miércoles, 18 de diciembre de 2013

El viaje a la luna de Luciano de Samosata en el siglo II D.C.

Transcripción del articulo " El sorprendente viaje a la luna de Luciano de Samosata en el siglo II d.C", escrito por Ricardo Iván Paredes (28/09/2012). Publicado en la revista Pliego suelto.

La primera piedra en la edificación del género de la ciencia ficción la puso el controvertido Luciano de Samosata (125-181 d.C) –uno de los más célebres humoristas de la Antigüedad–a través de Relatos Verídicos. ¿Qué tenía de especial aquel conjunto de narraciones cargadas de fantasía y delirio? ¿Qué motivos lo llevaron a escribir dicha novela? ¿Y por qué la crítica va a reconocer al autor greco-sirio como el abuelo de la ciencia ficción?

Las bases que articulan el eje compositivo y temático de la obra son el sentido crítico-humorístico y el sentido de entretenimiento intelectual (novela de evasión griega)1. Estamos ante una creación de unas cincuenta páginas, dividida en dos partes y concebida como una sucesión de aventuras del narrador-viajero junto a los tripulantes de un barco que emprende una expedición a los desconocidos mares de Occidente. En el “Libro I”, el protagonista habla en primera persona de su viaje a la Luna (9-28)2, mientras que en el “Libro II”, cuenta la visita al País de los Bienaventurados (4-29).
Guiado por su orientación escéptica, Luciano de Samosata apunta sus dardos contra un sector de los historiadores y cronistas  clásicos, quienes recogían, en sus escritos, falsos testimonios relacionados con modos de vida, acontecimientos y personajes que –supuestamente– conocieron durante sus travesías por países que no habían sido explorados por los antiguos griegos y romanos. Se refiere sobre todo a Heródoto (484-425 a.C) y a Ctesias de Cnido3 (Siglo IV a.C):

    "Odio la fatuidad, odio la impertinencia, odio la mentira y odio el engreimiento y odio toda esa clase de lacras propias de hombres miserables, que, por cierto, según sabes, son muy numerosas […] Amo la verdad, amo la belleza, y la sencillez, y todo lo que es connatural al amor". [Luciano de Samosata, 1988: 8]

El autor greco-sirio a través de sus diferentes textos pone en tela de juicio la religión y sus dogmas, y carga contra la filosofía y sus diversas escuelas. Además, cuestiona las costumbres sociales basadas en la falsedad y en la apariencia. Para ello recurre de manera ingeniosa a los diversos matices del humor: la ironía, la sátira, la parodia, la caricatura. Luciano tiene interiorizado el concepto greco-latino de verdad  como la correspondencia entre el “creer”, “decir” y “ser”. Además, para él, significa lo equivalente a realidad (o identidad) y vincula verdad con la convención social del discurso y del enunciado gramatical. Al inicio de Relatos Verídicos, hace un ejercicio de franqueza a sus lectores:

    "[…] me orienté a la ficción, pero mucho más honradamente que mis predecesores, pues al menos diré una verdad al confesar que miento. Y, así, creo librarme de la acusación del público al reconocer yo mismo que no digo ni una verdad. Escribo, por tanto, sobre cosas que jamás vi, traté o aprendí de otros, que no existen en absoluto ni por principio pueden existir. Por ello, mis lectores no deberán prestarles fe alguna". [Luciano de Samosata, 2007: 53]

La obra está compuesta como una lectura de entretenimiento o de evasión,  donde desfilan figuras pintorescas en medio de escenarios fabulosos y remotos. La novela griega de aventuras también se caracteriza por su rasgo paródico y satírico. Lo dice Carlos García Gual en su artículo “Acerca de los ‘Relatos Verídicos’ de Luciano de Samosata como antecedente de las novelas de ciencia-ficción”:

    "Nuestro docto escritor aprovecha esa boga para reírse de esa credulidad y explota su erudición poniéndola al servicio de su gusto por la fabulación. Al mismo tiempo consigue plasmar el relato más inverosímil y disparatado de la literatura antigua".

La estrategia humorística del autor empieza a partir del nombre de su producto literario: Relatos verídicos (algunos autores lo traducen también como Historia verdadera)5, representa una burla dirigida a todos los narradores de peripecias autobiográficas que al comenzar sus obras siempre insisten en la veracidad de todo lo que cuentan. En contraposición, Luciano asegura que son falsos todos los episodios de su novela.

La trascendencia del samosatense llegó hasta la España de los siglos XVI y XVII (la Edad de Oro), donde se cultivaba el llamado relato lucianesco (satírico-fantástico). Entre sus exponentes estaban Cristóbal de Villalón, Mateo Alemán, Miguel de Cervantes y Francisco de Quevedo. Asimismo, Cervantes (buen lector de Luciano) utiliza las técnicas narrativas y los mecanismos del humor del greco-sirio para desmitificar las novelas pastoriles y de caballerías a través del Quijote, el libro más leído de todos los tiempos junto a la Biblia.

