miércoles, 1 de abril de 2015

La Escuela teológica de Antioquía

La Escuela teológica de Antioquía. Teófilo y Serapión.

Teófilo fue obispo de Antioquía de 169 a 183 d.C. Nacido en Siria Oriental (a orillas del Éufrates) de una familia pagana, recibió una sólida formación filosófica, y se convirtió al cristianismo en edad madura tras estudiar las Sagradas Escrituras. Escribió varias obras, de las cuales se han conservado únicamente íntegras los tres libros del Apologia Ad Autolicum (escritos alrededor de 180 d.C). En ellos, con un depurado y elegante griego, Teófilo emplea numerosas citas para sostener que los profetas del Antiguo Testamento (usaba la versión helénica de los Setenta) ya anunciaban la veracidad del mensaje cristiano; critica las contradicciones del pensamiento de los filósofos griegos y la vacuidad de la adoración de ídolos de la religión olímpica.


  • Fue el primero en hablar de la Trinidad Divina, aunque empleó los términos más vagos de Dios (en el lugar del Padre), La Palabra o Logos (en el lugar del Hijo) y la Sabiduría o Sophia (en el lugar del Espíritu Santo). En cuanto al Logos, distinguía un Logos inmanente, que habría permanecido junto a Dios toda la eternidad, de un Logos emitido, que sería quién habría actuado en el mundo desde la Creación.
  • Fue también el primer autor en tratar en profundidad la inmortalidad del alma (que consideraba un don de Dios y no inherente a la misma) otorgada durante el Juicio Final en función de las acciones en vida.
  • En cuanto a la escriturística, citó varios fragmentos aislados de los evangelios de Mateo, Lucas y Juan (particularmente el primer capítulo), y la segunda carta de Pedro, testimoniando que en su época ya circulaban entre las comunidades cristianas. Fue el primer autor que afirmó la inspiración divina del Nuevo Testamento, llamando a los Evangelios- a semejanza de los libros de los profetas- “Santa Divina palabra”.
  • Incluyó una cronología del mundo que remontaba la Creación al año 5529 a.C.
  • Lo más enigmático de las obras de Teófilo es la ausencia de referencia literal a la persona de Jesús o Cristo. Lo nombraba indirectamente como Logos.
    Es conocido también por haber escrito dos obras contra herejes, de las cuales sólo han llegado fragmentos y citas de otros autores. La primera es “Contra Hermógenes”, en la que condena las enseñanzas de este autor de la secta de los patripasianos o sabelianos, una variante del unitarismo (una sola naturaleza en Dios) modalista (lo que se llamaban personas divinas no eran sino “modos” en los que la única persona de Dios se manifestaba), que afirmaba que era el Padre el que había sido crucificado.
    Más importante fue su obra “Contra Marción”, un gnóstico de Ponto que enseñaba el dualismo (segregación entre el Dios demiurgo del Antiguo Testamento y el Dios Padre del Nuevo Testamento, dualidad de los principios del Bien y el Mal, dualidad entre la materia y el espíritu). Gracias a su elocuencia y riquezas, tenía muchos corifeos llamados maricionitas, que habían logrado expandir sus ideas por toda la parte oriental del Imperio.

 Contra ambos, afirmó Teófilo los principios ortodoxos de la fe al respecto de la naturaleza divina.

Teófilo es el primer teólogo completo de la Iglesia- un logro asombroso si tenemos en cuenta que nos hallamos en la segunda mitad del siglo II- aunque sus tesis son aún rudimentarias y poco desarrolladas. A partir de él, la escuela antioqueana sería vista como una referencia indispensable en todas las discusiones teológicas en el cristianismo.

A su muerte fue sucedido en la silla episcopal por Máximo (183-191 d.C)- autor de un libro perdido sobre el bien y el mal, y la creación de la materia-, y por otro teólogo ilustre, Serapión de Antioquía (191-211 d.C). Serapión escribió dos breves tratados en forma de carta contra el montanismo (herejía profetista y escatológica) y el judaísmo, así como una condena del docético pseudoevangelio de Pedro (recordemos que por entonces aún no se había establecido definitivamente el canon escriturístico del Nuevo Testamento), siendo uno de los primeros textos que prueban que en la Iglesia contemporánea se conocía la circulación de textos apócrifos (falsamente atribuidos a algún apóstol) por parte de sectas heréticas.

Como obispo de Antioquía parece haber tenido preeminencia entre los obispos sirios, pues consagró a Palut como obispo de Edesa para que combatiera los errores gnósticos de Bardasenes.

Asclepiades (que escribió varios comentarios bíblicos) sucedió a Serapión y murió martirizado en 217 en la primera persecución de cristianos documentada en Antioquía. Le sucedieron Fileto (218-231) y Zebino (231-237), durante el cual el emperador Maximino Tracio desencadenó una gran persecución de cristianos. Afectó de pleno al obispo san Babilas, del que se cuentan varias leyendas (como que mandó al fondo del templo con los penitentes al emperador Filipo el Árabe- que tenía curiosidad por asistir a la Pascua- por haber cooperado con la muerte de su predecesor en la púrpura).

Fuente:
http://infocatolica.com/blog/matermagistra.php/1405141032-la-iglesia-siriaca-i,"La Iglesia siríaca (I)" por Luis I. Amorós en infocatolica.com.

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