jueves, 7 de junio de 2018

Las falacias lógicas (prejuicios)

Una falacia lógica es un modo o patrón de razonamiento que siempre o casi siempre conduce a un argumento incorrecto. Contrariamente al paralogismo que es involuntario, las falacias lógicas, suelen usarse con la intención de engañar al receptor. Los argumentos falaces, tiene a menudo, la estructura formal del silogismo, un defecto en la estructura del argumento lo conduce a que este sea inválido. Las falacias, se confunden con los sofismas. Fueron los sofistas, los que en la Grecia clásica, enseñando la elocuencia, ensañaron el uso de falacias, dentro del «arte de la persuasión». Las falacias lógicas suelen aprovecharse de los prejuicios o sesgos cognitivos para parecer lógicas. Cambiándose a veces, el error inconsciente o involuntario por una manipulación deliberada. Por eso, las falacias lógicas son los mecanismos automáticos más comunes para poner en práctica los sesgos cognitivos. Algunas importantes falacias lógicas que emplean los sesgos cognitivos se muestran a continuación. Véase también control social, control mental, propaganda, lavado de cerebro.

Falacias formales




Argumento desde la falacia

Un argumento desde la falacia o argumento ad lógicam, asume que si un argumento es una falacia entonces su conclusión debe ser forzosamente falsa. Una falacia lógica no es necesariamente errónea en su conclusión, aunque sí lo es en el razonamiento que le ha llevado a esta conclusión. Es decir, aunque la estructura de razonamiento pueda ser falaz por su construcción o por sus premisas, la conclusión puede llegar a ser fortuitamente correcta.

Ejemplo: «Los objetos caen porque hay ángeles que los empujan hacia abajo». La conclusión «los objetos caen» es cierta, aunque no existe un argumento válido para aceptar la premisa de la existencia de los ángeles y tampoco de que estos empujen los objetos.

Afirmación del consecuente

Una afirmación del consecuente es llamada así porque erróneamente se concluye que el segundo término de una premisa consecuente establece también la verdad de su antecesora. Si se demuestra que P entonces Q, entonces erróneamente se puede deducir que si Q entonces P llevándonos a esta falacia, que se apoya en el sesgo de simetría.

Ejemplo: «Si estoy dormido, tengo los ojos cerrados; entonces si tengo los ojos cerrados, debo estar dormido». En efecto, una persona dormida tendrá sus ojos cerrados, pero no necesariamente una persona tiene los ojos cerrados por estar dormida (puede estar deslumbrada, por ejemplo).

Negación del antecedente

La negación del antecedente o implicación vacua es una falacia lógica con semejanzas con el argumento de la falacia. En este caso si P entonces Q si niego P entonces tampoco Q (se niega Q). Esta falacia dice que si se niegan los antecedentes entonces se negará también la consecuencia.

Ejemplo: «Si estoy dormido tengo los ojos cerrados, pero si estoy despierto tengo que estar con los ojos abiertos» «Si no lo digo no me critican, por lo que si lo digo me criticarán». Algo que no tiene que ser necesariamente cierto. Otra vez se aplica el sesgo de simetría o ilusión de serie.

Ejemplo: «Si llueve afuera, entonces debe haber nubes. Como no está lloviendo afuera, entonces no debe haber nubes.>> Esto no es necesariamente cierto, puede haber nubes sin estar lloviendo pero se ha negado la premisa/antecedente y se ha supuesto que se debe negar también la consecuencia.

Falacias por generalización de inducción errónea

En lógica, se designa como inducción a un tipo de razonamiento que va de lo particular a lo general (concepción clásica) o bien a un tipo de razonamiento en donde se obtienen conclusiones tan solo probables (concepción más moderna). La inducción matemática es un caso especial, donde se va de lo particular a lo general y, no obstante, se obtiene una conclusión necesaria. Típicamente, el razonamiento inductivo se contrapone al razonamiento deductivo, que va de lo general a lo particular y sus conclusiones son necesarias.

Generalización apresurada

Una generalización apresurada o falacia de estadística insuficiente o falacia de muestras insuficientes, ley de los pequeños números, inducción apresurada, falacia del hecho aislado, o secundum quid es una falacia lógica en la que se llega a una generalización inducida basada en muy pocas evidencias.

Ejemplo: «Me encanta esta canción, por lo tanto me gustará también todo el álbum en el que está». Es una falacia porque el álbum puede no ser tan bueno como la canción escuchada.

