo II de Macedonia. 

Buscó preservar la libertad de Atenas y establecer una alianza contra Macedonia en un intento sin éxito de impedir los planes de Filipo de expandir su influencia hacia el sur, conquistando las ciudades-estado griegas. Dos años antes de la muerte de Filipo, Demóstenes tuvo un papel capital en el levantamiento de Atenas y Tebas contra el rey macedonio y su hijo, Alejandro III, en la batalla de Queronea, si bien sus esfuerzos no tuvieron éxito cuando la revuelta se encontró con una enérgica reacción macedonia. Más aún: para prevenir una revuelta similar contra su propio líder, el sucesor de Alejandro, el diádoco Antípatro, envió a sus hombres para que acabaran con Demóstenes. Demóstenes, sin embargo, se suicidó con el fin de evitar caer en manos de Arquias, confidente de Antípatro.

El llamado Canon Alejandrino, compilado por Aristófanes de Bizancio y Aristarco de Samotracia, reconoce a Demóstenes como uno de los 10 mayores logógrafos y oradores áticos. Según Longino, Demóstenes "perfeccionó al máximo el tono del discurso idealista, pasional, abundante, preparado, rápido". Cicerón le aclamó como "el orador perfecto" al que no le faltaba nada y Quintiliano le alabó dirigiéndose a él como "lex orandi" ("la norma de la oratoria") y diciendo de él que "inter omnes unus excellat" ("se encuentra solo entre el resto de oradores").

Familia y educación

Demóstenes nació en el año 384 a. C., durante el último año de la 98.ª Olimpiada o el primero de la 99.ª. Su padre, del mismo nombre, pertenecía a la tribu (phylai) pandionisia y vivía en la Demo de Peania, en las afueras de Atenas.

Pertenecía a una rica familia mercantil, lo que le valió el desprecio de las viejas familias aristocráticas. Su padre, Demóstenes de Peania, poseía una fábrica de armas. Esquines, el mayor rival político de Demóstenes, mantendría más tarde que su madre, Cleóbula, era de origen escita, si bien algunos estudiosos modernos ponen en duda esta afirmación.

A los 7 años Demóstenes se quedó huérfano. Su padre le dejó una fortuna en fideicomiso, quedando al cuidado de sus tíos, Afobos y Demofón, así como de un tal Terípido. Sus tutores dilapidaron su fortuna, ya sea por error de gestión o por mala intención, quedando el joven Demóstenes en extrema pobreza.

Tan pronto como Demóstenes alcanzó la mayoría de edad, exigió una auditoría de cuentas de la gestión realizada por sus tutores. Según Demóstenes, la revisión de las cuentas demostraba la apropiación indebida de su patrimonio. Aunque su padre le había dejado un patrimonio de casi catorce talentos que equivaldrían de forma aproximada a unos 400.000 dólares estadounidenses actuales, Demóstenes dijo en el juicio que sus tutores no le habían dejado nada salvo la casa, catorce esclavos y treinta minas de plata (30 minas equivalían a medio talento).

A los 20 años, Demóstenes demandó a sus tutores, intentando recuperar su patrimonio. Durante los juicios pronunció cinco discursos: tres Contra Afobos entre el 363 a. C. y el 362 a. C. y dos Contra Ontenor entre el 362 a. C. y el 361 a. C. El tribunal fijó los daños y perjuicios sufridos por Demóstenes en diez talentos (285.000 dólares estadounidenses de 2008). Cuando finalizaron todos los pleitos, Demóstenes sólo logró recuperar una porción de toda su herencia.

Entre el 366 a. C., fecha en la que alcanzó la mayoría de edad, y el 364 a. C., Demóstenes y sus ex-tutores buscaron arduamente una salida negociada al conflicto, si bien no consiguieron llegar a un arreglo porque ninguna de las dos partes estaba dispuesta a hacer concesiones. Al mismo tiempo, Demóstenes se preparó para los juicios mediante el entrenamiento de sus habilidades oratorias.

A los 16 años Demóstenes había asistido a un proceso de Calístrato de Afidna (367 a. C.), quedando sorprendido por el talento del orador. Calístrato estaba entonces en el momento cúspide de su carrera y ganó un pleito de una importancia considerable. Al parecer esa experiencia le llevó a decidirse por aprender la retórica.

Según Friedrich Nietzsche, filólogo y filósofo alemán, y Constantine Paparregopoulus, historiador griego, Demóstenes fue alumno de Isócrates. Según Cicerón, Quintiliano y el biógrafo romano Hermipo, fue un alumno de Platón. Luciano, un retórico y satírico romano-sirio, incluye a los filósofos Aristóteles, Teofrasto y Xenócrates entre sus profesores. Sin embargo, todas estas afirmaciones son hoy en día puestas en duda.

De acuerdo a Plutarco, Demóstenes se convirtió en alumno de Iseo, otro orador ático, aunque en esa época Isócrates también daba clases en el área, especializándose en los problemas de sucesiones. El motivo puede ser o bien que no pudiese pagar los honorarios de Isócrates, o porque pensaba que el estilo de Isée encajaba mejor con su forma de ser, más vigorosa y astuta. Ernst Curtius, un arqueólogo alemán, describía la relación entre alumno y profesor como "una alianza armada intelectual".