Conexión Ci.Fi


Robert Scholes y Eric S. Rabkin6 sostienen que el concepto de “ciencia ficción” o “ficción científica” parte de una idea moderna sobre la evolución de las ideas y la relación del ser humano con el tiempo y con el espacio. Sin embargo, Luciano de Samosata (hombre de la Antigüedad clásica) va tener el acierto de ser el primer literato (conocido) en plantear y representar la posibilidad de un viaje al espacio:

    "Por siete días y otras tantas noches viajamos por el aire, y al octavo divisamos un gran país en el aire, como una isla, luminoso, redondo y resplandeciente de luz en abundancia. Nos dirigimos a él y, tras anclar, desembarcamos, y observando descubrimos que la región se hallaba. Durante el día nada divisamos desde allí, pero al hacerse de noche empezaron a aparecérsenos muchas islas próximas –una mayores y otras más pequeñas—de color semejante al del fuego. Vimos también otro país abajo, con ciudades, ríos, mares, bosques y montañas, y dedujimos que era la Tierra". [Luciano de Samosata, 2007:56]

El relato nos habla de un desplazamiento (de la Tierra hacia la Luna) a través de un barco convertido en una nave voladora a consecuencia de un tifón. Sin embargo, el periplo de Luciano y sus compañeros por el satélite terrestre no es un viaje en el tiempo (elemento común en la ciencia ficción), sino que se realiza en el presente hacia un mundo paralelo que acaba de ser descubierto por el narrador-viajero. Cabe señalar que tampoco existe en el libro un interés o debate sobre asuntos como el futuro o el desarrollo tecnológico.

Investigadores como Isaac  Asimov y Carl Sagan opinan7 que Somnium (1623), de Johannes Kepler (1571-1630),  es la obra inaugural de la ciencia ficción. Se trata de un relato influido por Luciano de Samosata. Habla de un aventurero que viaja a la Luna y hace observaciones  sobre los movimientos de la Tierra desde el satélite. El propio astrónomo alemán en diferentes pasajes hace referencia al humorista greco-sirio. Varios autores europeos van a seguir los pasos de Kepler, como por ejemplo: Cyrano de Bergerac y su Histoire Comique d’un voyage à la Lune (1657), Jonathan Swift  con Los viajes de Gulliver (1726), Julio Verne y sus célebres Alrededor de la Luna (1870) y De la Tierra a la Luna (1872), que sirvieron de inspiración al cineasta francés Georges Méliès para rodar el cortometraje Le voyage dans la Lune (1902).

Luciano de Samosata, al escribir Relatos verídicos, recurre a la fantasía desbordante y al delirio: vientos huracanados que impulsan a un barco a desplazarse por los aires hasta llegar al espacio, el encuentro de la tripulación con los “cabalgabuitres” (gendarmes de la frontera lunar), la visita al palacio de Endimión (el rey de la Luna de origen griego), la guerra contra el rey del Sol (Faetonte) por la Estrella de la Mañana (Venus) y la travesía por la Ciudad de las Lámparas.

Extraterrestres

En las historias de ciencia ficción suele estar presente el elemento alienígena. Luciano es el primer escritor en presentar la figura del extraterrestre en una novela:

    "Entretanto, durante mi estancia en la Luna, observé muchas rarezas y curiosidades, que quiero relatar. En primer lugar, no nacen de mujeres, sino de hombres: se casan con hombres, y ni siquiera conocen la palabra «mujer». Hasta los veinticinco años actúan como esposas y, a partir de esa edad, como maridos. Y no quedan embarazados en el vientre, sino en la pantorrilla. A partir de la concepción, comienza a engordar la pierna; transcurrido el tiempo, dan un corte y extraen el feto muerto, pero lo exponen al viento con la boca abierta y le hacen vivir. A mi parecer, es de aquí de donde llegó hasta los griegos el término «pierna del vientre», porque allí se alberga el feto, en vez de en el vientre". [Luciano de Samosata, 2007: 62-63]

El autor narra la sorprendente naturaleza de los selenitas o habitantes de la Luna, personajes con características antropomórficas y dotados de inteligencia. El protagonista toma nota de todo lo que observa a su alrededor, y habla con el asombro de un novato viajero del espacio y con la capacidad descriptiva de un notario clásico:

    "Pero voy a referirme a algo aún más sorprendente. Existe allí un linaje de hombres, los llamados «arbóreos», que nacen del modo siguiente. Cortan el testículo derecho de un hombre y lo plantan en la tierra; de él brota un corpulento árbol de carne, semejante a un falo: tiene ramas y hojas y su fruto son las bellotas, del tamaño de un codo; cuando están ya maduras, las recolectan y extraen de su interior a los hombres". [Luciano de Samosata, 2007: 63]

En conclusión, el polémico Luciano de Samosata rompe el parámetro griego de la mímesis. No recurre a la imitación de la naturaleza como fin esencial del arte, sino que apela al humor y a sus propias facultades mentales para construir mundos nuevos, imaginarios y desconocidos para el ser humano de su época. Y de esta manera, pone la primera piedra en la arquitectura del género al que hoy llamamos ciencia ficción.

Fuente: http://www.pliegosuelto.com/?p=942

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