lunes, 5 de diciembre de 2016

TEOLOGÍA AFIRMATIVA Y TEOLOGÍA NEGATIVA

Texto de la obra "Tratado Sobre la Teología Mística" del autor Pseudo Dionisio Areopagita.


QUÉ SE ENTIENDE POR TEOLOGÍA AFIRMATIVA Y TEOLOGÍA NEGATIVA

En mis "Representaciones teológicas" dejé ya claro cuáles sean las nociones más propias de la teología afirmativa (catafática); en qué sentido el Bien de naturaleza divina es Uno y Trino; cómo se entiende Paternidad y Filiación; qué significa la denominación divina del Espíritu; cómo estas cordiales luces de bondad han brotado del Bien inmaterial e indivisible y cómo al difundirse han permanecido en él todas unas en otras desde su coeterno fundamento. He hablado de Jesús, que siendo supraesencial se revistió sustancialmente de verdadera naturaleza humana. En las "Representaciones teológicas" alabé también otros misterios conforme a las Santas Escrituras.

En el "Tratado sobre los Nombres de Dios" he explicado en qué sentido decimos que Dios es el Bien, Ser, Vida, Sabiduría, Poder y todo cuanto pueda convenir a la naturaleza espiritual de Dios. En la "Teología simbólica" he tratado de las analogías que puedan tener con Dios los seres que nosotros observamos. He hablado de las cosas sensibles con relación a Él, de formas y figuras, de ministros, lugares sagrados y ornamentos; de lo que significan el enojo, las penas y los resentimientos; del sentido que en Él tienen las palabras de embriaguez y entusiasmo, juramentos, maldiciones, sueños y vigilias. Y de otras imágenes con las que simbólicamente nos representamos a Dios. Supongo habrás notado cómo los últimos libros son más extensos que los primeros, pues no era conveniente que las "Representaciones teológicas" y el "Tratado sobre los Nombres de Dios" fuesen tan amplios como la "Teología simbólica". El hecho es que cuanto más alto volamos menos palabras necesitamos, porque lo inteligible se presenta cada vez más simplificado. Por tanto, ahora, a medida que nos adentramos en aquella Tiniebla que hay más allá de la inteligencia, llegamos a quedarnos no sólo cortos en palabras, sino más aún, en perfecto silencio y sin pensar en nada.

En aquellos escritos, el discurso procedía desde lo más alto a lo más bajo. Por aquel sendero descendente aumentaba el caudal de las ideas, que se multiplicaban a cada paso. Mas ahora que escalamos desde el suelo más bajo hasta la cumbre, cuanto más subimos más escasas se hacen las palabras. Al coronar la cima reina un completo silencio. Estamos unidos por completo al Inefable.

Te extrañas, quizá, de que partiendo de lo más alto por vía de afirmación comencemos ahora desde lo más bajo por vía de negación. La razón es ésta: cuando afirmamos algo de aquel a quien ninguna afirmación alcanza, necesitamos que se basen nuestros asertos en lo que esté próximo de Él. Mas ahora al hablar por vía de negación de aquel que trasciende toda negación se comienza por negarle las cualidades que le sean más lejanas. ¿No es cierto que es más conforme a la realidad afirmar que Dios es vida y bien que no aire o piedra? ¿No es verdad que Dios está más distante de ser embriaguez y enojo que de ser nombrado y entendido? Y en tal sentido es distinto decir que Dios no es "embriaguez ni enojo" a decir que Dios no es "palabra o pensamiento" nuestros. Pero fundamentalmente coinciden en el "no" con respecto a Dios. Por lo cual, éste es el camino más directo y sencillo y seguro para llegar a Dios o a la cima, camino de proficientes o perfectos, la Teología mística.

Fuentes:
http://www.mercaba.org/Moline/pseudodionisio.htm
http://www.mercaba.org/ARTICULOS/D/Dionisio,%20Areopagita%20-%20Teologia%20mistica.doc

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