Muestra sesgada

Una muestra sesgada es una muestra que ha sido falsamente considerada como la típica de una población de la cual ha sido tomada.

Ejemplo: Alguien puede decir «A todo el mundo le gustó la película» sin mencionar que «todo el mundo» fue él y tres de sus compañeros, o un grupo que son fanes del artista. Los sondeos en línea y las muestras por llamadas voluntarias son un tipo particular de este error, porque las muestras están implícitamente preseleccionadas o autoseleccionadas. En el mejor de los casos, esto significa que las personas que se preocupan más sobre el asunto responderán u opinarán y en el peor de los casos, solo aquellas que sintonicen una radio particular, un periódico particular o una lista política.

Falacia del centro de atención

Una falacia del centro de atención se produce cuando una persona sin criterio asume que todos los miembros o casos de un cierto grupo, clase o tipo son como esos pocos en el punto de mira, que reciben la mayor atención o cupo de atención de los medios. Esta línea de razonamiento es falaz y conduce a los tópicos. Si los medios publicitan a un asesino en serie de una población no quiere decir que todos los miembros de la población sean asesinos.

Falacia de la verdad a medias

Las verdades a medias son frases engañosas y falsas, que incluyen algún elemento de verdad. Las frases pueden ser parcialmente verdad, la frase pueden ser incluso verdad pero no toda la verdad del conjunto lo que produce un engaño provocado por omisión. Pueden incluir algunos elementos engañosos como signos de puntuación, especialmente si se intenta engañar, evadir la culpa o malinterpretar la verdad. El propósito de las medias verdades o verdades a medias es hacer parecer algo que solo es una creencia como un conocimiento o verdad absoluta. De acuerdo con la teoría de conocimiento de creencia de verdad justificada o problema de la justificación, para saber si una determinada proposición es verdadera, uno debe no solo creer en la verdadera e importante proposición sino también debe tener una buena razón o argumentos para hacerlo. Una verdad a medias embauca al receptor presentando algo que es creíble y usando esos aspectos de la idea que pueden ser demostrados verdaderos como buena razón para creer que la idea o declaración entera es verdadera. Una persona engañada por una verdad a medias podrá considerar la proposición o declaración como una verdad absoluta y actuar en consecuencia. En política, las verdades a medias son una parte integral de las democracias representativas o parlamentarias. La reputación de un candidato político podrá ser irremediablemente dañada si él o ella es expuesto como mentiroso, así un complejo estilo de lenguaje ha evolucionado para minimizar las probabilidades de que ocurra esto. Si alguien no ha dicho algo, entonces ellos no podrán acusarlo de mentir. En consecuencia los políticos se han convertido en un conjunto en el que las medias verdades abundan y son esperadas, dañando la credibilidad del conjunto.

Ejemplo: «El sol se pone por el oeste». Esta es una verdad a medias porque aunque en la mayor parte del mundo esto es así no ocurre en los polos en los que durante unos meses el sol ni siquiera llega a ponerse. De hecho, el Sol ni siquiera se pone, porque no es el que se mueve sino que es el movimiento rotatorio de la Tierra el que produce este efecto. Por eso, si se tratara como una verdad absoluta digamos para navegación podría ocurrir un desastre.

Falsa vivencia

Una falsa vivencia o vivencia desorientadora es una falacia lógica que usa la descripción de un acontecimiento en extremo detalle —incluso si este es un suceso excepcional y muy poco probable— para convencer a alguien de que hay un problema. Aunque la vivencia sea falsa o verdadera y no tenga ningún fundamento lógico (es decir, aunque sea un disparate) puede tener un gran poder y efecto psicológico debido al sesgo cognitivo llamado disponibilidad heurística. La falacia no reside en la historia misma, la cual, podría llegar a ser cierta, sino en el efecto de gran distorsión probabilística o sesgo que se produce en el receptor en relación al alcance, importancia y relevancia con la decisión a tomar. Esta distorsión o sesgo que se desencadena en el cerebro es un mecanismo poderoso producido por los sesgos cognitivos tendencia de riesgo cero, aversión de pérdida y efecto el último evento cuando se apela al miedo. En entornos comerciales y de márketing se usa con frecuencia esta falacia generando lo que se denomina FUD, Fear, uncertainty and doubt que es el acrónimo en inglés de miedo, incertidumbre y duda. La Falsa vivencia es denominada también crítica destructiva. La mejor manera de hacerle frente es ignorando este tipo de críticas que son falsas, exageradas y estériles en cuanto que no ayudan a mejorar y solo tratan de socavar el brillo o cualidades de un tema en concreto. Si es posible se debe aportar razones para aclarar la verdadera probabilidad de la falsa vivencia. Muchas empresas recurren a la falacia del ojo por ojo y hacen también FUD. Pero esto produce errores en incremento que al final perjudican el crecimiento. En estos casos lo mejor es hacer simplemente lo correcto en función de las críticas constructivas basadas en argumentos sólidos e ignorar las basadas en anécdotas y sin argumentos. La falsa vivencia se aprovecha del Negación del ratio base.