También se ha dicho que Demóstenes pagó a su profesor unas 10.000 dracmas (aproximadamente medio talento) a condición de que dejase la escuela de retórica que había abierto y se dedicase por entero a la enseñanza de Demóstenes. Otra versión dice que Iseo no cobró nada a Demóstenes por la enseñanza. Sin embargo, según Sir Richard C. Jebb, estudioso británico clásico, "la relación entre Iseo y Demóstenes como profesor y alumno apenas pudo haber sido ni muy íntima ni de muy larga duración". Konstantinos Tsatsos, profesor y académico griego, cree que Iseo ayudó a Demóstenes en la creación de sus primeros discursos judiciales contra sus tutores.

Según una biografía de autor desconocido pero atribuida a Plutarco, que ha llegado hasta nuestros días, Demóstenes se casó una vez. La única información que aparece sobre su esposa, de la que se desconoce el nombre, es que era hija de Heliodoro, un ciudadano importante. También tuvo una hija, "la primera y única que alguna vez le llamó padre", según Esquines, en un comentario ácido. Su hija murió joven, antes de haberse casado, pocos días después de la muerte de Filipo. Su sobrino Demócares fue también político y orador.

Acusaciones concernientes a su vida personal

En sus discursos, Esquines a menudo utilizaba las relaciones pederastas de Demóstenes para atacarle. El contenido de los ataques no era el hecho de que Demóstenes tuviese relaciones con chicos (algo que en aquella época no era raro ni socialmente inaceptable), sino que su comportamiento como erastés había sido inadecuado, y que su forma de actuar no beneficiaba a los chicos (como era lo esperado) sino que les dañaba. En el caso de Aristión, un joven de Platea que vivió durante mucho tiempo en la casa de Demóstenes, Esquines se burlaba de su falta de control sexual y de su posible comportamiento afeminado. En el caso de Cnosio, Esquines hace otra acusación de índole sexual, si bien en este caso acusa a Demóstenes de acostar a éste con su mujer para que la dejase embarazada. Ateneo, por su parte, nos muestra otro punto de vista, argumentando que fue la mujer la que se acostó con el joven en un ataque de celos.

Esquines también acusaba a Demóstenes de conseguir dinero a través de sus relaciones con jóvenes adinerados. Decía que engatusó a Aristarco, el hijo de Moscos, con la idea de que le podría convertir en un gran orador. Aparentemente, estando todavía bajo la tutela de Demóstenes, Aristarco mató y mutiló a un tal Nicodemo de Afidna, arrancándole los ojos y la lengua. Esquines acusaba a Demóstenes de complicidad en el asesinato, utilizando como argumento el hecho de que Nicodemo se había querellado anteriormente con Demóstenes acusándole de deserción. También acusaba a Demóstenes de haber sido tan mal erastés para Aristarco como para no ser digno de recibir tal nombre. Su crimen, según Esquines, era haber traicionado a su erómeno apropiándose de su patrimonio mientras que pretendía estar enamorado del joven (se decía que se había apropiado de tres talentos (86.000 dólares estadounidenses de 2008) de Aristarco mientras que éste huía al exilio para evitar el juicio). Por ello, en pago a la confianza que Aristarco y su familia habían puesto en él, y en palabras de Esquines "Entraste en un hogar feliz [...] lo arruinaste". En cualquier caso, la historia de las relaciones de Demóstenes con Aristarco es más que dudosa, y no se conoce a ningún pupilo de Demóstenes con ese nombre.

Carrera como logógrafo

"Si os veis obligados a actuar en el espíritu de esa dignidad, en el momento en el que vengáis al tribunal a juzgar las causas públicas, debéis recordar que con el báculo y el cargo cada uno de vosotros recibe la confianza del ancestral orgullo de Atenas".

Al finalizar los pleitos contra sus tutores y como forma de ganarse la vida, Demóstenes se dedicó a redactar discursos para su utilización en pleitos privados de terceras personas. Destacó mucho en su trabajo, y fue consiguiendo una cartera de clientes ricos y poderosos.

Por otra parte, un logógrafo ateniense podía permanecer en el anonimato y no figurar como tal en ninguna parte, lo cual en ocasiones podía ocasionar que un profesional de este estilo se dedicase a sus intereses personales en perjuicio de los de su cliente (no se podían examinar los posibles conflictos de intereses de una persona anónima). Esquines también acusó a Demóstenes de comportamiento poco ético en su trabajo, diciendo que había transmitido a los oponentes de sus clientes algunos de los argumentos que utilizarían en el juicio.

    Y al traidor nato, ¿cómo le reconocemos? ¿No te imitará a ti, Demóstenes, en su trato con aquellos que el azar pone en su camino y que confían en él? ¿No cobrará por escribir discursos para recitar a los tribunales, y luego revelará el contenido de los discursos a sus oponentes?.
Esquines, El Discurso en la Embajada.

Por ejemplo, Esquines acusó a Demóstenes de haber escrito un discurso para un tal Formión, un rico banquero, y luego habérselo comunicado a Apolodoro, que estaba preparando cargos contra Formión. Plutarco apoyaba esta acusación, diciendo que Demóstenes "se cree que había actuado de forma deshonesta".

Fuentes: http://es.wikipedia.org/wiki/Demóstenes

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