viernes, 2 de febrero de 2018

El primer ferrocarril español: La Habana-Güines

En España en 1837, se abrió el que fue el primer ferrocarril español, fue en Cuba. Desde la escuela se enseña que el primer ferrocarril español fue el de la línea Barcelona-Mataró, sin embargo, si hemos de ser precisos, en esa época Cuba no era una colonia, sino una provincia de pleno derecho en el marco del Estado Español, por lo que sería la línea La Habana-Güines la primera construida en nuestro país.

Mencionado el caso cubano; Cuba era por entonces parte de España, y nadie dudaba de ello, de hecho y a pesar de las guerras de independencia del resto de colonias, a mediados del siglo XIX se veía lejano que algo así pudiera pasar en Cuba o en Puerto Rico. El desastre de 1898 vino a convertirse en una pesadilla que hizo cambiar de manera radical aquella ingenua visión de la España del otro lado del océano.



El primer rugido de una máquina de vapor en un trazado español se vio en Cuba, en una aventura que hoy día apenas es recordada. No sólo se trató del primer ferrocarril español, sino también del primero que se veía en Iberoamérica. Todo comenzó de manera muy dulce, esto es, gracias a la gran industria de la caña de azúcar, además de otros cultivos como el tabaco o el café. El transporte de la caña y otros productos agrícolas se realizada en Cuba al modo tradicional, con carros tirados por bestias de carga. A todo esto, hacia 1830, el empresario español Marcelino Calero, establecido como editor en Londres, comenzó a agitar las aguas económicas para crear una moderna línea de transporte para la caña de azúcar en Cuba, lo que mejoraría enormemente las capacidades de exportación.

El empeño de Calero no llegó a buen puerto, pero su interés abrió los ojos de las autoridades españolas en Cuba acerca de las ventajas de contar con un ferrocarril para dar salida a los productos agrícolas locales hacia el resto del mundo. Francisco Dionisio Vives, por entonces gobernados y capitán general de Cuba, encargó un estudio en profundidad de la idea. Una comisión estableció el trazado óptimo, así como el coste necesario y las necesidades en lo que se refiere a accionistas e ingeniería. Todo el proyecto fue armado con rapidez y la obra comenzó ya en 1836, de la mano de ingenieros de los Estados Unidos. En noviembre de 1837 se abrió el primer tramo, entre La Habana y Bejucal, de casi treinta kilómetros de longitud. Posteriormente la línea se amplió hasta llegar al núcleo agrícola cubano de Güines. El éxito del ferrocarril en Cuba fue tal que, gracias a las mejoras en las exportaciones, pronto se convirtió en el lugar con mayor densidad de ferrocarriles del mundo, rivalizando incluso con Gran Bretaña durante un breve tiempo.


Fuentes:
artículo: "Ecos de los primeros ferrocarriles españoles" publicado en Tecnologia obsoleta por Alejandro Polanco Masa el 2 ENERO 2018
URL: http://alpoma.net/tecob/?p=13042

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