Ejemplo:

  • Pedro: Creo que dejaré los deportes de riesgo ahora que tengo niños. Creo que me pasaré al golf.
  • Juan: Yo no haría eso. ¿Recuerdas a Javi? Él estaba jugando al golf cuando le atropellaron con el coche que transporta los palos. Se rompió una pierna y rodó hasta golpearse la cabeza. Estuvo en el hospital durante una semana y todavía cojea. Yo seguiría haciendo parapente.

Segundo ejemplo: El partido X pretende aprobar la ley Y acerca de lo peligroso que es subirse a los puentes. Entonces, el periódico o medio M presenta antes de la votación una serie de noticias extremas, sobre niños que se han caído de los puentes. La población asustada por la posibilidad de que los niños se caigan de los puentes aprueba moralmente la decisión del partido de prohibir subirse a los puentes.

En este espejismo del pensamiento, nuestro cerebro no nos deja entender que, estadísticamente, es menos probable morir en un accidente automovilístico o un acto terrorista que, por ejemplo, al caer por las escaleras o por una intoxicación accidental. La probabilidad de negligencia se refiere, según la psicóloga social Cass Sunstein, al hecho de exagerar el riesgo de las actividades relativamente dañinas y al mismo tiempo sobredimensionar las más peligrosas.

Falacia arreglo de bulto

La falacia arreglo de bulto consiste en asumir que las cosas que con frecuencia han sido agrupadas por tradición o cultura en un conjunto deberían estar siempre agrupadas de ese modo. Esta falacia es muy usual en los argumentos políticos: «Mi oponente es un conservador que votó en contra de los altos impuestos y la asistencia pública, por tanto él también se opondrá al control de armas y al aborto». Mientras estas cuatro posiciones están normalmente agrupadas en la palabra «conservador» en la política estadounidense, no hay realmente ninguna razón para pensar que alguien que sigue una idea agrupada en ese grupo deba seguir las demás.

Falso dilema

Un falso dilema, o falsa dicotomía o falsa bifurcación, implica una situación en la cual solo dos puntos de vista son sopesados como las únicas opciones, cuando, en realidad, existen una o más opciones que no han sido consideradas. Las dos alternativas presentadas suelen ser, aunque no siempre, los puntos extremos del espectro de ideas, uno de los ejemplos más comunes de falso dilema es la conocida frase «estás conmigo o estás contra mí». En lugar de esta extrema simplificación y pensamiento deseado, sería más apropiado considerar todo el espectro de opciones como en la lógica difusa. Véase sesgo de simetría para entender sus causas.

Probar con ejemplo

Probar con ejemplo o generalización inapropiada, es una falacia lógica donde uno o más ejemplos se dice «prueban» un caso más general. Esta falacia tiene la estructura siguiente: Sé que el caso x de todos los X hace o tiene la propiedad P, entonces todo X tiene la propiedad P.

Ejemplo: «He visto a hombres negros jugar bien al baloncesto, por consiguiente todos los hombres negros juegan bien al baloncesto». Véase el artículo «falacia arreglo de bulto» o generalización apresurada. Todas las citadas son falacias de generalización las cuales se pueden agrupar dentro de una de las trece falacias identificadas por Aristóteles; la falacia de destrucción de la excepción o accidente (falacia) a dicto simpliciter ad dictum secundum quid.

Segundo ejemplo:

  • Cortar a personas con cuchillos es un crimen
  • los cirujanos cortan a las personas con cuchillos
  • los cirujanos son criminales.


Ningún escocés verdadero


La falacia de ningún escocés verdadero o del verdadero escocés ocurre cuando se separa de un grupo algún elemento porque resulta distinto de lo que se intenta demostrar.

A: «Ningún escocés echa azúcar en su avena».
B: «Pero a mi tío Angus, que es escocés, le gusta echar azúcar en su avena».
A: «Ah, sí, pero ningún escocés “verdadero” echa azúcar en su avena».

Falacias de causa informal o causa cuestionable

Las falacias de causa informal, causa cuestionable o falacia causal o non causa pro causa (‘sin motivo para la causa’) o causa falsa, son falacias informales donde una causa es identificada de manera incorrecta.

Cum hoc, ergo propter hoc

Cum hoc, ergo propter hoc (o correlación o relación entre dos) implica que uno es causa y otro efecto; afirma que dos eventos que ocurren a la vez tienen necesariamente una relación causa-efecto. Se expresa de la siguiente manera: si ocurre A y correlacionadamente después ocurre B, entonces A ha causado B. Esta falacia hace una conclusión prematura de la causalidad incluso sin evidencias que la soporten. Esto es una falacia lógica porque, aunque probable, existen al menos otras cuatro posibilidades:

  1. que B sea la causa de A;
  2. que haya un tercer factor desconocido que sea realmente la causa de la relación entre A y B;
  3. que la relación sea tan compleja y numerosa que los hechos sean simples coincidencias y
  4. que B sea la causa de A y, al mismo tiempo, A sea la de B, es decir, que estén de acuerdo, que sea una relación sinérgica o simbiótica donde la unión cataliza los efectos que se observan.

Ejemplo: Investigaciones científicas afirman que las personas que usan marihuana (A), tienen una mayor ascendencia en desórdenes psiquiátricos (B), comparados con los que no la toman. Solo con esta relación no se puede afirmar que A causa B, ya que también puede ser que B cause A, debido al efecto relajante o también puede ser que se den las dos a la vez o haya un tercer factor desconocido. Existen métodos para determinar causas. El filósofo David Hume argumentaba que la causalidad no puede ser percibida y por consiguiente no se puede conocer o probar, y en su lugar tan solo se puede percibir la correlación. Sin embargo, argumentó que se puede seguir el método científico para, al menos, desechar las causas erróneas. Esto es, probar experimentalmente la veracidad de un hecho de manera rigurosa hasta encontrar un contra ejemplo o excepción.

Falacia de la causa simple

La falacia de la causa simple o efecto conjuntivo o relación espuria, ocurre cuando se asume que existe solo una simple causa para un resultado cuando en realidad puede haber un conjunto específico o suficiente de causas que lo hayan provocado. En esta falacia lógica dos sucesos sin conexión lógica, se relacionan causal e incorrectamente debido a un tercer suceso o factor desconocido denominado factor desorientador o variable escondida que los provoca. La relación espuria da impresión de fortaleza y ligazón fuerte entre dos sucesos que es inválida cuando es examinada objetivamente. Véase la navaja de Occam que en su aplicación puede crear una relación espuria debido al desconocimiento de un factor más sencillo. Esta sobresimplificación es un caso específico de falso dilema donde otras posibilidades son ignoradas.

Ejemplo: Supongamos que cuando hay mayor índice de desmayos por calor suben las ventas de refrescos, muchos señalarían que los sofocos son la única causa; pero la subida de ventas pudo haber sido debida a otros factores como un mejor márketing, un mayor tiempo libre, una determinada ola de calor, una bajada de precios o la llegada del verano que sería una posible causa de las dos. En definitiva un factor o un conjunto ignorado o desconocido de factores son los que en realidad hacen que se produzca.

Circularidad entre causa y consecuencia

La circularidad entre causa y consecuencia es una falacia lógica donde la consecuencia de un determinado fenómeno es llamada a ser también la causa principal. Esto es conocido como la falacia del huevo o la gallina que hace referencia al dilema de causalidad que surge de la expresión «¿qué fue primero, la gallina o el huevo?». Puesto que el huevo y la gallina se crean recíprocamente en ciertas circunstancias la respuesta es ambigua. Véase también Trampa-22 (libro). Una encerrona que pueda resumirse de esta manera: «Si sale cara gano yo, si sale cruz pierdes tú». Viéndose que perder tú y ganar yo es lo mismo, se observa que ganar yo producirá ambas caras y ambas caras producen a su vez que yo gane y por tanto no hay libertad de movimiento y circularidad.

Ejemplo: Una circularidad en causa consecuencia muy conocida se encuentra en que uno no puede obtener un trabajo sin experiencia pero no puede adquirir experiencia sin un trabajo. Es decir, la experiencia causa el trabajo pero el trabajo también causa la experiencia. La única manera de acceder a estos círculos es la transición progresiva o evolutiva definiendo de manera más amplia alguno de los factores o aceptando excepciones (o mutaciones). Si se amplía el concepto del trabajo de manera que la experiencia se pueda ganar de algo que no tenga que ser estrictamente trabajo o si se amplía el concepto de la experiencia en el que aunque se tengan conocimientos estos no tienen nada que ver con el trabajo en cuestión o con la estricta definición de experiencia que se exige para él.

Un caso parecido se ha dado alguna vez con los inmigrantes, a los que se solicita un permiso de trabajo para trabajar y un trabajo para obtener el permiso de trabajo.

Petición de principio

La petición de principio, petitio principii o fe de origen, es una falacia que ocurre cuando la proposición a ser probada se incluye implícita o explícitamente entre las premisas originales. Véase también falacia de las muchas preguntas.

Ejemplo: Para probar falazmente que Pablo dice la verdad argumentaríamos del siguiente modo diciendo que: Cuando Pablo habla no miente y que por tanto, cuando está hablando Pablo, está diciendo la verdad. En una lógica bivalente, con tertium exclusum, premisa y conclusión están afirmando la misma verdad, que no miente o, lo que es lo mismo, que en ambos casos dice la verdad. La falacia es más útil cuando tiene una longitud adecuada como para hacer olvidar al receptor que la conclusión ya fue admitida como premisa.

Segundo ejemplo: En un debate sobre el aborto, para calificarlo legalmente se usa la siguiente construcción. «El aborto es un acto injustificado de dar muerte a una persona». (Nótese que esta premisa ya es de por sí la calificación del aborto y que una vez aceptada esta no habría otra conclusión posible porque la conclusión y esta premisa es la misma). Luego viene el razonamiento lógico «matar a una persona es un asesinato» y «un asesinato es ilegal». «Por tanto, el aborto debería ser ilegal». La falacia reside en que no se ha argumentado absolutamente nada aunque aparentemente se haya seguido un orden lógico. Tan solo se ha mostrado el desarrollo lógico en el caso de considerar la primera premisa como verdad. Pero no se ha justificado, con argumentos, la razón por la que se debe considerar esta como verdad. Lo único que se ha demostrado de manera lógica es que en el caso hipotético de que el aborto fuera considerado la muerte de un ser humano entonces sería ilegal. Esta falacia se trata del caso general de la falacia de las muchas preguntas donde se presuponen ciertas cosas que se desean probar o comunicar como ciertas por el mero hecho de decirlas. Para que la gente no caiga en dicha falacia lo idóneo sería no contestar así no se da información extra sobre tu postura o la respuesta debe tener una negación activa. Esta falacia es muy útil en debates cuando se usa en un público voluble y no atento. La falacia es más útil cuando tiene una longitud adecuada como para hacer olvidar al receptor que se partía de una premisa de fe, supuesta o sobreentendida sin ningún tipo de argumento que la soporte.

Tercer ejemplo:
  • Pedro, has sido infiel a María;
  • la religión dice que la infidelidad es un pecado carnal;
  • el pecado carnal se comete cuando cometes un acto impuro con otra mujer;
  • cometer un acto impuro con otra mujer significa que fuiste infiel a tu pareja;
  • Por lo tanto, Pedro, no niegues que has sido infiel a María.


Cuarto ejemplo:
  • «El único que pudo haber cogido el dinero fue Pedro».
  • «Si desaparece el dinero de la caja entonces esto es un robo».
  • «Si se roba el dinero de la caja entonces primero el dinero debe ser repuesto y Pedro debe ser despedido».

Se puede observar que la premisa de que «Pedro es el único que pudo haber cogido el dinero» no acepta discusión y es igual a que él tiene el dinero o lo robó. No se ha explicado o argumentado por qué esta premisa debe ser verdad. Tan solo se ha seguido un razonamiento lógico al suponer esta premisa. Esta falacia se aplica en juicios y debates y sobre un público no atento puede ser efectiva.

Post hoc, ergo propter hoc

Post hoc, ergo propter hoc, correlación coincidente o causa falsa, es una expresión latina que significa «después de esto, luego a consecuencia de esto» es un tipo de falacia que asume que si un acontecimiento sucede después de otro, el segundo es consecuencia del primero. Es verdad que una causa se produce antes de un efecto pero la falacia viene de sacar una conclusión basándose solo en el orden de los acontecimientos. Es decir, no siempre es verdad que el primer acontecimiento produjo el segundo acontecimiento. Esta línea de razonamiento es la base para muchas creencias supersticiosas y de pensamiento mágico. Véase teoría del dominó o también cum hoc, ergo propter hoc que no hace hincapié en el orden aunque sí en la correlación de dos sucesos.

Ejemplo: «He rezado para que te curaras. Te has curado. Para que luego digan que rezar no funciona». Se comete la falacia al deducir causa efecto de dos hechos tan solo considerando la sucesión de acontecimientos. Sin embargo, la causalidad no puede ser simplificada pues existen muchos otros factores, variables desconocidas y explicaciones que pudieron generar el efecto. David Hume incluso argumentaba que la causalidad es imposible de discernir pero que es posible usar el método científico para poder desechar las falsas hipótesis.

Non sequitur

Non sequitur es la falacia en donde las razones dadas para sostener una afirmación son irrelevantes o no relacionadas.

Ejemplo: «Tengo miedo al agua, así que mi deporte será el puenting» o «me gusta conducir por eso me compro un Toyota». En cualquiera de los casos hacer puenting o comprarse un Toyota no depende directamente de la razón dada ya que hay muchos más coches o deportes que se han descartado sin que la razón dada sea relevante, puede producir auto-engaño por no aclarar los verdaderos motivos por los que se toma una decisión. Una manera de clarificar esta falacia es reorganizando el argumento para colocar la razón y la conclusión de manera que la incongruencia se haga evidente.

Ejemplo1: «Me gusta conducir y por eso me compro un Toyota»; reordenando: «Me compro un Toyota porque me gusta conducir», algo que podría ser cierto o no pero que seguramente no era lo que se pretendía decir cuando se especificaba un Toyota.

Ejemplo2: «Estamos en España así que pasaremos calor». Reordenando: «Pasaremos calor porque estamos en España».

Ejemplo 3: «Me gustan los aviones por eso hago paracaidismo». Reordenando: «Hago paracaidismo porque me gustan los aviones».

Ejemplo 4: «Ella no tiene hijos por eso no estoy de acuerdo con las prácticas educacionales de la profesora». Reordenando: «No estoy de acuerdo con la profesora porque ella no tiene hijos».

Falacia de la regresión

La falacia de la regresión o falacia del retroceso es una falacia lógica en la que se asume una causa donde no existe. Este tipo de falacia es un caso especial de la falacia Post hoc, ergo propter hoc. Esta falacia se denomina de retroceso porque se produce cuando se asocia una causa simple a la desaparición o retroceso de un factor. Conduce a las supersticiones y al pensamiento mágico.

Ejemplo: «No somos de su agrado, cuando llegamos al bar todos se fueron».

Segundo ejemplo: «Es culpa mía porque desde que decidí invertir en bolsa, esta ha empezado a bajar o los precios han bajado». La explicación se encuentra en el sesgo cognitivo efecto el último evento y en la tendencia de las personas a tomar decisiones cuando las cosas están solo en la cúspide o varianza más positiva así cuando estas se normalizan a la media asocian la causa a su acción. La siguiente frase resume el proceso en la bolsa: «El pánico causa que vendas en el bajón y la codicia que compres cerca de la cima» (S. Weinstein).

Falacia del tirador preciso

La falacia del francotirador es una falacia lógica donde la información que no tiene relación alguna es interpretada, manipulada o maquillada hasta que esta aparezca tener un sentido. El nombre viene de un tirador que disparó aleatoriamente varios tiros a un granero y después pintó una diana centrada en cada uno de los tiros para autoproclamarse preciso. Tiene que ver con el sesgo cognitivo Ilusión de serie donde las personas tienden a ver patrones donde solo hay números aleatorios. Esta falacia no se aplica cuando uno tiene una predicción o una hipótesis particular antes de observar los datos. Uno podría tener una teoría de cómo debería comportarse algo o el patrón que debe seguir algo y comprobar mediante pruebas empíricas o datos que de hecho es así (método científico).
Alternativamente, se pueden tomar los datos observados para construir una hipótesis tal como hace el francotirador pero luego es necesario ensayar la hipótesis con nuevos datos. Véase test de hipótesis. Uno no puede usar la misma información para construir y después ensayar o testar la hipótesis ya que incurriría en la falacia del francotirador.

Falacia de dirección incorrecta

La falacia de dirección incorrecta es una falacia lógica de causa en la que la causa y el efecto están intercambiados. La causa pasa a ser el efecto y viceversa. Es un tipo especial de la falacia cum hoc, ergo propter hoc o también de falso dilema.

Ejemplo: Las compañías de tabaco sugirieron que el cáncer hacía que la gente fumara para aliviar los dolores para explicar la alta correlación entre ellos. O también la gente de la edad media pensaba que los piojos eran buenos porque no se veían en la gente enferma. Los piojos en realidad podían provocar la enfermedad y el factor desconocido o la verdadera causa de que no se vieran cuando la enfermedad era visible fue que los piojos son muy sensibles a la fiebre o las altas temperaturas.

Argumentum ad consequentiam

Un argumentum ad consequentiam, o argumento dirigido a las consecuencias, es un argumento falaz que concluye que una premisa (típicamente una creencia) es verdadera o falsa basándose en si esta conduce a una consecuencia deseable o indeseable. Es una falacia porque basar la veracidad de una afirmación en las consecuencias no hace a la premisa más real o verdadera. Asimismo, categorizar las consecuencias como deseables o indeseables es intrínsecamente una acción subjetiva al punto de vista del observador y no a la verdad de los hechos. Incluso si la premisa ha sido independientemente probada, y entra en juego un tercer factor (1:premisa, 2:argumento, 3:acción) como es la acción a tomar para evitar o favorecer una consecuencia, la consecuencia en si misma no puede justificar ninguna acción determinada sino los argumentos que justifiquen la relación existente entre la acción y la consecución. La elección de la acción, por tanto, es un paso posterior y separado de las premisas y tiene que ver más con la argumentación de asociar una futura acción con una consecuencia.

Ejemplo: «El presidente no ha robado fondos del Estado, porque si lo hubiera hecho, habría perdido las elecciones».

Segundo ejemplo:«Dios debe de existir, porque si no existiera no habría moral y el mundo sería horrible».

Tercer ejemplo: «El jugador hizo todo lo que pudo, porque sino no hubiéramos ganado el partido».

Argumentum ad baculum

Un argumentum ad baculum, o argumento desde el bastón o desde el mando o argumento por la fuerza, es un argumento donde la fuerza, coacción o amenaza de fuerza es dada como justificación para una conclusión. Es un caso especial negativo del argumentum ad consequentiam. Este tipo de falacia se da en los casos en los que se duda en intervenir o no, en un conflicto. Esta falacia se produce porque se asume la premisa como verdadera debido a que la consecuencia de esta premisa es muy negativa para ser ignorada o rechazada. Esta consecuencia negativa justifica cualquier intervención para cambiar las consecuencias asumiendo como verdad las premisas originales. Sin embargo, aunque estas decisiones preventivas previas, modifican forzosamente las predichas y subjetivas consecuencias, no aclaran la necesidad de actuar o no aseguran la verdad de las premisas en las mismas. El miedo a las consecuencias no puede ser el motor de ninguna decisión ni es capaz por sí mismo de hacer más veraz una posibilidad.

Ejemplo: «Irak tiene armas de destrucción masiva. Como esto puede provocar una guerra muy peligrosa debe ser verdad y por tanto es necesaria una intervención.»

Segundo ejemplo: «Debes creer en Dios, porque si no lo haces irás al infierno». La única manera de saber la veracidad de una afirmación es basándose en los argumentos que la apoyen. La intervención, es una manera específica de resolución, es también una acción que es independiente de la veracidad de la afirmación y tiene más que ver con la inteligencia para discernir cual es la mejor manera de actuar. Esta vez si que en función de las consecuencias deseadas y a partir de las verdades encontradas, situación, entorno, etc. También es posible que se sea consciente de lo falaz de nuestra lógica y que igualmente por otras razones, egoísmo, intereses o por miedo a la simple probabilidad no nula de amenaza prefiera uno equivocarse y actuar como si estuviera seguro a esforzarse en hallar la verdad.

Falacia del punto medio

La falacia del punto medio, o falacia del compromiso o falacia de la moderación, se genera al asumir que la conclusión más válida o certera es la que se encuentra siempre como compromiso entre dos puntos de vista extremos. La falacia se produce porque la verdad o certeza de idoneidad se basa no en los argumentos sino en premisas subjetivas (se subjetiviza la verdad o mentira de un hecho) de qué es lo que se ha considerado como extremo y qué se considere como punto medio y que se considere que este es siempre cierto. Es posible que lo considerado como extremo es en realidad el hecho cierto.

Ejemplo: «Algunas personas creen que Dios es poderoso y que todo lo sabe. Otras creen que Dios no existe. Parece ser razonable aceptar un término medio. Es decir, probablemente Dios exista pero no es siempre el más poderoso, el total omnisciente, ni el más bueno» o «La Tierra está hecha principalmente de roca, y Júpiter de gases, así que Marte debe estar hecho de agua» o «Quiero vender un ordenador por 500 €, pero en eBay me ofrecen 1 €, así que deberé venderlo por 250 €» o «Las mujeres en Occidente no están obligadas a llevar burka, en cambio las mujeres en Oriente están obligadas a llevar el burka, por tanto, a las mujeres de todo el mundo se las debería obligar a llevar pañuelo». Esta conclusión es falaz.

Recurso a la probabilidad

El recurso a la probabilidad, o apelación a la probabilidad, es una falacia lógica que asume que porque algo es posible o probable, es inevitable que pase. Esta falacia es usada para provocar y promover la paranoia. El recurso de probabilidad no es falaz únicamente en el caso de que el tiempo de espera para que se produzca sea infinito. Es decir, esta situación solo se produce matemáticamente. En los demás casos debe tratarse tan solo como una probabilidad y no como una verdad. La Ley de Murphy se basa en este principio por lo que también es falaz. Esta ley dice que si existe algún punto que pueda ir mal, entonces irá mal. Esta ley es falaz por asumir certeza donde solo hay probabilidad y por otro lado produce auto-engaño ya que evita asumir las propias responsabilidades cuando las cosas van mal y diluir la responsabilidad en una probabilidad incontrolable. Es evidente que cuando algo salió mal fue porque era problable de salir mal. Pero por eso mismo, no se puede diluir la responsabilidad en la simple probabilidad y más bien aplicar la responsabilidad en la estimación que se hizo por parte de la persona para decidir que el proyecto, aplicación o decisión estaba finalizada. Lo que nos dice la Ley de Murphy es que las personas tienden a sobreestimar su capacidad y a dar por finalizadas las primeras impresiones o trabajos sobre un tema. Esto quiere decir que se dejan llevar por su prejuicio cognitivo, incentivado además por la necesidad de evitar el gasto energético de comprobar, testear y revisar sus trabajos. En la medida que dicho trabajo, proyecto o decisión sea vital o importante mayor es la responsabilidad o negligencia que se produce cuando no se comprueban los casos que pueden ir mal. La ley de Murphy puede presentarse de una manera más correcta de la siguiente manera: «El hecho de excluir un punto que puede salir mal no lo excluye de que este salga mal». Esta manera evidente de expresarlo es lógica, ya que por un lado expresa que la exclusión de un factor de los test no tiene relación, no está correlada con su situación o estado real correcto e incorrecto (se encuentra indefinido) e invita a pensar que el problema estuvo en no probar los puntos que pueden salir mal.

Ejemplo: «Hay muchos piratas informáticos que usan Internet. Por consiguiente, si usas Internet sin un cortafuegos es inevitable que tarde o temprano seas intervenido». La idea lógica que hay detrás de esta falacia es que ya que la probabilidad es muy alta es mejor actuar como si esta fuera verdad. El hecho de que algo sea probable de ocurrir no es un argumento para atestiguar o verificar que ha pasado.

Falacia naturalista

La falacia naturalista es una falacia que se comete cada vez que se pretende reducir lo «bueno» a lo que es «natural». Todas las éticas han incurrido en este tipo de falacia que consiste en justificar la bondad de algo por el mero hecho de considerarlo «natural». Evidentemente las definiciones de lo que puede ser o dejar de ser «natural» son muy heterogéneas y van desde lo relacionado con la misma naturaleza y/o Dios, hasta criterios hedonistas, metafísicos, nacionalistas o lo que se quiera. Lo considerado natural es un término inexacto y subjetivo por lo que argumentar el estado de apropiado o inapropiado de un comportamiento depende de lo que los demás consideren que es apropiado y no a razonamientos o argumentos que aseguren una consecución o desarrollo de acontecimientos negativos/positivos demostrables.

Fuente:
Artículo: "Anexo:Sesgos cognitivos" Publicado en http://www.wikiwand.com
URL: http://www.wikiwand.com/es/Anexo:Sesgos_cognitivos

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